Si alguna vez habéis escuchado a alguien decir en el cine o ante el televisor: “no te has perdido nada, hasta ahora sólo han salido los letreros”, es que los títulos de crédito de esa película no eran de Saul Bass.
Saul Bass (1920-1996) nació en el barrio neoyorquino del Bronx. Estudió diseño gráfico en esta ciudad y en 1946 se trasladó a la costa Oeste, donde comenzó a trabajar en el Departamento de Publicidad de la Warner en Hollywood.
Allí, en 1952, crea su propia empresa, “Saul Bass & Associates”, y en 1954 conocerá al director Otto Preminger, quien le encargará el diseño del cartel de su película “Carmen Jones”. Cuando Bass le presentó su propuesta, Preminger quedó tan gratamente impresionado que le propuso elaborar los títulos de crédito del film, comenzando así una larga e innovadora trayectoria en este campo, hasta entonces completamente secundario y casi prescindible.
Al año siguiente llevaría a cabo también la imagen publicitaria y los créditos de una nueva película de Preminger, “El hombre del brazo de oro”, donde Frank Sinatra interpretaba a un músico de jazz adicto a la heroína. Aquí será donde Bass se revelará definitivamente como el gran revitalizador del género, incluyendo unos títulos de crédito animados, con autonomía propia dentro del film, creando un estilo personal que será identificable a lo largo de toda su carrera.
Hasta la llegada de Bass, los créditos de las películas eran poco más que una obligada y rápida enumeración del personal artístico y técnico que intervenía en la misma, con un listado en imagen fija sobre un fondo, que era lo que se encargaba a los diseñadores gráficos, o, como mucho, sobreimpresos con el comienzo de la acción. Con Bass, el inicio de una película da un giro radical y los créditos pasan a convertirse en un acontecimiento en sí mismos, una pequeña obra de arte autónoma, cargada de fuerza visual y estética, que anuncia con personalidad propia, la de su autor gráfico (que por primera vez aparecerá acreditado), lo que se va a ver a continuación. Bass afirmaba que el objetivo de los créditos debía ser simbolizar y sintetizar la historia que introducían, y él lo consiguió de forma maestra.
Para ello, además, se potencia otro elemento capital cual es la banda sonora. La música, en esos breves minutos que duran los títulos de crédito, se integra en perfecta armonía con las imágenes y contribuye a describir, a modo de obertura, el espíritu íntimo de la historia que se nos va a narrar.
La colaboración de Bass y Preminger alcanzaría su cénit en 1959, con “Anatomía de un Asesinato”. Una obra destacadísima tanto desde el punto de vista cinematográfico como del diseño de los títulos de crédito, donde la creación de Bass, con la silueta de un cadáver construyéndose al ritmo de la estupenda música de Duke Ellington, nos deja uno de los mejores momentos del género:
video de sutcud
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Un año antes, Saul Bass había iniciado otro fructífero tándem con otro gran director, Alfred Hitchcock, con quien trabajaría en tres obras maestras del mago del suspense, “Vertigo” (1958), “North by Northwest” (Con la muerte en los talones) (1959), y “Psicosis” (1960).
Saul Bass creará para “Vertigo” unos hipnóticos títulos que, ya desde el primer fotograma, nos introducen en el mundo de obsesiones y miedos del protagonista. Para ello cuenta con el inmejorable complemento de una banda sonora de Bernard Herrmann maravillosamente construida, con unas obsesivas notas del arpa, las bruscas apariciones de los metales y las cuerdas cincelando un vaivén de ascensos y descensos en la partitura, que nos sumergen en esa espiral vertiginosa que Bass hace surgir visualmente de una pupila y que, en un momento dado, invierte el sentido del giro para devolvernos de nuevo a la visión del ojo con el nombre de Alfred Hitchcock en él:
video de ilgattapardo
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Su colaboración con Alfred Hitchcock en “Psicosis” parece que se extendió más allá de los sensacionales títulos de crédito que abren la película y alcanzó el diseño del story board de la escena de la ducha. Todavía permanece viva la polémica acerca de si Saul Bass se limitó a diseñar los planos a filmar en un papel o en realidad fue el encargado de dirigir su rodaje, cosa que Hitchcock siempre negó.
Algunas otras creaciones suyas dignas de mención fueron, por ejemplo, “La vuelta al mundo en 80 días” (1956), con la célebre música de Victor Young de fondo, o este espectacular comienzo de “Walk on the wild side” (1962):
O “Buenos días tristeza” (1958), “Horizontes de Grandeza” (1958), u “Ocean’s Eleven” (La cuadrilla de los once) (1960):
video de sutcud
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O “Éxodo” (1960), “West Side Story” (1961), “El mundo está loco, loco, loco” (1963)...
Pero su trabajo en el mundo del cine no se limitará sólo al diseño de carteles y títulos de crédito. Dirigió varios cortometrajes, labor por la que llegaría a obtener un Oscar en 1968 por su corto titulado “Why Man Creates”. Y también dirigió un largometraje, “Phase IV”, una interesante historia de ciencia ficción que sin embargo pasó sin pena ni gloria por las pantallas.
En 1980 anunció su retirada del cine, no sin antes dejarnos el excelente trabajo con que se inicia el mítico film de Ridley Scott “Alien”. A partir de este momento se centrará en su trabajo de diseñador gráfico donde será el responsable de logos e imágenes corporativas de empresas como United Airlines, Minolta, Bell, AT&T, Kleenex o Warner Communications, y en 1984 será el encargado de diseñar el póster de los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad de Los Ángeles.
El director de cine James L. Brooks reclamará en 1987 los servicios de Saul Bass para elaborar los créditos de “Al Filo de la Noticia” (Broadcast News), iniciando de este modo el diseñador neoyorquino una segunda etapa en este campo, donde regresará acompañado por su esposa Elaine, que estará marcada por su amistad con Martin Scorsese, con quien colaborarán en cuatro títulos memorables: “Goodfellas” (Uno de los nuestros) (1990), “El Cabo del Miedo” (1991), “La Edad de la Inocencia” (1993) y “Casino” (1995), que sería a la postre su último trabajo, dejando para siempre en nuestra retina el recuerdo de ese poderosísimo comienzo en el que el cuerpo de Robert de Niro salta por los aires tras explotar su coche y permanece flotando entre el fuego mientras los títulos de crédito se suceden a los sones del impresionante Coro “Wir setzen uns mit Tränen nieder” de “La Pasión según San Mateo” de J.S.Bach.
Lamentablemente, no he podido encontrar en youtube el video del inicio de “Casino” (*), así que finalizaré con otro de los grandes trabajos de este maestro del diseño, como es “Espartaco” (1960), la película dirigida por Stanley Kubrick. Saul Bass hace aquí de nuevo ostentación de genialidad y, fiel a su propio lema de “sintetizar y simbolizar”, consigue resumir con una enorme sobriedad el drama épico que vendrá a continuación. Si observamos cada uno de los motivos que acompañan los nombres del reparto, veremos cómo Kirk Douglas-Espartaco es representado por una mano con el puño cerrado sujeta por una cuerda anudada, Jeanne Simmons-Davinia es una mano femenina sujetando un ánfora, Laurence Olivier-Craso es un águila y John Gavin-Julio César es una espada que va descendiendo hasta encontrarse con otra, momento en el que aparece el título de la película, "Espartaco", simbolizando así esa lucha por la libertad y contra el poder de Roma. Todo ello acompañado por la impecable banda sonora de Alex North, en una de sus más inspiradas partituras:
video de sutcud
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(*) Gracias a la ayuda de los amigos Joaquim y José Luis añado estos otros dos videos imprescindibles del buen hacer de Saul Bass. Se trata de los títulos de crédito de "West Side Story" y "Casino":
video de reklamtuning
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