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jueves, 14 de octubre de 2010

ZARAH LEANDER, LA ESTRELLA DEL TERCER REICH


Zarah Leander (1907-1981) fue una actriz y cantante sueca que alcanzó una notable fama al convertirse en la principal estrella del cine de la Alemania nazi. Su verdadero nombre era Zarah Stina Hedberg. Desde muy pequeña estudia piano y canto, y en 1929 de la mano del actor y cantante Ernst Rolf, conocido como el Ziegfield sueco, se introduce en el mundo de la escena, recorriendo los principales teatros de Suecia como intérprete de operetas.

En 1936 su carrera cobraría un impulso definitivo al trasladarse a Viena para participar en la opereta de Ralph Benatzky “Axel an der Himmelstr”, donde consiguió un importante éxito que le abriría las puertas del mercado de habla alemana, pasando poco después a protagonizar la película austriaca “Première”, dirigida por Géza von Bolváry.

En aquellos años, la industria cinematográfica alemana, comandada por la todopoderosa UFA, andaba de capa caída tras la salida del país de las dos principales estrellas del momento, Marlene Dietrich y Greta Garbo. Eso favoreció que Zarah Leander firmase un contrato con UFA enormemente beneficioso, al tiempo que se lanzaba una gran campaña publicitaria para promocionar a la recién llegada como la gran figura que necesitaba el cine alemán.

La primera película en la que intervino tras su contrato con UFA fue “Zu Neuen Ufern”, dirigida por un joven alemán llamado Detlef Zierk que al cabo de los años llegaría a Hollywood con el nombre de Douglas Sirk. En el estreno en Berlín del film, el éxito fue arrollador y cuenta la leyenda que Leander tuvo que salir a saludar setenta veces. En esta película la sueca cantaba algunas canciones de Ralph Benatzky, precisamente el autor de la opereta que la llevó a Viena, como esta “Tiefe Sehnsucht”:


video de Leotaurus1975

Habían transcurrido apenas dos años desde su salida de Suecia y Leander se había convertido en la estrella indiscutible del cine alemán de aquellos oscuros tiempos prebélicos, con el nazismo en todo su apogeo. Entre 1938 y 1943 protagonizó más de una decena de películas, obteniendo el favor del público y el apoyo y propaganda de un régimen que la presentaba en toda Europa como la diva de la industria alemana. Generalmente, por sus rasgos y su voz andrógina, los papeles destinados a Leander no eran los de ejemplar madre aria, sino que solían ser los de femme fatale o personajes exóticos. Así ocurría en “La Habanera”, un film en el que también estuvo dirigida por Douglas Sirk, donde interpretaba la canción “Der Wind hat mir ein Lled erzühlt” (El viento me ha dicho una canción), que constituyó uno de los mayores triunfos de su carrera:


video de EinLiedgehtumdieWelt

“Die Grosse Liebe” (1942), dirigida por Rolf Hansen, fue otro de los grandes éxitos de Leander. La película contaba con las canciones compuestas por Michael Jary y el letrista Bruno Balz. Balz era homosexual y fue detenido por “actividades inmorales” por la Gestapo en 1941, siendo objeto de torturas durante varios días. Finalmente fue liberado tras la intervención del mismísimo Goebbels a instancia del compositor Michael Jary, quien alegó no poder completar su trabajo para la película si no contaba con la colaboración de su compañero. 24 horas después de salir en libertad, Balz compuso con Jary el tema “Ich weiß, es wird einmal ein Wunder gescheh'n”, que podemos escuchar ahora en la voz de Zarah Leander:


video de ForumHistorica123

Siempre se ha discutido mucho acerca del grado de implicación de Leander con el régimen nazi. Es obvio que fue utilizada por el nazismo y que ella se dejó querer, aprovechándose de la sequía de estrellas que padecía Alemania en un momento en que para el Gobierno la propaganda triunfal de todo tipo era una prioridad, alcanzando su carrera una relevancia que probablemente en otras circunstancias, con Dietrich y Garbo trabajando en Alemania por ejemplo, no hubiera obtenido, o al menos no tan rápido.

Pero también es cierto que Leander mostró un cierto distanciamiento del régimen, como demuestra su negativa a nacionalizarse alemana o a afiliarse al Partido Nazi pese a las presiones recibidas, alegando que su trabajo era entretener y no tomar partido. Más discutible e increíble es la información aparecida en 1999 en el diario sueco Dagens Nyheter (Noticias del Día) que afirmaba que, tras haber accedido a unos papeles desclasificados del servicio de inteligencia sueco, se constataba que Leander podría haber sido una espía rusa.

En 1943, con la guerra mundial en plena efervescencia, las dificultades de supervivencia de la industria cinematográfica en una economía bélica eran evidentes, y Leander, tras ser bombardeada su casa de Berlín, optó por regresar a su Suecia natal, instalándose en la lujosa mansión que había comprado en 1939 con el dinero obtenido de sus trabajos en Alemania. Al acabar la guerra inicia una nueva carrera en Suecia, no siendo especialmente bien acogida por sus paisanos que le reprochaban sus coqueteos con el nazismo que había asolado Europa. Mientras en Alemania acabaron siendo prohibidas sus películas.

Con el paso del tiempo las cosas se fueron poniendo en su sitio y, dejando aparte las consideraciones morales que pueden hacérsele, el arte de Zarah Leander se impuso, protagonizando conciertos, musicales y películas, y convirtiéndose en una figura muy querida y admirada en Europa. Aquí podemos verla con 70 años en su última aparición televisiva en Suecia entonando, junto a otra ilustre compatriota, la gran Birgit Nilsson, “Sang om Syrsor”:


video de creaturefree

Quien haya escuchado alguna vez la voz de Zarah Leander es difícil que pueda olvidarla. Gustará más o menos, pero es notorio que impacta ese registro de contralto, casi masculino, que con los años aún se fue haciendo más grave, de tal forma que existen grabaciones en las que, sin imagen, uno duda de si está cantando una mujer o un barítono con resaca. Tanto es así que la propia Leander cuenta cosas como que recibía cartas de admiradores que decían tener todos sus discos y le pedían autógrafos llamándola “Señor Leander”, o que cuando se ponía al teléfono era habitual que la confundiesen con su marido. Aquí podemos escuchar de nuevo a Leander interpretando en 1960 la canción "Einmal kommt die Liebe", compuesta por Michael Jary:


video de Leotaurus1975

De cualquier modo, el hechizo que transmite la voz de Leander es irresistible y aumenta si le unimos la belleza de esta mujer en sus primeras apariciones en pantalla, como en “Es war eine rauschende Ballnacht” (1939), traducida en España como “Noche Embrujada”, una película dirigida por Carl Froelich, en la que se pretendía hacer una pseudo-biografía de Tchaikovsky más que discutible, donde Leander era la amante (¡!) del compositor ruso e interpretaba temas que se hicieron tan populares como este "Nur nicht aus Liebe weinen", compuesto por Theo Mackeben, con el que finalizo hoy este post, y que luego hemos podido escuchar en las bandas sonoras de muchas películas más recientes, como por ejemplo en “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”, de Pedro Almodóvar, el que a mi juicio posiblemente sea el mejor trabajo del director manchego:


video de zarahlilawen