Pues aquí estamos iniciando un año más… Y otros muchos que vengan. En estos pasados doce meses, en lo personal no me puedo quejar, porque sin duda ha predominado lo positivo, lo cual a ciertas edades es ya todo un privilegio. Es verdad que algunos cambios laborales y otras actividades extraescolares han hecho que tenga más desatendido de lo deseado este blog, pero, como en ambos casos se trata de cambios deseados, tampoco me quejo y procuraré compaginarlo todo como pueda para seguir dándoos la lata de vez en cuando.
En el apartado musical, el año se ha iniciado, como es habitual, con el tradicional Concierto de Año Nuevo retransmitido desde el Musikverein de Viena, donde, en esta ocasión, hemos tenido la suerte de contar con el protagonismo de alguien tan unido a la historia del Palau de les Arts de Valencia como el maestro Zubin Mehta, quien, además del cariño que algunos podamos profesarle por su decidida defensa de una ópera de calidad en nuestra ciudad, hay que admitir que llevó a cabo una magnífica actuación artística.
Reconozco mi emoción y orgullo escuchando a Zubin Mehta el día 1, una emoción que no pude evitar ver mezclada con una importante rabia y tristeza, pensando en que si las cosas se hubiesen hecho el pasado año en Valencia como tocaba, estarían presentando al maestro Mehta a millones de televidentes de todo el mundo como el director musical titular de la orquesta del teatro de ópera de la ciudad de Valencia. Lástima que las instancias políticas de esta Comunidad, que tanto daño han hecho a la misma en todos los ámbitos, incluido el cultural, no fuesen capaces en su momento de gestionar debidamente la situación por analfabetismo musical y ambición política.
Fue significativo escuchar como el locutor encargado de la retransmisión, el incombustible José Luis Pérez de Arteaga, ponía de relieve la vinculación del maestro indio con el Palau de les Artsy calificaba la labor de su Intendente Helga Schmidt como “heroica”. Me imaginé en ese momento la cara de doloroso estreñimiento que estaría poniendo María José Catalá si lo estaba oyendo, aunque enseguida llegué a la conclusión de que lo más probable era que la señora consellera de cultura estuviese chupándose en La 2 la bendición papal urbi et orbi, a ver si le llegaba algo de empuje divino y consigue al fin ser califa en lugar del califa, digo Presidenta en lugar del President.
El caso es que aunque la Catalá no lo viese directamente, alguien se lo debió chivar y, como es habitual en ella, no ha tardado ni 24 horas en aparecer en todos los medios una nota de prensa de la conselleria, disfrazada de “noticia”, en la que se habla del Palau de les Arts aprovechando para loar la gestión de Catalá y sus boys y cuestionar, más o menos sutilmente, la labor de Helga Schmidt. En este caso la información en sí no es mala, pues el que la Fundación Palau de les Arts haya acabado el año sin déficit, es una buena noticia; pero, vamos, de ahí a decir que eso se ha conseguido por la decisión de haber nombrado a un director económico administrativo o por un plan estratégico que aún no está aplicándose, hay un mundo.
Lo peor de todo es que el ahorro económico principal, que con tanta alegría se pretende vender, viene derivado de la aplicación de un traumático ERE que ha afectado de forma directa o indirecta a un buen número de familias y trabajadores del Palau de les Arts. Y, al menos a mí, me parece feo vender alegremente como una buena noticia aquello que, aunque haya conllevado alguna parte positiva en lo económico, ha causado dolor en lo personal. Además de que sólo faltaba que después del ERE no se hubiera ahorrado ni un euro…
Bueno, el caso es que, pensando en todo esto, han venido a mi memoria los intensos momentos vividos el año pasado en las últimas funciones dirigidas por Zubin Mehta en Les Arts, donde el público valenciano tuvo un comportamiento ejemplar, abucheando a la consellera y mostrando su apoyo expreso al maestro Mehta, quien recibió el día de la última representación de Turandot el sentido homenaje de todo el teatro, en una de las jornadas más emocionantes que yo he vivido en Les Arts y con cuyas imágenes me despido por hoy, deseándoos a todos un año 2015 con menos conselleras Catalá y más y mejor música.
Un año más, y espero que no sea el último, los visitantes de este blog han votado lo que les ha parecido lo mejor y lo peor de la pasada temporada operística en el Palau de les Arts, y los premios Helga de Orode la edición 2014 tienen ya destinatarios.
Como siempre hago, quiero ante todo agradeceros la participación a los que habéis pasado por aquí y habéis dejado vuestros votos en las diferentes categorías. Esta tontería que me inventé hace unos años no tiene más propósito que intentar ser un reflejo de lo que al público de Les Arts le haya gustado más en la temporada anterior.
La clara vencedora de este año ha sido la producción propia del Palau de les Arts de La forza del destino, que ha obtenido 5 de las 7 Helga de Oro, siendo las otras dos para La Valquiria, habiendo quedado sin premio producciones como La Traviata o L’italiana in Algeri, pese a contar con algunos aspectos muy reseñables.
Los premiados de este año han sido:
Helga de Oro 2014 a la mejor dirección escénica:Davide Livermore por La forza del destino
El trabajo del turinés Davide Livermore, en la producción del Palau de les Arts de La forza del destino que se ofreció en el Festival del Mediterrani, ha sido finalmente el vencedor en la categoría de mejor dirección escénica, con una propuesta de reducidos medios, pero muy eficaz, quetrasladó la acción a los años de la Segunda Guerra Mundial con una estética y guiños cinéfilos, y que finalmente se ha impuesto a dos trabajos internacionalmente premiados como los de La Traviata y La Valquiria.
Davide Livermore (La forza del destino): 30 votos Carlus Padrissa (La Valquiria): 23 votos Willy Decker (La Traviata): 9 votos
Helga de Oro 2014 a la mejor dirección musical:Zubin Mehta por La forza del destino
Es la cuarta ocasión que el maestro Zubin Mehta obtiene este galardón al mejor director musical. Esta vez la única duda parecía estar en cuál de sus trabajos de este año iba a ser el que el público considerase como el más relevante, y finalmente ha sido su labor de batuta en La forza del destino la premiada con el 65% de los votos. Es una lástima que una vez más haya quedado sin premio el italiano Ottavio Dantone, quien nos regaló una L’italiana in Algeri más que meritoria.
Zubin Mehta (La forza del destino):36 votos Zubin Mehta (Turandot):20 votos Ottavio Dantone (L’italiana in Algeri):5 votos
Helga de Oro 2014 al mejor tenor:Gregory Kunde (don Álvaro en La forza del destino)
Por segundo año consecutivo el premio al mejor tenor, como era fácil de presagiar, ha ido a manos del tenor norteamericano Gregory Kunde, quien, igual que ocurriese la vez anterior, ha acaparado una clara mayoría de los votos. El año pasado obtuvo el 90% y este el 86%. Y es que Kunde nos volvió a dejar a todos rendidos con un don Álvaro magnífico tanto vocal como escénicamente. Es una pena que finalmente no se hayan confirmado esos rumores que apuntaban a que el año próximo podríamos haberlo tenido de nuevo en nuestro teatro en Norma.
Helga de Oro 2014 al mejor bajo/barítono:Stephen Milling (Hunding en La Valquiria)
He de reconocer que me satisface especialmente que el gran bajo danés Stephen Milling haya visto reconocido por los lectores del blog su habitual presencia en nuestro teatro siempre con un rendimiento óptimo, como también lo fue su fenomenal trabajo en La Valquiria. El papel de Hunding quizás no sea muy extenso, pero precisa de una voz que impresione y sepa transmitir toda la maldad del rol. En este caso tenía además el reto de que no se echase de menos a un gigante, en todos los sentidos, como Matti Salminen, quien asumió el papel años atrás en esta misma producción.
Stephen Milling: 37 votos Simone Piazzola: 10 votos Alexander Tsymbalyuk: 5 votos
Helga de Oro 2014 a la mejor soprano:Liudmila Monastirska (Leonora en La forza del destino)
No ha habido tampoco demasiada emoción en la categoría del premio a la mejor soprano, donde desde el inicio se destacó claramente la ucraniana Liudmila Monastirska, reconociéndose así el impacto que a muchos nos produjo una enorme voz verdiana de incuestionable belleza y poderío que, además, estuvo utilizada con un dominio técnico apabullante que le permitió regular intensidades y ofrecer algunos detalles bellísimos. Ha sido una pena que otra voz sensacional, como la de Sonya Yoncheva, haya quedado en un segundo plano. Ojalá todos los años nos encontrásemos con tener que dilucidar entre voces como estas.
Helga de Oro 2014 a la mejor mezzosoprano:Elisabeth Kulman (Fricka en La Valquiria)
Esta ha sido la única categoría en la que ha existido una dura pugna hasta los últimos minutos. Casi un triple empate entre las tres candidatas ha dominado toda la votación y, finalmente, ha sido la austriaca Elisabeth Kulman quien se ha impuesto por tan sólo dos votos de diferencia a la rusa Ekaterina Semenchuk y por tres a la valenciana Silvia Tro Santafé. A mí me gustó muchísimo la Fricka que nos brindó Kulman y espero que podamos contar con su presencia en otras producciones.
Elisabeth Kulman: 21 votos Ekaterina Semenchuk: 19 votos Silvia Tro Santafé: 18 votos
Helga de Oro 2014 al mejor espectáculo de la temporada:La forza del destino
No han existido demasiadas dudas a la hora de decidir cuál ha sido el espectáculo más redondo de los que pasaron por Les Arts la pasada temporada. Los votos empezaron repartiéndose entre La Valquiria y La forza del destino, pero esta última acabo por distanciarse en las votaciones, siendo la preferida para el 60% de los visitantes del blog. Una magnífica dirección musical de Zubin Mehta, la eficaz puesta en escena de Livermore y un reparto comandado por la pareja de lujo Kunde-Monastirska, configuraron una Forza del destino que permanecerá para siempre en el recuerdo de los aficionados valencianos.
La forza del destino: 34 votos La Valquiria: 18 votos Turandot: 9 votos
Helga Abucheadora 2014 a lo peor del año:Manuel Galduf (por la dirección musical de Maror)
Esta ha sido la categoría que menos participación ha cosechado, a lo mejor porque parte del público no quiere ser tan malo como yo destacando lo peor de la temporada, o quizás porque tampoco hubo muchos valientes que se chupasen la pésima Maror que se nos ofreció en abril. Sea como fuere, lo cierto es que los votantes han tenido clarísimo que el movimiento de palitroque, que no dirección musical, de Manuel Galduf en el foso de Les Arts, desgraciando la ópera de Manuel Palau, ha sido lo peor del año. Y yo añadiría que y de otros muchos.
Manuel Galduf: 31 votos Minerva Moliner: 13 votos Ivan Magrì: 8 votos
Pues hasta aquí los premios de este año. Como siempre digo, espero que dentro de doce meses, más o menos, podamos seguir por aquí hablando de premiar lo bueno que nos ofrezca la temporada que se iniciará en diciembre. Gracias de nuevo a todos los que habéis participado.
La última representación hoy de Romancero Gitano, ha puesto el punto final a la programación del VII Festival del Mediterrani y con ello a una convulsa temporada operística 2013/2014, marcada de forma clara por el relevo, todavía sin resolver, del director musical y la polémica suscitada este último mes por la decisión del maestro Zubin Mehta de no aceptar ese nombramiento.
Este final de temporada ha coincidido con la reunión ayer del Patronato de la Fundación Palau de les Arts, aprobando la programación del próximo ejercicio operístico en el coliseo valenciano y con una rueda de prensa de Zubin Mehtaen la que éste ha explicado claramente sus motivos para que haya rechazado hacerse cargo de la dirección musical del mismo, apuntando con el dedo a la falta de apoyo económico y de compromiso político en garantizar la continuidad de un proyecto que pueda mantener unos niveles de calidad acordes a la relevancia artística que ha conseguido el teatro en estos últimos años.
El anuncio de la programación de la temporada 2014/2015 no ha ofrecido ninguna sorpresa respecto a los rumores que ya circulaban hace tiempo, aunque quizás la sorpresa sea en sí misma que, al menos, hay una previsión de programación, que, dado cómo están las cosas, no es poco. Luego, como suele ser costumbre en esta casa, ya veremos cuánto se parece la previsión al resultado final.
La mini temporada propiamente dicha comenzará en diciembre, ya que antes el Palau se supone que estará ocupado con el montaje de Los miserables que ya se ofreció la pasada temporada, y que tanto gustó al refinado paladar musical de nuestro, todavía, President de la Generalitat. Digo que se supone porque, según las últimas informaciones, tampoco está claro que vaya finalmente a reponerse, dadas las pobres expectativas de venta de entradas. Lo cual tendría todavía más guasa.
Antes de diciembre, no obstante, tendremos la primera mamarrachada del año con la participación de la Orquestra de la Comunitat Valenciana y el Cor de la Generalitat en una coproducción entre el engendro CulturArts y el Palau de les Arts, de la zarzuela El rey que rabió, de Ruperto Chapí, que, como se ve que no hay bastante espacio en Les Arts, se representará en el Teatro Principal y bajo la dirección de Enrique García Asensio(miembro por cierto del Patronato de Les Arts y que muestra tan poca lucidez cuando reflexiona sobre el futuro de esta institución cultural como cuando dirige). La verdad es que, viendo ese prólogo de temporada, es como para salir corriendo, sobre todo si consideramos que ese podría ser el futuro que algunos o algunas desean para la ópera en Valencia.
Durante el mes de noviembre parece que habrá diversos conciertos, de esos con los que luego nos rellenan el abono y nos hace tanta ilusión. No hay datos de momento al respecto, aunque uno de ellos está previsto que lo dirija el valenciano Gustavo Gimeno.
La temporada en Les Arts se abrirá en diciembre (¡qué chuli, como en La Scala!), tal y como estaba previsto con la ópera Manon Lescaut, de Giacomo Puccini, que no pudo representarse un año antes por la caída del trencadís y la nefasta e injustificada decisión del conseller Buchde proceder al cierre temporal del teatro. En el foso agitará la batuta con frenesí, frente a los músicos que todavía queden en nuestra orquesta, Plácido Domingo.
El cantante madrileño seguirá siendo protagonista de este inicio de temporada, pero esta vez, afortunadamente, sobre el escenario, asumiendo el papel de Vidalen la zarzuela Luisa Fernanda, sustituyéndole Jordi Bernàcer al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, en la producción que pudo verse hace unos años en el Teatro Real con dirección escénica de Emilio Sagi.
En enero vendrá un Don Pasquale, de Donizetti, del que no se ha adelantado dato alguno; y en marzo aparece la que posiblemente sea la joya de la temporada, Norma(¡por fin Bellinillega a Les Arts!), con la dirección musical de Gustavo Gimeno y un elenco del que tampoco se han dado datos, aunque por los mentideros de la casa circulan algunos nombres relevantes. La temporada se cerrará, en principio, con una de las más populares óperas de Verdi, Nabucco, sin que se conozca nada más por ahora.
Habrá que esperar a que en las próximas semanas se faciliten más datos acerca de producciones, directores e intérpretes; pero, en cualquier caso, es evidente que lo anunciado no es motivo de especiales alegrías, más allá, repito, de que, al menos, haya alguna previsión de futuro. Es una temporada de mera supervivencia, con títulos populares y que no exigen orquestas muy grandes, sin asumir el más mínimo riesgo en la programación.
No obstante, viendo las situaciones que se han vivido estas últimas semanas y todo lo que se lleva ya arrastrando desde hace muchos meses, me voy a permitir trasladar desde aquí mi pública felicitación y agradecimiento a la intendente Helga Schmidt, a quien tanto he criticado en otras ocasiones por muchos motivos, por seguir manejando el timón con serenidad y sin perder el rumbo a pesar de todo, consiguiendo cuadrar una nueva temporada en medio del temporal, con todas las pegas que se le quieran poner, pero que es mejor alternativa que la opción de cierre del teatro que ha sido estos días algo más que una mera especulación, sabiendo que además este nuevo ejercicio operístico también nos ofrecerá, seguro, sorpresas agradables.
De cualquier modo, el anuncio de la temporada no soluciona los males que seguimos teniendo, el principal de ellos el económico del que derivan todos los demás, siendo prioritario evitar como sea que la mejor orquesta de España siga desangrándose con la marcha de más músicos. Ya dijo el otro día el maestro Mehtaen su despedida que había firmado 12 cartas de recomendación para algunos de ellos.
Mientras todo esto ocurre, los responsables políticos de esta Comunidad siguen ofreciendo nuevas muestras de su incapacidad. Han pretendido engancharse al apoyo popular recibido por el maestro Mehta, manifestando que ellos también deseaban que éste asumiese la dirección musical de Les Arts, pero sin hacer nada para favorecerlo, limitándose a decir que apoyaban las declaraciones del director exigiendo mayor apoyo al gobierno del Estado.
Un presidente de la Generalitat o una consellera de cultura con una mínima dignidad no pueden decir esto sin sonrojarse. Su obligación es, si realmente creen en ello, luchar políticamente y exigir de forma activa el aumento del apoyo económico del gobierno central, así como la integración de éste en el Patronato.
También me ha parecido vergonzoso que, después de conocer que una de las quejas del maestro Mehta era el que ni siquiera habían hablado con él, no se hayan dignado a llamarle hasta el penúltimo día del director en Valencia, en que se reunió con el señor ese que dice ser el presidente de la Generalitat; habiéndose conocido también que la consellera Catalá podría haberse visto con Mehta brevemente ayer, justo antes de partir. Como siempre llegando tarde y haciendo el ridículo en nombre de los valencianos.
Lo más importante en estos próximos meses será ver si asistimos a la lenta descomposición del proyecto, o bien a una apuesta seria de apuntalamiento y revitalización del mismo, con compromisos económicos y artísticos, a corto y medio plazo, que permitan la continuidad de una programación operística de calidad en Valencia.
Muchas veces he criticado determinados comportamientos del público habitual del Palau de les Arts. No me estoy refiriendo a los universales móviles, caramelitos, toses… (ayer tuvimos un horroroso pajarito de WhatsApp en pleno pianísimo); sino al pasotismo, la desidia y el desinterés con el que en numerosas ocasiones se ha asumido el maltrato recibido, tanto el procedente de los gestores del teatro, como de las administraciones públicas suministradoras de fondos, fondillos o paupérrimas propinas.
Pero ayer por la noche, cuando volvía a casa después del estreno de Turandot, me sentía, sobre todo, muy orgulloso de ese mismo público que durante toda la velada mostró un comportamiento ejemplar, manifestando, expresa y ruidosamente, su apoyo a un proyecto cultural de relieve internacional y el rechazo hacia la ignorancia y la soberbia de nuestros gobernantes.
Después de que se conociese la noticia hace una semana, de que el maestro Mehta rechazaba el ofrecimiento de ser el director musical titular de la Orquestra de la Comunitat Valenciana y que se desvincularía del Festival del Mediterrani, en los diferentes medios de prensa, blogs, foros y corrillos de aficionados, no se comentaba otra cosa. Todo el mundo hablaba del tema con enorme preocupación. Bueno, todo el mundo, no. A modo de irreductible gala, la señora Consellera de Cultura y Portavoz del gobierno valenciano, María José Catalá, ha tenido el cuajo de permanecer todo este tiempo callada y aparentemente inactiva, y, por todo comentario, tan sólo dijo que cuando acabase el Festival ya se estudiaría cómo quedaría el asunto.
En el post que escribí en este blog el pasado viernes, terminaba diciendo que “si la señora Consellera tiene la cara de volver a Les Arts para el estreno de Turandot el día 11, igual no estaría de más que escuchase y viese cómo el público rechaza expresamente su labor y apoya al maestro Mehta”. No lo dije convocando a las masas a la revolución, simplemente manifesté lo que a mí me gustaría que pasase. Y pasó.
En toda la semana, después de saber que Zubin Mehta se había quejado de no haber sido ni siquiera escuchado, no se dignó la señora recibirle ni hacer una declaración pública contándonos algo, aunque fuese mentira… Siguió encerrada en su inframundo y, claro, la gente reaccionó.
Ayer, efectivamente, tuvo la cara de ir al estreno de Turandot, y encima entró en la sala a hurtadillas, cuando estaba ya casi en penumbra. Pero un débil abucheo empezó a escucharse y muchos aficionados se volvieron hacia el palco descubriendo a la Consellera allí aposentada, con lo que comenzaron los gritos de dimisión, fuera, sinvergüenzas y muchos abucheos. En ese instante, diez o doce pelotas repeinados, que posiblemente teman irse a la cola del Servef a partir de mayo, comenzaron a aplaudir, lo que tuvo un efecto inmediato; casi la totalidad del teatro abucheó y grito ruidosamente a la Consellera Catalá durante varios minutos.
Apenas instantes después, hacía entrada en el foso el maestro Zubin Mehta, quien fue recibido por el público puesto en pie con una estruendosa y larga ovación y gritos de Bravo y Quédate. Estos se repetirían todos los finales y comienzo de acto. Especialmente, poco antes de comenzar el tercero, cuando una voz gritó: “Zubin, no te vayas”. De nuevo toda la sala se puso en pie y permaneció ovacionando y braveando a Mehta durante casi cinco minutos, llegando a encenderse las luces. Al final de la representación, cuando el maestro subió al escenario, su salida fue acompañada por otra reacción similar acompañada de una lluvia de papelitos lanzados desde los pisos altos, conteniendo mensajes como: “Gracias maestro Mehta”, “no te vayas”, “políticos ignorantes” y “Maestro Mehta, quédese”. El director leyó uno de estos papeles, se lo llevó al corazón e hizo un signo notorio de agradecimiento hacia el público. Más de un cuarto de hora de ovaciones puso el perfecto punto final a una noche cuajada de emociones extra musicales… pero también musicales, claro.
video de MrRobuso
No sé si será por todo lo que está rodeando estas funciones, pero ayer Zubin Mehta hizo sonar a las joyas de la corona, Orquestra de la Comunitat Valenciana y Cor de la Generalitat, con una fuerza y un poderío increíbles. Haciendo ostentación. Parecía que en ese juego de símbolos y gestos que estaba desarrollándose en el teatro, el maestro hubiera pensado: hoy hasta el más tontito se va a enterar de la calidad que tienen los cuerpos estables de este teatro.
La belleza del sonido obtenido de la orquesta fue excelsa. El colorido y riqueza de matices y texturas que logró el maestro indio nos dejó absolutamente emocionados. Yo tengo ya unas cuantas Turandot escuchadas desde que tengo orejas y os puedo asegurar que ayer descubrí algunas facetas de la partitura que pocas veces me habían llamado la atención. Hubo un férreo y efectivo control de batuta, una asombrosa claridad, sentido del ritmo y fuerza dramática. Los pasajes más íntimos fueron abordados con desbordante lirismo y delicadeza extrema, como el maravilloso acompañamiento al “signore ascolta”. Pero cuando había que darle al forte, Mehta ponía el turbo y allí no había prisioneros, con el coro y orquesta al límite de volumen y de notas mantenidas. ¿Efectismo?, quizás; pero los resultados fueron apasionantes e inolvidables.
La orquesta estaba también viviendo una jornada muy especial y no defraudó en absoluto. Todos sus integrantes estos días merecen nuestro total apoyo. Es a ellos a quienes no queremos perder. Zubin Mehta es el mago y quien sabe extraer lo mejor del grupo, pero sobre todo es el medio para asegurarnos que estos músicos permanezcan aquí. Ayer hubo sobresalientes intervenciones en todas las secciones, metales, percusión, cuerdas, maderas… Se lució notablemente el concertino Guiorgui Dimchevski y Francisco Varoch con el flautín; pero querría destacar a dos músicos que brillaron especialmente y que son dos de los que ya han anunciado que, lamentablemente, no continuarán en la orquesta la próxima temporada, Guiorgui Anichenko al violoncello y Christopher Bouwman al oboe.
El Cor de la Generalitat ha conseguido ya agotar mi repertorio de elogios. Con menos refuerzos de los requeridos y sometidos a unas exigencias extremas, consiguieron ofrecernos nuevamente una lección magistral de canto coral operístico y actuación dramática, aunque sufriésemos por ellos en esos finales de acto larguísimos en agudos inacabables en fortísimo que marcó el maestro y que aguantaron de forma excelente. Pero no sólo mostraron fuerza y rotundidad, sino también una sensibilidad exquisita en momentos como el “Liù bontà”.
Un fuerte aplauso merece también la Escolanía de la Mare de Déu dels Desamparats, que obtuvo el reconocimiento expreso del maestro Mehta, al situar a los niños junto a él en los aplausos finales.
En el terreno vocal, tenía muchas expectativas ante la soprano estadounidense Lise Lindstrom, pero no puedo ocultar que me defraudó bastante. Esperaba más de ella después de haber leído algunos comentarios y viendo que interpreta el papel en los principales teatros internacionales. Pero, dentro de mantenerse en un nivel alto, no acabó de convencerme. Comenzó nerviosa y destemplada y fue mejorando progresivamente. Es indudable su dominio de la zona alta de la tesitura, con unos agudos bien proyectados que son puros estiletes, poderosos, acerados y brillantes, aunque también es verdad que en algún momento rozase el chillido. El problema vino básicamente de una zona grave desguarnecida, donde la voz perdía toda consistencia y se hacía inaudible.
Por otro lado, transmitió una gran frialdad, que para el personaje de la princesa de hielo tampoco es que le venga tan mal, pero hay cantantes que mantienen ese distanciamiento al mismo tiempo que su voz te atrapa y emociona. Ella no lo consiguió. Me gustó bastante más vocalmente en el tercer acto, donde la voz pareció haberse asentado más, pero continuó transmitiendo la misma frialdad que antes de los enigmas y eso que le dio un piquito De León.
A Jorge de León creo que poco más se le puede pedir. Podrá gustar más o menos, pero su entrega fue absoluta. Se vació con un Calaf arrojado, valiente y que recibió a porta gayola todas las diabólicas exigencias de la partitura. También dio la impresión de comenzar algo nervioso, con algún despiste y con un centro que mostraba una emisión demasiado oscilante, mejorando algo conforme avanzó la representación. Su fraseo, ya lo conocemos, no es especialmente refinado, pero introdujo algunos matices y detalles de buen gusto. Donde no se le puede discutir raza y poderío es en una zona aguda en la que se encuentra cómodo y donde nos ofreció una exhibición sin parangón, con un calderón larguísimo al finalizar el nessun dorma que hizo estallar a la platea.
La Liù de Jessica Nuccio tuvo una virtud por encima de todas y es que consiguiésemos disociar ese personaje en esta producción con la inefable Voulgaridou de infausto recuerdo. Obviamente la joven soprano italiana no es tampoco la Caballé, pero cantó con suma delicadeza y se marcó algunos pianísimos notables.
El bajo Alexánder Tsymbalyuk es un viejo conocido en Les Arts donde ya ha representado este papel de Timur en anteriores temporadas. Nuevamente volvió a impresionar por su potente voz y su timbre bellísimo de auténtico bajo, aunque con esa característica sonoridad eslava que me hacía ver en él más a Boris Godunov que al padre de Calaf.
Muy acertados y entregados en la vertiente escénica los ministros Ping, Pang y Pong, interpretados por Germán Olvera, Valentino Buzza y Pablo García López, gustándome más este último en el apartado vocal.
El ilicitano Javier Agulló volvió a asumir el rol de Altoum y de nuevo con prestaciones alejadas de las deseadas, contribuyendo a ello también el estar cantando al fondo del escenario y con una dirección escénica de juzgado de guardia. No me gustó tampoco el Mandarino de Ventseslav Anastasov. Por el contrario, sí me parecieron muy acertadas las breves intervenciones de Carmen Avivar y Jacqueline Squarcia, como due ancelle.
En cuanto a la dirección escénica del director de cine chino Chen Kaige, de cuya reposición se ha encargado Allex Aguilera, poco nuevo hay que decir. Ya la conocemos sobradamente pues es la tercera vez que se repone esta producción. Es una propuesta que agrada especialmente a los amantes de las versiones tradicionales y estéticamente vistosas. Tiene su punto kitsch y basa toda su fuerza en el poder visual del colorido vestuario y en una escenografía de corte muy clásico. En el apartado de dirección de actores los estrechos espacios no dan mucho juego al coro y tampoco es un terreno en el que se haya hecho algo especialmente relevante, salvo en los personajes de Ping, Pang y Pong, en los que sí se ha cuidado la actuación dramática y pienso que con éxito. También me resulta atractiva su escena inicial del segundo acto.
En lo peor, siguen estando las absurdas banderitas del coro, el estilete del verdugo danzarín y sobre todo ese personaje de Altoum convertido en un idiota ebrio y con Parkinson.
El teatro estaba lleno hasta la última butaca y se espera que sea así en las dos funciones que restan, donde está ya todo vendido a excepción del 5% reservado para el día de la representación. La noche empezó caldeada con el abucheo a la Consellera y acabó pletórica, con una de las más largas ovaciones de este teatro y la entrañable lluvia de papelitos.
No sé si esta reacción del público servirá finalmente para algo. Lo que es seguro es que el no hacer nada nunca sirve para nada. De momento hoy la señora Consellera se ha dignado abrir esa boca de portavoz que tiene y nos ha obsequiado con su melodioso timbre sopranil. Pero unas cuantas bobadas han vuelto a adornar sus breves declaraciones, como que: el Consell se compromete a mantener el gasto en el coliseo para que Mehta se quede (el año pasado se comprometió a aumentarlo y bajó); que respetan la decisión de Mehta motivada por su agenda y otras circunstancias (sí, otras sin importancia como la falta de compromiso de ustedes en un proyecto de futuro y de calidad o que ni siquiera le habían recibido para hablar con él); que la Intendente planifica la programación con mucha antelación (esto será un chiste de humor negro… planificará, pero no puede cerrar nada hasta bien entrado el verano por la incertidumbre presupuestaria a la que la someten); o que siempre prefiere que sean los profesionales quienes gestionen esos asuntos y que la política debe dar un paso atrás. Mire usted, pues no. Para mantener este proyecto tenían ustedes que haber dado muchos más pasos adelante y ofrecer todo el apoyo necesario para mantener este activo cultural que, pese a todo, su ignorancia parece que les sigue impidiendo vislumbrar.
Hoy, Joaquín Guzmán ha escrito en ABC un artículo que me parece una de las reflexiones más lúcidas y acertadas que se han hecho estos días sobre el tema. Podéis leerlo AQUÍ, pero os dejo ahora los últimos párrafos que me parecen especialmente relevantes y clarificadores:
“Mehta por sí sólo no fue el principio, el durante, ni el fin. La marcha de Mehta es el síntoma. Es evidente que al gran maestro se le tiene devoción pues ha permanecido fiel a nuestro teatro desde que este se inauguró, pudiendo ir donde quiera ganando mucho más dinero. A Mehta se le adora por ser quien es, pero también por lo que representa y por lo que su marcha supone. La reacción del público estos días, que corre como un reguero por las redes sociales de medio mundo, es también por temor. Temor a que un proyecto de gran cultura que la ciudad y los aficionados han hecho suyo sea arrebatado por la falta de sensibilidad y la ignorancia política.
La sensibilidad se tiene o no se tiene (qué le vamos a hacer), pero a pesar de carecer de ella, se puede gobernar muy bien con conocimientos. El proyecto de calidad en Les Arts es viable económicamente pues sus réditos directos y sobretodo indirectos son más que evidentes para una ciudad de clara proyección turística. Pero también lo es culturalmente por el poso que va dejando en la ciudad y en sus ciudadanos.
Con proyectos como el Palau de Les Arts, un IVAM como lo fue, del Palau de la Música, un San Pio V del que sentirse orgullosos, no avergonzados, se crece en todos los sentidos y la Comunidad Valenciana madura, y se desarrolla. De ambas cosas creo mucha gente les pueden hablar con más propiedad que yo. Piensen seriamente en ello, reflexionen sobre lo que hay detrás de esas protestas. Qué es lo que realmente el ciudadano está reclamando. Y si carecen de conocimientos para valorar estas cosas (no se puede saber de todo por muy político que se sea), asesórense, que no cuesta nada. Y rectifiquen.”
Así sea. De momento quedan los últimos tres días de óperas y dos semanas de actividades diversas. Procuraremos disfrutarlo por lo que pueda venir. El sábado, por cierto, quien viene es la, todavía, Reina, a este coliseo que lleva su nombre. Amiga personal de Mehta, no estaría de más que nos echase una mano.
La prensa ya ha hecho pública la noticia de que Zubin Mehta ha declinado la oferta que se le realizó desde la dirección del Palau de les Arts para ser el director titular de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, a partir del próximo año, en sustitución de Omer Meir Wellber.
El propio Mehta comunicó ayer su decisión a los músicos de la orquesta, tras la segunda de las funciones de La forza del destino, adelantándoles que tampoco continuará su vinculación con Les Arts en próximas ediciones (si es que las hay) del Festival del Mediterrani.
Todo eso me ha sido además confirmado directamente por fuentes de la propia orquesta, desde donde ya me advierten que se espera la huida generalizada de muchos de sus componentes si esto no se evita.
La noticia, lamentablemente, no es que nos coja por sorpresa, viendo la cortedad de miras, la desidia e incompetencia que han venido acreditando quienes dicen regir la política cultural de esta Comunidad y no han demostrado estar a la altura ni de organizar con éxito un torneo de parchís (valenciano, por supuesto); pero no por ello me deja de indignar y entristecer.
Estaba claro que después de que el año pasado el President Fabra tomase el cabello impunemente al maestro Mehta, prometiéndole un apoyo a Les Arts que nunca se ha hecho realidad, y después de comprobar éste cómo la situación está cada vez peor, con EREs cercenando plantilla, con giras a China suspendidas, sin saber el presupuesto con el que se va a contar, etc; lo más normal es que Mehtadijese no.
Pero he de confesar que al recuperar estos últimos días las sensaciones de los mejores tiempos de gloria vividos en este teatro, con esta maravillosa Forza del destino que estamos teniendo el privilegio de disfrutar, habiéndonos reencontrado con el mejor sonido de nuestra orquesta y viendo la cariñosa acogida del público valenciano al maestro Mehta, tenía una mínima confianza de que éste pudiese darnos una enésima oportunidad, volviendo a apostar para evitar que se eche a perder este enorme activo cultural que todos saben apreciar menos quienes nos gobiernan.
Pero no ha sido así, la insensibilidad de la Consellera Catalá y su equipo ha quedado en evidencia para siempre. Si después de estar presente en el estreno del Festival, no fue capaz de salir de allí corriendo a firmar el compromiso de Mehta, es que no merece el puesto que tiene.
La ambición política de esta mujer es de sobra conocida y le encantaría quedar para la posteridad como la primera mujer presidenta de la Generalitat. No sé si al final lo conseguirá o no. Del grado de sabiduria o idiocia de los ciudadanos dependerá. Pero lo que sí es seguro es que va a pasar usted a los anales de la historia política valenciana, señora Catalá, como la responsable de la desaparición de la mejor orquesta que ha habido en España y la aniquiladora de un teatro de ópera de primer nivel.
Se habla mucho confundiendo derroche con inversión en cultura, y seguro que ahora empezarán a llover las campañas diciendo que es que Mehta es un pesetero, cuando lo único que ha ocurrido es que se ha cansado ya de ver la falta de compromiso de los responsables políticos con un proyecto en el que prime la defensa de la calidad.
Aquí el único derroche auténtico vendrá cuando todo el dinero, esfuerzo y recursos que se han dedicado a construir esta joya cultural que poseemos (y no me refiero al edificio, claro) no haya valido para nada.
Ahora no tengo ni tiempo, ni ánimo, ni fuerzas de ahondar más en el tema y desarrollarlo como merece, pero todo llegará. De momento tendríamos que plantearnos que nuestra voz como aficionados debería oírse y si la señora Consellera tiene la cara de volver a Les Arts para el estreno de Turandot el día 11, igual no estaría de más que escuchase y viese cómo el público rechaza expresamente su labor y apoya al maestro Mehta.