“Los Oprichniki” – Nikolai Nevrev – Museo Nacional de Bellas Artes de Kirguizistán
La palabra Oprichnik (en plural Oprichniki) designa a la tropa de élite que fue creada hacia 1565 por el Zar Ivan IV de Rusia, más conocido como Iván el Terrible. Esta guardia personal fue tristemente famosa por la crueldad mostrada con la población, cumpliendo ciegamente las órdenes del Zar, por brutales e injustas que estas fuesen. La lealtad de los Oprichniki era asegurada a su vez por Iván IV sometiendo a sus hombres a terribles castigos y ejecutando cruelmente a todo aquel que sospechaba que podía traicionarle.
Paradójicamente, los Oprichniki vivían aparentemente como monjes, con un estricto ascetismo y muchos de ellos en comunidades similares a los monasterios, siempre, eso sí, próximos a la residencia del Zar. La hazaña más triste que ha pasado a la historia de estos monjes guerreros, fue la masacre de la ciudad de Nóvgorod, en 1570, cuando, tras tomar la ciudad por órdenes del Zar, ejercieron una salvaje represión, asesinando y torturando a más de 3.000 personas.
En algunas regiones de Rusia todavía se conserva el terror hacia la figura del Oprichnik, que es nombrado allí a los niños como en otros lugares hacemos con "El Coco" o "El hombre del saco".
"Oprichnik" es también el título de una ópera compuesta por Piotr Ilich Tchaikovsky entre 1870 y 1872. Para su creación aprovechó gran parte de la música de otra ópera que escribió unos años antes, "Voyevoda" (Sueño en el Volga), cuyo manuscrito destruyó tras incorporar esos fragmentos de la partitura en el acto primero de "Oprichnik". También es obra del propio Tchaikovsky el libreto, para el que se basó en el drama "Oprichniki" (Los Oprichnik) del escritor ruso Ivan Lazhechnikov.
La trama se desarrolla en Rusia, en el siglo XVI, durante el reinado del Zar Ivan IV, en pleno periodo de represión a través de sus guardias Oprichniki. Andrei y Natalya son dos jóvenes enamorados que ven frustradas sus expectativas cuando el padre de ella, responsable de la muerte del padre de Andrei y de dejarle en la pobreza a él y a su madre, la promete en matrimonio con un anciano. Andrei decide entonces alistarse en los Oprichniki para que a través del Zar pueda obtener justicia.
La ópera fue estrenada en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo el 24 de abril de 1874, y Tchaikovsky se la dedicó a uno de los hijos del Zar Nicolás I, el Gran Duque Konstantin Nikolaevich Romanov, un melómano apasionado que además tocaba el violonchelo.
"Oprichnik" es una ópera que apenas se representa, y menos aún fuera de Rusia. Sin embargo, hay un fragmento que en ocasiones sí suele incorporarse a recitales o grabaciones. Se trata del Arioso de Natalya, "Poslyshalis' mne budto golosa"(Me pareció oír voces). Pertenece al final del acto I y en él la protagonista nos canta la añoranza de su amado y su deseo incontenible de estar junto a él. El compositor nos narra aquí musicalmente, con mano maestra, las pasiones que envuelven a Natalya, en un fragmento en el que vislumbramos a Tchaikovsky en estado puro, desbordando romanticismo y belleza melódica.
Tras el post que dediqué recientemente a la soprano rusa Galina Vishnevskaya, fallecida el pasado mes de diciembre, no han sido pocos los lectores del blog que me han manifestado haber quedado conquistados con su voz y expresividad y me han pedido que la traiga más a menudo al blog. Así que, dicho y hecho, pocas elecciones mejores puede haber para escuchar el Arioso de Natalya, de la ópera "Oprichnik", que interpretaciones como la que nos brinda aquí la gran Galina Vishnevskaya, acompañada por la Orquesta del teatro Bolshoi dirigida por Boris Khaikin:
El pasado mes de diciembre falleció en Moscú la soprano rusa Galina Vishnevskaya (1926-2012). Quienes sigáis este blog y me conozcáis, sabréis que es una cantante por la que siento especial devoción. Su canto y su fuerza expresiva siempre me han cautivado y considero que en el repertorio ruso hay pocas voces que le hagan sombra.
Mi admiración por ella aumentó todavía más cuando conocí un poco las vicisitudes de su vida personal. Y es que la vida de Vishnevskaya estuvo plagada de emociones, penurias y desgracias a las que la fama posiblemente jamás consiguiese dar suficiente compensación.
Nacida en 1926, la guerra y la pobreza estuvieron presentes en sus años de juventud y la marcaron para siempre. Sus padres la abandonaron siendo niña y fue a vivir con su abuela paterna, quien murió como consecuencia de las quemaduras sufridas en un incendio cuando, al quedarse dormida junto a la estufa, sus ropas se prendieron. Galina contaba apenas 15 años, quedando entonces sola y sumida en la pobreza.
En 1943, en pleno sitio alemán de su ciudad natal de Leningrado (actual San Petersburgo) entró a estudiar en el Conservatorio y un año después contrajo matrimonio con el joven oficial de Marina Georgi Vishnevsky, de quien tomaría para siempre el apellido. La unión apenas duró unos meses debido al alcoholismo de él y a su férrea oposición a que Galina pudiese embarcarse de lleno en una carrera musical o artística.
Tras la liberación de Leningrado y ser condecorada con una medalla por participar activamente en la defensa de la ciudad, se unió a una pequeña compañía de opereta que dirigía Mark Ilich Rubin, 22 años mayor que ella, con quien además de trabajar acabaría casándose. Poco tiempo después tuvieron un hijo, pero el pequeño contrajo una infección y falleció a los dos meses de edad, contando en sus memorias Vishnevskaya que ella y su marido fabricaron el ataúd con unas tablas que forraron con tela blanca y enterraron a su hijo abriendo una fosa con sus propias manos luchando contra la dura tierra congelada del cementerio.
Su preparación técnica y vocal junto a Vera Nikolayevna Garina fue decisiva para lograr un cierto equilibrio e ilusión en su vida personal y sobre todo para el futuro éxito de su carrera, aunque a punto estuvo también ésta de frustrarse para siempre cuando a Vishnevskaya le detectaron una tuberculosis que exigía la extirpación de parte de un pulmón. Sin embargo, pudo vencer la enfermedad sin necesidad de intervención quirúrgica gracias a una fuerte medicación que obtuvo en el mercado negro, sin que, afortunadamente, sus capacidades vocales resultasen afectadas.
En 1952 participó en un concurso de canto organizado por el Teatro Bolshoi para la captación de jóvenes voces, logrando alzarse con la victoria, siendo admitida al año siguiente para formar parte de la compañía del Bolshoi, donde permanecería hasta 1974. En cuanto empezó a despuntar, la KGB contactó con ella para intentar utilizarla como confidente y descubrir a los presuntos enemigos del régimen infiltrados en el mundo artístico, aunque progresivamente pudo irse desvinculando de esas prácticas. Lo que no pudo evitar fue el acoso del entonces jefe del estado soviético, Nikolái Bulganin, quien cortejó a la cantante con inusitada insistencia. Pero él no sería el elegido para convertirse en su nueva pareja.
En 1955 su matrimonio con Mark Rubin pasaba por horas bajas y fue entonces cuando conoció al violonchelista Mstislav Rostropóvich, surgiendo inmediatamente una atracción mutua que les llevó a casarse ese mismo año. A partir de ese instante la vida personal de Vishnevskaya dio un definitivo giro positivo y al fin encontró la felicidad al lado de un hombre junto al que tuvo dos hijas y que fue su pareja hasta el fallecimiento de Rostropóvich, en 2007, tras 52 años de matrimonio.
En lo profesional, la carrera de Galina estaba en auge. Era ya plenamente reconocida en su país y comenzaba a triunfar paseando su arte por todo el mundo, pese a las restricciones que el gobierno soviético tenía para las salidas de los artistas nacionales fuera de sus fronteras, salvo que fuesen de la relevancia de Vishnevskaya o Rostropóvich que eran en aquel momento una inmejorable propaganda de la excelencia de la cultura soviética.
Sin embargo, a comienzos de los años 70 las cosas volvieron a torcerse cuando Rostropóvich alojó en su casa de campo al disidente político Aleksandr Solzhenitsyn y le defendió públicamente. Las autoridades prohibieron a la pareja actuar fuera de la URSS, silenciaron el trabajo de ambos y Rostropóvich fue incluso expulsado del Bolshoi. En 1974 ya no soportaron más esa situación y tomaron la difícil decisión de abandonar el país junto a sus hijas y residir en el extranjero. Así lo hicieron y, tras su exilio, les sería revocada la nacionalidad soviética como represalia.
En 1990, ya con Gorbachov en el poder, se acordó restaurarles su condición de ciudadanos soviéticos, gesto al que correspondieron Mstislav y Galina en 1991 regresando de nuevo a vivir en su país. Actualmente, los cuerpos de ambos reposan para siempre en el cementerio moscovita de Novodevichy.
Bueno, pues hasta aquí la pequeña reseña que quería hacer de la vida de Galina Vishnevskaya, una mujer de la que, además de su bellísima voz, he admirado su capacidad de lucha y superación, su arrolladora personalidad, la firmeza de su carácter y su fuerza para hacer frente a las adversidades con optimismo, viendo siempre la cara positiva de las cosas. Por eso era capaz de declarar que, a pesar de todo, había tenido en la vida lo mejor que puede existir: “el mejor teatro, el mejor esposo y los mejores directores de orquesta y de escena”.
Aunque hoy no me he centrado en la parte musical, no quisiera acabar sin dejaros la oportunidad de escuchar a Vishnevskaya. Se trata además de una pequeña joya a la que de momento se puede acceder gracias a los amigos de Youtube. Es un recital íntegro dedicado a canciones de Tchaikovsky que la cantante ofreció en el Gran Salón del Conservatorio de Moscú en 1964 acompañada al piano por su esposo Mstislav Rostropóvich. Dura poco más de una hora y es toda una gozada.
"Luna saliendo en el mar" - Caspar David Friedrich - 1822 - Nationalgallerie (Berlín)
Parece costumbre arraigada que a final de año haya que hacer balance de todo lo ocurrido en los doce meses anteriores. De este 2012 que ahora se nos va, casi sería mejor no acordarse mucho, así que no voy a hablar de recortes, crisis ni ineptos gobernantes… Aunque vistas las perspectivas futuras, igual acabamos añorando 2012. Pero bueno, no me dejaré llevar por mi natural pesimismo…
Lo que sí está claro que vamos a añorar es a un buen puñado de cantantes de ópera que nos han dejado para siempre este 2012, funesto para la lírica en todos los sentidos. Así que, aunque quede un poco fúnebre la cosa, he pensado celebrar en el blog el cambio de año, en lugar de con doce campanadas, con el recuerdo de doce intérpretes fallecidos en los meses precedentes, aprovechando así la ocasión para poder volver a escucharles.
El 22 de enero se anunciaba la muerte de la mezzosoprano belga Rita Gorr. La amplitud y gran volumen de su voz eran memorables, no tanto la sutileza o intención de su fraseo. Fue una gran intérprete en escena con notables habilidades dramáticas, destacando en algunos papeles como Dalila (“Sansón y Dalila”), Charlotte (“Werther”), la malvada Ortrud de “Lohengrin” o Fricka en “El Oro del Rin” y “La Valquiria”, mostrando una gran facilidad para superar con su imponente vozarrón las grandes orquestas wagnerianas. Participó en 1957 en el estreno en París de “Diálogos de Carmelitas”, de Francis Poulenc, en el papel de Madre María de la Encarnación. Aquí podemos escuchar a Rita Gorr como Dalila en “Printemps qui commence”, del acto I de la ópera “Sansón y Dalila”, de Camille Saint-Saëns, en una grabación de 1962:
video de davidhertzberg
Sólo una semana después, el 29 de enero, fallecía a los 92 años la soprano estadounidense Camilla Williams. Williams es célebre sobre todo por haber sido la primera cantante negra que firmó un contrato para formar parte de una compañía de ópera norteamericana, la de Nueva York, y cantar un papel protagonista. Fue el de Cio-Cio-San, de “Madama Butterfly”, en 1946. Este sería uno de los roles emblemáticos de una carrera en la que también serían relevantes sus intervenciones como Aida y Bess (“Porgy and Bess”). Siempre fue además una persona muy implicada en la lucha por los derechos civiles de los negros. A continuación podemos escuchar a Williams como Aida en su particular versión de “Ritorna vincitor”:
video de Addiobelpassato
El 8 de febrero fallecía el barítono romano Gian-Giacomo Guelfi. Igual que dije antes respecto a Rita Gorr, Guelfi se caracterizó también más por la potencia de su voz que por la elegancia o sutileza de su canto, pero es innegable que se trataba de un barítono de los de verdad y que sabía dotar de intensidad dramática todas sus interpretaciones. Destacó sobre todo en el repertorio italiano, fundamentalmente en papeles verdianos y veristas, como por ejemplo el de Gérard de “Andrea Chenier”, de Giordano, en el que podemos escucharle aquí afrontando “Nemico della patria”:
video de MrCafiero
El 18 de febrero era la sudafricana Elizabeth Connell quien moría a los 65 años. Connell comenzó su carrera como mezzosoprano, llegando a cantar en el Festival de Bayreuth en papeles como Ortrud (“Lohengrin”) o Brangäne (“Tristán e Isolda”). Sin embargo, a comienzos de los años 80 pasó a abordar papeles de soprano dramática, siendo reconocida por sus interpretaciones de personajes como Turandot, Elektra, Lady Macbeth, Isolde o Brünnhilde (“Götterdämmerung”). Su gran envergadura y sobrepeso condicionaban su movimiento escénico, pero mantenía que le encantaba comer y que el declive vocal de María Callas se produjo a raíz de su pérdida de peso, por lo cual ella no iba a caer en lo mismo. Aquí podemos ver a la Connell, con 61 añitos, atreverse con el wagneriano “Mild und Liese” de “Tristán e Isolda”:
video de Helmut Fischer
Dos días después, el 20 de febrero, fallecía el tenor donostiarra Carlos Munguía. Desarrolló su carrera principalmente en el ámbito de la zarzuela, donde compartiría escenario con los nombres más relevantes del género, desde Teresa Berganza a Alfredo Kraus, habiendo grabado más de treinta títulos, muchos de ellos bajo la dirección del gran Ataúlfo Argenta. En el terreno operístico cantó también importantes papeles como el de Fausto o Turiddu (“Cavalleria Rusticana”). Vamos a disfrutar de su voz en este fragmento de la zarzuela “La Dolorosa”, de José Serrano, acompañado por la Gran Orquesta Sinfónica dirigida por Ataúlfo Argenta. Se trata del célebre Relato de Rafael “La roca fría del calvario”:
video de melchiorfan
El 23 de abril le tocaba el turno al tenor italiano Veriano Luchetti. La coincidencia de la plenitud de su carrera con el dominio de los escenarios por tenores como Plácido Domingo o Luciano Pavarotti hizo que su nombre, como el de tantos otros, no tuviese la relevancia que quizás en otro momento hubiese obtenido. Su repertorio fue muy amplio, desde papeles belcantistas a la ópera francesa, pasando por los grandes personajes de Puccini o Verdi, compositor éste con el que alcanzaría sus mejores prestaciones. Precisamente aquí podemos verle en La Scala en 1975, dirigido por Claudio Abbado, en “O figli… Ah, la paterna mano” del “Macbeth” de Verdi:
video de Gabba02
El 18 de mayo el mundo de la lírica quedaba conmocionado con el anuncio de la muerte de uno de los mejores barítonos de la historia, el alemán Dietrich Fischer-Dieskau, probablemente el más grande liederista del siglo XX. La elegancia hecha canto. Su inmaculada dicción y la exquisitez de su fraseo no tienen parangón. No ha habido quien como él haya sabido expresar la psicología de los personajes con tan elegante expresividad. También debe destacarse su enorme versatilidad, habiendo abordado todo tipo de géneros y estilos, aunque sus principales aportaciones se centran en el oratorio y en el lied y ópera alemanes. No quiero extenderme mucho más porque este hombre requeriría unas cuantas entradas monográficas. Afortunadamente nos legó una amplísima discografía que permitirá a las generaciones venideras poder disfrutar de la excelencia de este inmenso cantante. Aquí le tenemos en una grabación de 1968, acompañado por la RadioSymphonie Orchester de Berlín, dirigida por un jovencísimo Lorin Maazel, interpretando los Kindertotenlieder de Gustav Mahler:
video de Andy Granko
El 23 de junio era otro alemán, el bajo Franz Crass, quien fallecía. Crass estuvo vinculado durante casi toda su carrera a la Ópera de Viena y fue un habitual en el Festival de Bayreuth, donde debutaría en 1954 y aparecería con regularidad durante casi veinte años en muchos papeles secundarios y otros más relevantes como los de Rey Marke(“Tristán e Isolda”), Holándés (“El holandés errante”), Rey Heinrich (“Lohengrin”) o Gurnemanz (“Parsifal”). A principios de los 80 se vería obligado a abandonar de forma prematura los escenarios debido a un problema de sordera. Podemos escucharle ahora como Rey Heinrich en un fragmento del acto I de “Lohengrin”:
video de Addiobelpassato
Y el día siguiente al fallecimiento de Crass, moría precisamente en Bayreuth el tenor estadounidense Jean Cox, quien también tuvo destacadas intervenciones durante las décadas de los 60 y 70 en el Festival wagneriano de esa localidad alemana. Comenzó su carrera cantando papeles de tenor lírico, pero progresivamente fue asumiendo roles de Heldentenor, llegando a triunfar en Bayreuth con personajes como Erik (“El holandés errante”), Walther von Stolzing (“Los maestros cantores de Nuremberg”), Lohengrin o Parsifal, aunque su creación más alabada fue la de Siegfried. Aquí podemos escucharle precisamente en un fragmento de la escena de la fragua de “Siegfried” en una grabación perteneciente al Festival de Bayreuth de 1970:
video de WeicheWotanWeiche
El 1 de julio la que fallecía era la soprano estadounidense Evelyn Lear, cantante de gran atractivo físico y apasionado temperamento y una grandísima actriz, que se hizo especialmente popular interpretando papeles de fuerte carga psicológica, como Marie de “Wozzeck”, de Alban Berg, o la Lulú, también del mismo compositor, cuyas grabaciones bajo la dirección de Karl Böhm y acompañada precisamente por Dietrich Fischer-Dieskau, son todo un referente de estos personajes. Evelyn Lear tiene también en su haber el ser una de las pocas cantantes que ha interpretado los tres personajes femeninos (Mariscala, Octavian y Sophie) protagonistas de “El caballero de la rosa”, de Richard Strauss. Podemos escucharla a continuación como Pamina en el aria “Ach, ich fühl’s”, del segundo acto de “La flauta mágica”, de W.A. Mozart:
video de Addiobelpassato
El 10 de diciembre llegaba con enorme tristeza el anuncio de la muerte de la soprano suiza Lisa della Casa, una cantante por la que siempre he tenido especial predilección. Bellísima tanto en el aspecto físico como vocalmente, brilló notablemente en papeles mozartianos donde su voz cristalina, tremendamente homogénea, y su refinado fraseo se adaptaban como un guante a la escritura mozartiana. Las obras de Richard Strauss fueron otra de sus especialidades. Mi actual afición incondicional a las óperas del compositor alemán la debo en gran parte a la elegancia y naturalidad con que Lisa della Casa interpretó páginas como “El caballero de la rosa”, donde, curiosamente como Evelyn Lear, es otra de las pocas que llegó a cantar los tres papeles femeninos protagonistas. Pero si con alguna ópera será identificada para siempre Lisa della Casa, no hay duda de que será con “Arabella”, cuya interpretación de la protagonista es inigualable. Aquí podemos escuchar el precioso dúo entre Arabella y Zdenka del acto primero, donde está acompañada por la alemana Anneliese Rothenberger:
video de NYCOF
Tan sólo un día después del fallecimiento de Della Casa saltaba la noticia de la muerte de otra de mis cantantes de referencia, en este caso se trataba de la magnífica soprano rusa Galina Vishnevskaya. La que fuera esposa del legendario violonchelista Mstislav Rostropóvich, poseía un timbre muy peculiar pero lleno de belleza y estaba dotada de una inmensa capacidad expresiva. Destacó especialmente en el repertorio ruso, en papeles como los de Lisa (“La Dama de Picas”), Katerina (“Lady Macbeth de Mtsensk”) o Juana de Arco (“La Doncella de Orleans”), pero yo la recordaré, por encima de todos, por su Tatiana (“Eugene Oneguin”) que considero absolutamente insuperable. Aquí la escuchamos en la célebre escena de la carta del acto I:
video de carlota9994
Bueno, pues nada más, perdonad el toque necrológico que no pretendía ser más que un pequeño homenaje a estas grandes figuras que han desaparecido para siempre y una excusa para poder disfrutar de buena música. Ojalá que el año próximo por estas fechas los únicos fallecidos sean las crisis, las estafas, los recortes, la injusticia y todos los sinvergüenzas que siguen tomándonos el pelo impunemente.
Mientras tanto, que ustedes tengan un tranquilo, saludable, musical y feliz año 2013.
“Idilio" - Lord Frederick Leighton - 1880 - Coleccion de Mr. y Mrs. Henry Keswick
"Beau Soir” (Bello Atardecer) es una de las primeras canciones (mélodies) para voz y piano compuestas por Claude Debussy (1862-1918), y nació destinada a ser interpretada en las reuniones de salón de la época. No hay acuerdo respecto a la fecha exacta de creación de la obra, aunque parece bastante probable que fuese en torno a 1880, cuando Debussy no habría cumplido aún los veinte años.
En esta obra el compositor puso música a unos versos de Paul Bourget (1852-1835), reputado novelista y poeta, contemporáneo del compositor, a quien se atribuye aquella famosa frase: “hay que vivir como se piensa, si no, se acaba por pensar como se ha vivido”. En este poema se nos habla sobre un tema tan romántico como la fugacidad del tiempo y el “carpe diem”, mediante la descripción de la belleza de una puesta de sol y las sensaciones que provoca, recordándonos, no obstante, que debemos disfrutarlo rápidamente pues todo es pasajero.
Son visibles en “Beau Soir” claras influencias románticas y es verdad que no estamos todavía ante el Debussy más rico desde el punto de vista armónico y melódico, pero sí que esta pequeña composición, en apariencia sencilla, es sumamente evocadora y consigue transmitirnos con maestría, fluyendo suavemente, un profundo e íntimo sentimiento de bienestar y de paz.
En esta fase de su producción resulta patente todavía la búsqueda de Debussy de la perfecta unión entre música y texto, y cada matiz de la partitura nos remite al contenido del poema de Bourget, como en ese acompañamiento a los últimos versos, donde la ondulante melodía nos evoca las olas que, suave pero inexorablemente, llegarán a su destino.
Hay cientos de grabaciones y versiones, tanto vocales como instrumentales, de esta pieza. Yo traigo aquí algunas diferentes para apreciar distintas formas de afrontar la página, centrándome únicamente en voces femeninas, concretamente de sopranos.
En primer lugar os propongo una versión estilística e idiomáticamente irreprochable, a cargo de una fija de este blog cuando se habla de mélodie, se trata de la francesa Veronique Gens, quien, como suele ser habitual, está acompañada por el pianista Roger Vignoles:
video de darko Zoo
Si de adecuación estilística hablamos, pocos reproches se podrán hacer también a Mary Garden, una soprano escocesa que se dice que llegó a grabar "Beau Soir" acompañada por el propio Debussy, siendo la elegida por éste para protagonizar el estreno de "Pelléas et Mélisande". La grabación es de 1929, la cantante tenía ya 55 años y la calidad del audio es la que es, pero creo que vale la pena:
video de CurzonRoad
Tambien rondaba los 55 años cuando grabó esta obra en 1944 otra soprano británica, Maggie Teyte, que fue precisamente quien sucedió a Mary Garden como Mélisande en París. Podemos escucharla acompañada al piano por Gerald Moore:
video de EdmundStAustell
Yendo a grabaciones más actuales, es ahora la norteamericana Renée Fleming, con el acompañamiento pianístico de Jean-Yves Thibaudet, quien nos ofrece su particular versión de esta composición de Debussy. Quizás esté menos ajustada a los cánones de la mélodie y su dicción sea mejorable, pero musicalidad y expresividad no le faltan:
video de rubenmsk
Esta cantante no es que pronuncie defectuosamente el francés, sino que canta en ruso directamente, se trata de Galina Vishnevskaya y, aunque la versión no sea muy ortodoxa y esté adaptada para acompañamiento orquestal, no puedo ocultar que a mí me gusta:
video de ManricoV
Ahora es la alemana Diana Damrau quien canta "Beau Soir" con el virtuoso acompañamiento del arpa del francés Xavier de Maistre:
video de Lilith89ibz
Y finalizo con otra soprano estadounidense por quien siento también especial debilidad. Es Eileen Farrell, y aquí nos da una inmejorable muestra de su versatilidad y de su capacidad para domar y adaptar su poderosa voz a las exigencias interpretativas, ofreciendo una versión que me parece más que interesante. La acompaña al piano George Trovillo:
video de m3lomane
BEAU SOIR (Hermoso Atardecer)
Lorsque au soleil couchant les rivières sont roses, et qu'un tiède frisson court sur les champs de blé, un conseil d'être heureux semble sortir des choses et monter vers le cœur troublé; Un conseil de goûter le charme d'être au monde, cependant qu'on est jeune et que le soir est beau, car nous nous en allons comme s'en va cette onde: Elle à la mer, -- nous au tombeau ! ---------------------------------------------------------------------
Cuando al sol poniente los ríos se vuelven de color rosa y un tibio escalofrío recorre los campos de trigo, el consejo de ser feliz parece brotar de las cosas y subir hacia el corazón turbado. Un consejo de disfrutar el encanto de estar en el mundo, mientras que se es joven y el atardecer es hermoso, porque nosotros nos iremos como se va esta onda, ella al mar, nosotros a la tumba.
Llegadas estas fechas, en las que un servidor aprovechará para tomarse unos días de vacaciones laborales y blogueras todo lo alejado que pueda de estos instrumentos diabólicos llamados ordenadores, y en las que el número de visitantes disminuye considerablemente, me temo que la actividad del blog va a quedarse bajo mínimos.
Pero para los que todavía tengáis ganas de venir por aquí, he pensado en dejar colgados una serie de videos como avance de la temporada 2011-2012 que nos espera en el Palau de les Arts a partir de otoño, si se cumplen las previsiones adelantadas el pasado día 22 por Helga Schmidt, sin duda la mejor Intendente que ha tenido este recinto operístico en toda su historia.
La temporada se inaugurará el 5 de noviembre con una de las joyas del repertorio operístico ruso, “Boris Godunov” de Modest Mussorgski, de la que se ofrecerán 6 representaciones. Una apuesta valiente y digna de elogio, pese a que el reparto, del que aún se desconocen algunos nombres, sea mejorable y a que quizás algunos hubiésemos preferido tener a Gergiev a la batuta aquí y no en “Romeo y Julieta”. Me parece interesante la presencia de Nicolai Schukoff, un tenor austriaco que me gustó mucho como Narraboth en “Salome” el año pasado y que está encarando con éxito el repertorio wagneriano. Aunque sobre Orlin Anastassov como Boris tengo más dudas, pues últimamente ha presentado algunos altibajos preocupantes.
Para ir abriendo boca, aquí podemos ver y escuchar a uno de los Boris referenciales, el gran bajo ruso Boris Christoff, cantando la despedida que antecede a su muerte (vaya, ya os he chafado el final):
video de dorje 1975
Entre el 22 de noviembre y el 4 de enero se representarán 8 funciones, el mayor número de toda la temporada, de “La Cenerentola” de Gioachino Rossini. El principal aliciente de esta producción del Festival de Pésaro residirá, posiblemente, en una interesante puesta en escena de Luca Ronconi, fresca y divertida, que ya tiene sus añitos y que se pudo ver por última vez en Pésaro el año pasado. Dirigirá la orquesta un habituado al género belcantista, Michele Mariotti. El reparto vuelve a ser, a priori, el punto más flojo, aunque me apetece escuchar el Don Ramiro que pueda ofrecer el tenor ruso Dmitry Korchak (estupendo Lensky la pasada temporada). A la protagonista femenina, Serena Malfi, no la he escuchado más que en video, así que esperaré a forjarme una opinión hasta verla en directo. Si tenéis curiosidad podéis pinchar aquí.
Sin ánimo de comparar, aquí os dejo a Elina Garanca cantando “Nacquì all'affanno... Non più mesta” en 2009 en el MET:
video de lipera
Los días 8 y 9 de diciembre tendrán lugar las dos únicas representaciones del timo de la temporada, la sinfonía dramática para solistas, coro y orquesta “Romeo et Juliette”, de Héctor Berlioz, que se ha incluido en la web de Les Arts en el apartado “ópera”. El mayor interés estribará en poder disfrutar del Coro de la Generalitat y la Orquesta de la Comunitat Valenciana interpretando esta obra, musicalmente muy atrayente, con la dirección de Valery Gergiev.
En el siguiente video podemos escuchar a la norteamericana Shirley Verrett cantando “Premiers transports que nul n'oublie!”, uno de los fragmentos más conocidos de este “Romeo et Juliette”:
video de foropera
Quienes me conocen saben de mi debilidad por la obra de Richard Strauss, así que es fácil entender que me ilusionase especialmente al enterarme de que se incluiría en la programación una de sus óperas principales, “Ariadne auf Naxos”. Luego la ilusión disminuyó bastante al conocer que tan sólo se ofrecerán dos funciones, los días 16 y 18 de diciembre, en versión concierto y en el infecto Auditorio. Para compensar, contaremos con la garantía que siempre supone la dirección musical de Ricardo Chailly. Entre los cantantes destaca Adrianne Pieczonka, una soprano de voz poderosa que viene representando el papel con asiduidad. Y Nicolai Schukoff hará doblete esta temporada en Les Arts, tras su participación en “Boris Godunov”, con el muy exigente rol straussiano de Bacchus.
Aquí podemos ver precisamente a Adrianne Pieczonka, como Ariadne, cantando la famosa “Es gibt ein reich”:
video de rexeterna
A partir del 27 de enero el turno es para Mozart, con 6 representaciones de “Don Giovanni”, una reposición de la producción con dirección escénica de Jonathan Miller que pudo verse semi escenificada en 2007. Zubin Mehta dirigirá en esta ocasión la orquesta y a unos cantantes donde tan sólo llama medianamente la atención la Donna Elvira de Sonia Ganassi, y habrá que ver el rendimiento que puedan ofrecer el Don Ottavio de Dmitri Korchak (otro que hará doblete), o la rusa Anna Samuil como Donna Anna.
Aunque para Donna Anna, yo me quedo con Elizabeth Grummer, a quien podemos ver aquí junto a Anton Dermota en el recitativo y aria “Crudele?… Non mi dir, bell’idol mio”, en el Festival de Salzburgo de 1954, con Wilhem Furtwangler en el foso:
video de baritonoguapo
El martes 31 de enero tendrá lugar la única representación de la ópera de Tchaikovsky“Iolanta”, en versión concierto y por supuesto en el Auditorio inaudible, como le gusta a Helga. Una lástima, porque se trata de una obra de corta duración y carácter íntimo, pero con algunas melodías inspiradísimas, y merecía un mejor destino que acabar masacrada en el Auditorio. Nada se ha dicho todavía oficialmente sobre los cantantes que acompañarán al Coro y Orquesta del Teatro Real de Madrid dirigidos por el griego Teodor Currentzis.
Aquí podemos escuchar a la soprano Galina Vishnevskaya cantando el arioso“Otchego `eto prezhde ne znala”, de “Iolanta”:
video de operalover 9001
El 3 de marzo se inician las 5 funciones de un programa con música de Manuel de Falla, compuesto por dos obras: una ópera, “La Vida Breve”, y otra que no lo es, “El Amor Brujo”. La producción de “La Vida Breve” es la misma que vimos el año pasado, con puesta en escena de Giancarlo del Monaco, y Cristina Gallardo Domâs volverá a ser la protagonista femenina. Reconozco que, con mucha diferencia, es la propuesta que menos me atrae de toda la temporada.
Aquí os dejo a Victoria de los Ángeles cantando “Vivan los que ríen”, de “La Vida Breve”:
video de Onegin65
Y aquí podemos ver a Daniel Barenboim dirigiendo a la Sinfónica de Chicago en la Danza Ritual del Fuego de “El Amor brujo”:
video de Gabba02
Uno de los espectáculos que más expectación generará con toda seguridad será “Thaïs” de Jules Massenet, que estrenará el 25 de marzo la primera de las 6 representaciones previstas. Sólo la presencia de Plácido Domingo entre el reparto, en un hito más de su nueva carrera como barítono, asegura ya un importante éxito mediático y un importante tirón popular. Muy interesante es también el debut en Les Arts del tenor tinerfeño Celso Albelo, una de las voces más importantes del panorama lírico español en la actualidad. Lástima que al final no haya podido confirmarse la presencia de la soprano Renée Fleming, como se venía rumoreando. En su lugar tendremos como Thaïs a la soprano Malin Bystrom, que fue quien ya cantó este mismo papel en el estreno en Suecia de esta producción de la ópera de Göteborg.
Si pincháis aquí podéis ver un video de esa producción de “Thaïs” y haceros una idea de la puesta en escena de Nicola Raab y de la voz de Malin Bystrom.
Y aquí podemos ver a Renée Fleming cantando el aria del espejo de “Thaïs”, “O mon miroir fidèle… Dis-moi que je suis belle”, en el Liceu en 2007:
video de LiceuOperaBarcelona
El día 1 de abril se inician las 7 representaciones de la producción de “Tosca” que hemos tenido oportunidad de ver en Les Arts el mes pasado. Las únicas variaciones respecto a lo ya visto serán: Scarpia, que en esta ocasión será el nefasto Marco Vratogna, y la dirección musical, que alternarán Omer Wellber y Plácido Domingo (que sólo dirigirá 2 funciones, ambas con Jorge de León como Cavaradossi). Ya he comentado, y sigo pensando, que no tiene ningún sentido repetir en tan corto espacio de tiempo una misma producción, aunque sea “Tosca”, sobre todo si la puesta en escena es tan sosa como la de Jean-Louis Grinda.
Para compensar la sosería de Grinda os dejo con el “Vissi d’arte” de una soprano que se llamaba Maria Callas:
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El año próximo se celebra el centenario del fallecimiento del compositor Jules Massenet, con motivo de este acontecimiento el Palau de les Arts ofrecerá una segunda ópera de este compositor, que será además la que cierre la temporada los días 24, 27 y 30 de abril. Se trata de “Le Cid”, una obra muy interesante que, lamentablemente, también se ofrecerá en versión concierto y en el queridísimo Auditorio. La dirección musical correrá cargo de Plácido Domingo y el protagonista masculino será nuevamente Jorge de León.
Así que tocará finalizar este post pre vacacional de hoy con un fragmento de “Le Cid”, y será con el aria “O Souverain, o juge, o père", en una gran interpretación de Josep Carreras: