
El fotógrafo madrileño David Rocaberti tiene previsto inaugurar hoy, día 24, en Valencia (a las 20 horas, en la Junta Municipal de Ruzafa, c/ Matías Perelló nº 5-7) una interesantísima muestra de su trabajo.
Ya tuve oportunidad de hablar de su obra en el post que le dediqué con
motivo de su anterior exposición en esta ciudad en 2009. Desde entonces Rocaberti ha continuado su incesante trabajo, cámara al hombro, y se han sucedido con éxito las exposiciones de sus fotografías en diferentes ciudades. Ahora regresa a Valencia y vuelvo a aprovechar la ocasión para recomendar a todos los amantes de la fotografía y de las artes visuales que se acerquen por allí, hasta el 8 de abril, para disfrutar con sus creaciones.

No me llevo comisión, ni me van a dar más jamón en la inauguración por hacer esta reseña y ni siquiera el fotógrafo sabe que estoy escribiendo esto, pero cuando surgen iniciativas culturales interesantes en esta ciudad, considero de justicia hacer mención de ello, sobre todo cuando los canales oficiales guardan un silencio que retrata (nunca mejor dicho) su desconocimiento.
Desde que conocí la obra de Rocaberti me fascinó su fuerza visual y su valor artístico; su habilidad para descubrir con el disparador de una cámara lo excepcional en lo cotidiano, consiguiendo atrapar en sus imágenes la belleza visual de cuanto nos rodea, capturando para siempre momentos irrepetibles.

Detrás de estas fotografías hay un cuidadoso trabajo que va mucho más allá de disparar instantáneas para buscar posteriormente las mejores, pero evitando a la vez los trucos y ediciones. No estamos ante un artista que moldea y adapta lo natural a su particular visión del mundo, sino ante un simple testigo de lo que ocurre a nuestro alrededor, pero cuya perspicaz mirada, siempre alerta y en activa contemplación, alcanza a ver lo que los demás muchas veces no nos detenemos a observar y, cual avezado cazador, lo apresa en su cámara para nosotros.

Ya tuve oportunidad de hablar de su obra en el post que le dediqué con


No me llevo comisión, ni me van a dar más jamón en la inauguración por hacer esta reseña y ni siquiera el fotógrafo sabe que estoy escribiendo esto, pero cuando surgen iniciativas culturales interesantes en esta ciudad, considero de justicia hacer mención de ello, sobre todo cuando los canales oficiales guardan un silencio que retrata (nunca mejor dicho) su desconocimiento.



Detrás de estas fotografías hay un cuidadoso trabajo que va mucho más allá de disparar instantáneas para buscar posteriormente las mejores, pero evitando a la vez los trucos y ediciones. No estamos ante un artista que moldea y adapta lo natural a su particular visión del mundo, sino ante un simple testigo de lo que ocurre a nuestro alrededor, pero cuya perspicaz mirada, siempre alerta y en activa contemplación, alcanza a ver lo que los demás muchas veces no nos detenemos a observar y, cual avezado cazador, lo apresa en su cámara para nosotros.

El secreto de Rocaberti es algo tan simple, y tan extraordinario
a la par, como la experiencia de un auténtico profesional que sabe colocar su objetivo en el momento y lugar en que la realidad, de forma natural y casual, se organizará en armónica composición visual, convirtiendo la fugacidad de la mirada en poética obra de arte para goce permanente de nuestros sentidos. Robert Doisneau dijo en una ocasión que la disciplina más próxima a la fotografía era la poesía, y Rocaberti ha venido a Valencia para demostrarnos que tenía razón.
La exposición de fotografías de David Rocaberti puede visitarse en Valencia, del 24 de marzo al 8 de abril, en la Junta Municipal de Ruzafa (c/ Matías Perelló nº 5-7), en horario de 10.30 a 13.30 y de 16.30 a 19.30 horas, de lunes a viernes.

La exposición de fotografías de David Rocaberti puede visitarse en Valencia, del 24 de marzo al 8 de abril, en la Junta Municipal de Ruzafa (c/ Matías Perelló nº 5-7), en horario de 10.30 a 13.30 y de 16.30 a 19.30 horas, de lunes a viernes.