
Pues al final el Oscar fue para A.R.Rahman.
Tal y como se esperaba, el indio se llevó la estatuilla por su composición para la película “Slumdog Millionaire”, que fue la gran triunfadora de la noche con ocho premios, entre ellos los de mejor película, mejor director (Danny Boyle), mejor guión adaptado y mejor canción por “Jai Ho”.
Thomas Newman se fue de nuevo a casa de vacío en su novena nominación sin premio, así como James Newton Howard, Alexandre Desplat y Danny Elfman que habían firmado tres espléndidos trabajos que vuelven a quedar sin recompensa.
Todos aquellos a los que nos gusta el cine sabemos positivamente

No obstante, muy de vez en cuando, los académicos se ve que se toman algún dry martini de más, y nos sorprenden premiando a quien realmente se lo merece.
Este año no ha habido muchas sorpresas dentro de un nivel no muy alto. El

A mi, no obstante, este año me hubiera alegrado que se recompensase el excelente oficio de Frank Langella en la película "Frost/Nixon", donde compone un magnífico ex presidente arrogante que se niega a admitir su derrota; o al eterno secundario Richard Jenkins, nominado en esta ocasión por un papel protagonista en el film "The Visitor".
La otra relativa sorpresa fue el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, donde todas las quinielas hablaban de un reñido duelo entre la israelí “Vals con Bashir” y la francesa “La Clase”, aunque finalmente el consolador dorado fue para la japonesa “Departures”.
Sí se ajustó a los pronósticos el merecidísimo Oscar al mejor actor
de reparto para Heath Ledger por su inmenso trabajo en “El Caballero Oscuro”. Aunque sospecho que si no hubiera contado con el morbo de haber muerto en extrañas circunstancias poco después del rodaje, posiblemente hubiese quedado también en el grupo de los injustamente olvidados.

Bueno, pues esperaremos al año que viene a ver si por fin Thomas Newman, James Newton Howard, Danny Elfman o Alexandre Desplat consiguen ver recompensada su gran valía.
Ah, sí, se me olvidaba, la mocosa y ñoña Mari Pe de Alcobendas se ha llevado también uno de estos muñequitos.
Cosas veredes, Sancho...