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lunes, 22 de septiembre de 2014

PREMIOS "HELGA DE ORO" 2014. LOS GANADORES


Un año más, y espero que no sea el último, los visitantes de este blog han votado lo que les ha parecido lo mejor y lo peor de la pasada temporada operística en el Palau de les Arts, y los premios Helga de Orode la edición 2014 tienen ya destinatarios.

Como siempre hago, quiero ante todo agradeceros la participación a los que habéis pasado por aquí y habéis dejado vuestros votos en las diferentes categorías. Esta tontería que me inventé hace unos años no tiene más propósito que intentar ser un reflejo de lo que al público de Les Arts le haya gustado más en la temporada anterior.

La clara vencedora de este año ha sido la producción propia del Palau de les Arts de La forza del destino, que ha obtenido 5 de las 7 Helga de Oro, siendo las otras dos para La Valquiria, habiendo quedado sin premio producciones como La Traviata o L’italiana in Algeri, pese a contar con algunos aspectos muy reseñables.

Los premiados de este año han sido:

Helga de Oro 2014 a la mejor dirección escénica: Davide Livermore por La forza del destino

El trabajo del turinés Davide Livermore, en la producción del Palau de les Arts de La forza del destino que se ofreció en el Festival del Mediterrani, ha sido finalmente el vencedor en la categoría de mejor dirección escénica, con una propuesta de reducidos medios, pero muy eficaz, que trasladó la acción a los años de la Segunda Guerra Mundial con una estética y guiños cinéfilos, y que finalmente se ha impuesto a dos trabajos internacionalmente premiados como los de La Traviata y La Valquiria.
Davide Livermore (La forza del destino): 30 votos
Carlus Padrissa (La Valquiria): 23 votos
Willy Decker (La Traviata): 9 votos

Helga de Oro 2014 a la mejor dirección musical: Zubin Mehta por La forza del destino

Es la cuarta ocasión que el maestro Zubin Mehta obtiene este galardón al mejor director musical. Esta vez la única duda parecía estar en cuál de sus trabajos de este año iba a ser el que el público considerase como el más relevante, y finalmente ha sido su labor de batuta en La forza del destino la premiada con el 65% de los votos. Es una lástima que una vez más haya quedado sin premio el italiano Ottavio Dantone, quien nos regaló una L’italiana in Algeri más que meritoria.  
Zubin Mehta (La forza del destino):36 votos
Zubin Mehta (Turandot):20 votos
Ottavio Dantone (L’italiana in Algeri):5 votos

Helga de Oro 2014 al mejor tenor: Gregory Kunde (don Álvaro en La forza del destino)

Por segundo año consecutivo el premio al mejor tenor, como era fácil de presagiar, ha ido a manos del tenor norteamericano Gregory Kunde, quien, igual que ocurriese la vez anterior, ha acaparado una clara mayoría de los votos. El año pasado obtuvo el 90% y este el 86%. Y es que Kunde nos volvió a dejar a todos rendidos con un don Álvaro magnífico tanto vocal como escénicamente. Es una pena que finalmente no se hayan confirmado esos rumores que apuntaban a que el año próximo podríamos haberlo tenido de nuevo en nuestro teatro en Norma.
Gregory Kunde: 46 votos
Aquiles Machado: 5 votos
Jorge de León: 3 votos

Helga de Oro 2014 al mejor bajo/barítono: Stephen Milling (Hunding en La Valquiria)

He de reconocer que me satisface especialmente que el gran bajo danés Stephen Milling haya visto reconocido por los lectores del blog su habitual presencia en nuestro teatro siempre con un rendimiento óptimo, como también lo fue su fenomenal trabajo en La Valquiria. El papel de Hunding quizás no sea muy extenso, pero precisa de una voz que impresione y sepa transmitir toda la maldad del rol. En este caso tenía además el reto de que no se echase de menos a un gigante, en todos los sentidos, como Matti Salminen, quien asumió el papel años atrás en esta misma producción.
Stephen Milling: 37 votos
Simone Piazzola: 10 votos
Alexander Tsymbalyuk: 5 votos

Helga de Oro 2014 a la mejor soprano: Liudmila Monastirska (Leonora en La forza del destino)

No ha habido tampoco demasiada emoción en la categoría del premio a la mejor soprano, donde desde el inicio se destacó claramente la ucraniana Liudmila Monastirska, reconociéndose así el impacto que a muchos nos produjo una enorme voz verdiana de incuestionable belleza y poderío que, además, estuvo utilizada con un dominio técnico apabullante que le permitió regular intensidades y ofrecer algunos detalles bellísimos. Ha sido una pena que otra voz sensacional, como la de Sonya Yoncheva, haya quedado en un segundo plano. Ojalá todos los años nos encontrásemos con tener que dilucidar entre voces como estas.
Liudmila Monastirska: 39 votos
Sonya Yoncheva: 14 votos
Jennifer Wilson: 5 votos

Helga de Oro 2014 a la mejor mezzosoprano: Elisabeth Kulman (Fricka en La Valquiria)

Esta ha sido la única categoría en la que ha existido una dura pugna hasta los últimos minutos. Casi un triple empate entre las tres candidatas ha dominado toda la votación y, finalmente, ha sido la austriaca Elisabeth Kulman quien se ha impuesto por tan sólo dos votos de diferencia a la rusa Ekaterina Semenchuk y por tres a la valenciana Silvia Tro Santafé. A mí me gustó muchísimo la Fricka que nos brindó Kulman y espero que podamos contar con su presencia en otras producciones.
Elisabeth Kulman: 21 votos
Ekaterina Semenchuk: 19 votos
Silvia Tro Santafé: 18 votos

Helga de Oro 2014 al mejor espectáculo de la temporada: La forza del destino

No han existido demasiadas dudas a la hora de decidir cuál ha sido el espectáculo más redondo de los que pasaron por Les Arts la pasada temporada. Los votos empezaron repartiéndose entre La Valquiria y La forza del destino, pero esta última acabo por distanciarse en las votaciones, siendo la preferida para el 60% de los visitantes del blog. Una magnífica dirección musical de Zubin Mehta, la eficaz puesta en escena de Livermore y un reparto comandado por la pareja de lujo Kunde-Monastirska, configuraron una Forza del destino que permanecerá para siempre en el recuerdo de los aficionados valencianos.
La forza del destino: 34 votos
La Valquiria: 18 votos
Turandot: 9 votos

Helga Abucheadora 2014 a lo peor del año: Manuel Galduf (por la dirección musical de Maror)

Esta ha sido la categoría que menos participación ha cosechado, a lo mejor porque parte del público no quiere ser tan malo como yo destacando lo peor de la temporada, o quizás porque tampoco hubo muchos valientes que se chupasen la pésima Maror que se nos ofreció en abril. Sea como fuere, lo cierto es que los votantes han tenido clarísimo que el movimiento de palitroque, que no dirección musical, de Manuel Galduf en el foso de Les Arts, desgraciando la ópera de Manuel Palau, ha sido lo peor del año. Y yo añadiría que y de otros muchos.   
Manuel Galduf: 31 votos
Minerva Moliner: 13 votos
Ivan Magrì: 8 votos

Pues hasta aquí los premios de este año. Como siempre digo, espero que dentro de doce meses, más o menos, podamos seguir por aquí hablando de premiar lo bueno que nos ofrezca la temporada que se iniciará en diciembre. Gracias de nuevo a todos los que habéis participado.

domingo, 1 de junio de 2014

"LA FORZA DEL DESTINO" (Giuseppe Verdi) - Palau de les Arts - 31/05/14

Enorme expectación anoche en el Palau de les Arts para asistir al estreno de La forza del destino, de Giuseppe Verdi, la ópera que abría el VII Festival del Mediterrani y que suponía el regreso al foso valenciano del maestro Zubin Mehta. El ambiente era el de las grandes noches, rozando el lleno, y se cumplieron todas las expectativas, con unos resultados artísticos sobresalientes que hicieron que acabara todo el teatro puesto en pie, absolutamente enardecido, ante una Forza que creo que, hoy por hoy, es difícilmente superable. Una noche mágica, sin duda, que, hasta a los más pesimistas, nos ha subido el ánimo bastantes enteros.

Especialmente emocionante resultó el recibimiento que el público tributó al maestro Mehta, brindándole un cerrada ovación con numerosos bravos nada más pisar el foso, en una evidente muestra de que el aficionado valenciano sabe apreciar y agradecer lo mucho que el director indio está haciendo para que en nuestra ciudad podamos seguir disfrutando de ópera de primera categoría. La intensidad de las ovaciones en cada salida de Mehta y que todo el público se pusiese en pie como movido por un resorte en cuanto se sumó a los saludos finales, era un claro grito de “maestro, no se vaya”.

Muchas caras conocidas en el patio de butacas, desde Joan Matabosch a María José Montiel. Y también nos alegró ver de nuevo al mando a la Intendente Helga Schmidt, quien parece encontrarse ya mejor tras el accidente que sufriese en Viena. En el palco nos obsequió con su presencia la Consellera de Cultura y recién nombrada nueva portavoz del gobierno valenciano, María José Catalá, a quien este nuevo cargo le va pintiparado, con lo que le gusta a esta señora figurar y darle al pico. La pena es que no haya aprovechado para dejar la cartera de Cultura en manos de alguien con más ganas e ideas para defender la ópera de calidad en Valencia de lo que ella hasta ahora ha demostrado.

45 minutos antes de iniciarse la representación tuvo lugar, por primera vez en el Palau de les Arts, una breve charla introductoria a la ópera, que corrió a cargo de Íñigo de Goñi, miembro de la Asociación Amics de l’Òpera i de les Arts de la Comunitat Valenciana. Estas charlas se repetirán todos los días de función, tanto de La forza del destino como de Turandot, en la sala de espera ubicada en el vestíbulo principal. Ayer la sala se llenó en pocos minutos y hubo mucha gente que tuvo que quedarse fuera. Está previsto que, a partir de ahora, esta Asociación se encargue de ofrecer este servicio a los espectadores con entrada para las diferentes representaciones de la temporada.

Ante la ausencia de recursos económicos en Les Arts, para la dirección de escena se ha vuelto a apostar por encargar una producción propia a Davide Livermore, director artístico del Centre de Perfeccionament, y responsable de anteriores propuestas interesantes como las de La Bohème o el Otello del año pasado.

El resultado final de su trabajo creo que ha sido muy positivo. Y mucho más si valoramos que en este caso no se trata de una concepción genial de algún registailuminado que cuenta con cheque en blanco, sino de una propuesta marcada por la necesidad de ahorrar recursos. Para ello, se ha contado con el vestuario de Mariana Fracasso, la iluminación de Antonio Castro y las videocreaciones de D-Wok S.R.L., así como con el intenso trabajo de todo el equipo del teatro, reciclándose y aprovechando material de otras producciones.

La escena se ha trasladado a los años de la Segunda Guerra Mundial con una estética claramente cinematográfica, con múltiples guiños cinéfilos. Nada más comenzar la obra, la obertura es acompañada por unas proyecciones que nos van adelantando lo que va a suceder a modo de tráiler fílmico, con muchas referencias al cine negro, pero también a algunos planos míticos de Eisensteino del expresionismo alemán. Esta obsesión de los directores de escena por tener que “entretenernos” mientras suenan las oberturas, parece no tener solución.

Los pájarosde Alfred Hitchcock tiene un papel importante, con esos cuervos agrupándose en el tendido eléctrico anunciando el fatal destino, tanto en el primer acto antes de la muerte del Marqués de Calatrava, como en el duelo final entre don Álvaro y don Carlos.

La producción, en conjunto, creo que funciona bastante bien y la traslación temporal no molesta en absoluto. Desde el punto de vista estético me resultó enormemente sugerente, sobre todo gracias a un uso de la iluminación muy inteligente, aunque el abuso del color rojo para resaltar la maldad acabe por cansar.

Me parece muy de agradecer que la escenografía y los movimientos de los cantantes estén pensados para procurar que destaque el trabajo de estos, dando preeminencia a las voces, no a la egolatría del regista. No en vano Livermore fue cocinero antes que fraile, en este caso cantante antes que director escénico, y eso se nota. Eso sí, algunos cambios de escena fueron excesivamente largos y en el del tercer acto se improvisó un bochornoso concurso de toses estentóreas entre parte del público que, aunque parece que a algunos les hizo mucha gracia, a otros, incluido Mehta, no tanto.

También destacaría en el aspecto positivo, como suele ser habitual en las propuestas de Livermore, una trabajada dirección de actores y del movimiento escénico que, aunque haya cosas que gusten menos, como algunos bailecitos o las posturitas de los frailes al grito de maledizione!, denota seriedad, estudio y sentido del drama.

Es verdad que hubo algunas proyecciones que me parecieron grotescas, como las de los angelotes, pero en general consiguen un buen resultado, contribuyendo a resaltar ambientes y acentos psicológicos, siempre con esa reminiscencia cinematográfica presente.

Es inevitable que en toda transposición temporal de la puesta en escena de un libreto haya discordancias y anacronismos, pero en esta ocasión la cosa no chirriaba más que en momentos puntuales, como las referencias a carruajes o caballos o, sobre todo, esas espadas transformadas en pistolas.

Pese a todos los peros que se le quieran poner, lograr, con los reducidos medios de los que se disponía, unos resultados de este nivel, que superan con mucho el de costosas y horrorosas producciones, es merecedor de un fuerte aplauso como el que fue brindado ayer a Livermore y todo su equipo al finalizar la función.

Tras el martirio conceptual y de ejecución que supuso la dirección musical de Manuel Galduf en Maror, el regreso del maestro Mehta al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, nos ha despertado de aquella pesadilla que algunos parecen seguir empeñados en desear que sea el futuro que nos espere. El maestro Mehta nos ha devuelto el mágico sonido de nuestra orquesta, volviendo a hacer brotar la belleza y la emoción del foso valenciano.

Y es que si por algo se caracterizó la labor del director indio fue por, una vez más, lograr hacer brillar como nadie la orquesta, con un equilibrio extraordinario entre secciones y un control absoluto de cuanto ocurría en el foso y en escena. La Obertura fue dirigida con mano maestra, aunque yo eché de menos una pizca más de garra e intensidad, si bien a cambio se obtuvo un lirismo de muchos quilates. El pulso dramático no decayó en ningún momento y en los momentos más íntimos la belleza sonora se desplegaba con apabullante insolencia, como en el inolvidable y electrizante pianísimo de las cuerdas que puso el broche final a una noche en la que volvimos a reencontrarnos con la mejor versión de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. Gracias, maestro Mehta.

Entre las intervenciones solistas, hay que destacar la magistral actuación de Joan Enric Lluna en el solo de clarinete introductorio al aria de don Álvaro con el que se inicia el tercer acto, donde, a su ya conocido virtuosismo en la ejecución, se unieron una sensibilidad y lirismo estremecedores. También tuvieron intervenciones muy destacadas el concertino, Serguéi Ostrovski, así como fagots, arpa y percusión.

El coro en esta obra se convierte en un protagonista más y adquiere una relevancia de primer orden. Y ayer el Cor de la Generalitat dio una de las más grandes lecciones de profesionalidad y dignidad artística que se han visto en este teatro. Posiblemente no haya sido la noche en que ha sonado más contundente y poderoso, pero obtuvo unos resultados magníficos, tanto en el apartado dramático, con una permanente actividad en escena, como en el vocal, y esto pese a no a haber dispuesto de los refuerzos que la obra requería, teniendo que hacer frente a una partitura de estas dimensiones con la plantilla que ha quedado tras el maldito ERE. Bravo, chicos y chicas

Es proverbial la dificultad de montar esta obra con garantías en el apartado vocal, porque realmente se precisa de unos cantantes de primer nivel, dispuestos a afrontar unas exigencias extremas. Y en este sentido ayer tuvimos la suerte de contar con una pareja protagonista inigualable, estratosférica, acompañada por otros intérpretes de muy buen nivel y absolutamente entregados.

Comentaba ayer junto a un amigo que tenemos la firme convicción de que Gregory Kundees extraterrestre. Si el año pasado ya nos dejó absolutamente anonadados con su espectacular Otello, lo de ayer nos convenció definitivamente de que, o no es de este planeta, o este tipo se dopa. No sé si se meterá placenta de yegua o se tomará la pócima dominguina de Plácido, pero esto no es normal. Anoche se paseó por el terrorífico papel de don Álvaro con una (aparente) facilidad insultante y una belleza canora incontestable.

A sus 60 años cumplidos, el tenor norteamericano sigue luciendo un timbre deslumbrante y apenas aparecieron fugazmente síntomas de cansancio. Sus agudos continúan siendo cañonazos, bien colocados, timbrados, luminosos y ricos en color. Pero no sólo nos conquisto luciendo poderío en el agudo. En el dúo solenne in quest’oramatizó y recogió la voz con una sensibilidad mayúscula. Cuajó un recitativo La vita e inferno all'infelice, intenso y sentido, y la subsiguiente aria del tercer acto, O tu che seno agli angeli, fue majestuosa, desplegando un lirismo apabullante, con una elegante línea, heredera de la mejor técnica belcantista. La ovación al finalizar el aria fue larguísima (Nucci hubiese bisado tres vendettas). Además, su entrega dramática en todo momento fue soberbia y pude ver con mis prismáticos como en la última escena, mientras Leonora moría en sus brazos, las lágrimas resbalaban por sus mejillas.

Pero si Kunde nos dejó boquiabiertos, Liudmila Monastirska acabó de desencajar nuestra mandíbula, ofreciéndonos una extraordinaria Donna Leonora. Desde luego, si algo no admite discusión es el poderío vocal de la cantante ucraniana. Un auténtico tsunami sonoro que hace que se estremezcan los cimientos del edificio de Calatrava(el arquitectillo, no el marqués). Pero esa tremenda fuerza vocal no impide que adorne su canto con un gusto exquisito y algunos detalles preciosos, consiguiendo hilvanar unas medias voces de muy bella factura. Obviamente en esta faceta no consigue la perfección y delicadeza de, por ejemplo, Agresta, pero domar de esta manera ese vozarrón es muy meritorio. También la afinación se puede resentir puntualmente, pero el resultado final fue de una inmensa belleza e intensidad dramática.

Otro de sus puntos débiles es su ininteligible pronunciación italiana, aunque, sin embargo, su sentido del canto verdiano es espléndido. Las medias voces mostradas en la vergine degli angeli y el dominio técnico, capacidad expresiva y variedad de matices del aria Pace, pace mio Dio, en la que supo colorear todas las emociones y cambios de ánimo de la página, junto a la fuerza e intensidad que derrochó toda la velada, llevaron a su Leonora a obtener un triunfo sin paliativos.

El joven barítono italiano Simone Piazzola juega en otra división. Indudablemente su don Carlo es digno de aplauso, pero ya en la liga de los terrenales. Posiblemente se haya topado con un rol demasiado dramático y yo le encontré más cómodo como Germont en la Traviata que inauguró la temporada, aunque hay que reconocer que sacó adelante la prueba con éxito. Parecía un poco reservón al comienzo y a la voz le falta un mayor peso y mejor técnica de emisión, pero en la segunda mitad de la obra es donde tiene que lucirse y al menos consiguió no desentonar demasiado en sus dúos con el marciano Kunde. Su exclamación finalmente! en el duelo fue un derroche de fiato y poderío. Como actor no es precisamente Laurence Olivier, pero no se le puede negar su entrega y buenas intenciones.

La mezzosoprano Ekaterina Semenchuk tuvo que hacer frente a uno de los papeles más ingratos de la historia de la ópera, como es el de Preziosilla. Ingrato, porque hay pocas personas que no acaben odiando toda la escena del Rataplán, auténtico ejemplo de cómo quebrar la intensidad dramática de una obra, y además de eso el rol se mueve por terrenos bastante agudos para una mezzo, pero la cantante rusa supo sacar adelante la papeleta aceptablemente bien en la vertiente vocal y destacando en el apartado interpretativo.

El bajo danés Stephen Milling interpretó al Padre Guardiano con tremenda solvencia y una incontestable contundencia en el registro grave, aunque mostrase algún apuro en la zona alta de la tesitura.

El papel de Fra Melitone fue interpretado por Roberto de Candia, después de que cayese del cartel el anunciado Valeriano Lanchas, quien parece que no habría cumplido las expectativas del maestro Mehta. De Candia llevó a cabo una correcta actuación en la que se echó a faltar un mayor punto de comicidad y desenvoltura escénica.

En los papeles menores, volvió a destacar la bella voz de Mario Cerdá, esta vez como Trabuco. También estuvieron muy correctos In-Sung Sim como Marqués de Calatrava, Cristina Alunno (Curra),  Aldo Heo  (Cirujano)y Ventseslav Anastasov en el papel de Alcalde.

El público, que llenaba prácticamente por completo la sala principal de Les Arts, premió con largos aplausos las principales intervenciones de los protagonistas a lo largo de la obra y, al acabar ésta, la locura colectiva se adueñó del teatro, con apoteósicas ovaciones y torrente de bravos para Gregory Kunde, Monastirskay el maestro Mehta, quien, como he dicho antes, pudo ver como toda la platea se ponía en pie braveándole al subir al escenario.

Esta ópera, que tiene fama de gafe, ayer no se olvidó tampoco de hacer de las suyas, y parece que uno de los miembros del coro sufrió un accidente al caer por uno de los huecos que simulaban ser trincheras. Afortunadamente las últimas informaciones apuntaban a que el incidente no ha tenido graves consecuencias y desde aquí le mando al afectado todo mi ánimo y apoyo, y espero que se recupere cuanto antes.

Señora Catalá, espero que haya tomado usted nota de lo acaecido anoche. Yo, desde luego, no confío nada en su sensibilidad musical, pero creo que hasta su oreja se debió dar cuenta de la gran diferencia que hay entre los experimentos culturartsistas de cuota valenciana y el Espectáculo Operístico, con mayúsculas, como el que se vivió ayer.

Por si acaso, los aficionados tenemos que seguir peleando con todos los medios a nuestro alcance para impedir que la necedad y pueblerinismo de algunos/as echen a perder todo esto cometiendo un crimen irreversible contra nuestro patrimonio cultural. De momento, tenemos la obligación de llenar el teatro todos los días para apoyar al maestro Mehta, a nuestra orquesta y coro, y a unos artistas de primer nivel. Y encima disfrutar como locos…



viernes, 31 de enero de 2014

SE ANUNCIA EL VII FESTIVAL DEL MEDITERRANI

No pocas veces he comentado en este blog que nuestra capacidad de sorpresa se ve permanentemente puesta a prueba por parte del Palau de les Arts. Las cosas se harán mejor o peor, pero su habilidad para sorprendernos, ya sea para bien o para mal, no mengua ni siquiera en estos momentos críticos que se están viviendo en el coliseo operístico valenciano.
 
Nos encontramos atravesando el periodo de mayor incertidumbre sobre el futuro de nuestro teatro: en pleno proceso de retirada de todo el trencadís de la cubierta del edificio (que está, el pobrecico mío, que parece la cabeza de un tiñoso); habiéndose cancelado las representaciones programadas de Manon Lescaut; sin que se sepa nada, más allá de rumorología interesada, acerca de la persona que ostentará la dirección musical la próxima temporada; y con una guerra soterrada y estratégica entre la Intendente de Les Arts y los culturartsistas, consellers y demás politiquetes locales. Pues bien, en medio de todo este gazpacho, cuando peor parecían estar las cosas, desde el Palau de les Arts se ha anunciado oficialmente que la temporada operística se reanudará el próximo 23 de febrero con la programación prevista y se ha avanzado además la programación de un VII Festival del Mediterrani que muchos dábamos por fenecido.

El 23 de febrero, como digo, se iniciarán las funciones de L’Italiana in Argeliy continuará la programación con Simon Boccanegra y Maror, tal y como estaba previsto en un principio.

La séptima edición del Festival del Mediterrani, se anuncia con el regreso del maestro Zubin Metha a la batuta, que dirigirá dos óperas y un concierto. El festival se inaugurará con el estreno de una nueva producción de Les Arts, nada menos que de La forza del destino, de Giuseppe Verdi, con dirección escénica de Davide Livermore, que ya fue el responsable del Otello de 2013, y con un reparto formado por el tenor estadounidense Gregory Kunde, la soprano Liudmila Monastirska, como Leonora, el barítono Simone Piazzola (Don Carlo di Vargas), el bajo Stephen Milling (Padre Guardiano), la mezzosoprano rusa Ekaterina Semenchuk (Preziosilla) y el bajo surcoreano In-Sung Sim (Marchese di Calatrava). Las funciones serán los días 31 de mayo y 5, 10 y 14 de junio.

La segunda ópera será Turandot, los días 11, 13 y 15 de junio, en la producción que ya pudo verse en dos ocasiones, con dirección escénica del  chino Chen Kaige, y con la soprano estadounidense Lise Lindstrom como princesa Turandot, el tenor tinerfeño Jorge de León como Calaf, la soprano italiana Jessica Nucio, reciente Violetta Valery, como Liù, y el bajo Alexánder Tsymbalyuk, como Timur.

También se anuncia un concierto con obras de Richard Strauss para el día 4 de junio.

Lo dicho, Helga nos ha vuelto a dejar con la boca abierta, esta vez para bien. Espero que no sea todo un farol y confiemos en que lo anunciado, finalmente, se cumpla.

Helga, i love you.


miércoles, 25 de abril de 2012

"LE CID" (Jules Massenet) - Palau de les Arts - 24/04/12


Anoche tuvo lugar el estreno de la ópera "Le Cid", de Jules Massenet, en versión concierto, la última de las programadas en la temporada oficial 2011-2012 del Palau de les Arts. Ya sólo nos quedarán las funciones del Festival del Mediterrani y los "espectáculos sorpresa" que de vez en cuando aparecen anunciados en la web del teatro valenciano, como ese "Dido y Eneas" de Purcell que se ha programado sin previo aviso para el próximo mes de mayo a cargo de los alumnos del Centre de Perfeccionament Plácido Domingo.

Precisamente Plácido Domingo volvió a ser ayer el encargado de portar la batuta al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, mientras sigue pensándose si acepta el ofrecimiento de Helga Schmidt, ya comentado en este blog, para ser el director musical titular de Les Arts a partir de 2014. Está claro, y no vale la pena insistir sobre ello, que la dirección de orquesta no es el fuerte del señor Domingo, pese a lo cual, con esta orquesta, los resultados obtenidos no son peores de los que hemos podido tener con algunos directores de más renombre. Y es que la verdad es que esta extraordinaria orquesta puede tocar sola. Aunque si recordamos las prestaciones que han sacado de estos músicos recientemente Fournillier, Davies o Mariotti, la diferencia sí es más apreciable.

En la parte positiva del trabajo de Domingo ayer, destacaría el exquisito cuidado y atención que prestó en todo momento a los cantantes y el acento lírico que supo imprimir en algunos momentos como el dúo entre Rodrigo y Jimena o alguna de las danzas. Menos me gustó un exceso de chimpunismo, cierto descontrol en los vientos o las excesivas paradas que se produjeron buscando el aplauso y haciendo saludar a la orquesta (tras la obertura o el aria de Jimena, por ejemplo). Pero, en conjunto, la valoración que hago de su dirección es positiva y no deslució en absoluto el trabajo de los solistas.

Escuchar a la Orquestra de la Comunitat Valenciana sigue siendo un lujo y el sonido de sus violines y violonchelos me continúa enamorando, estos últimos ayer encabezados por Guiorgui Anichenko y Arne Neckelmann en una actuación fantástica. También destacaron las trompas, oboes y clarinetes y el maravilloso sonido que siempre extrae de la flauta Álvaro Octavio.

El Cor de la Generalitat, dirigido por Francesc Perales, estuvo también inspiradísimo (impresionante ese Réquiem que se marcaron) y contribuyó de forma decisiva a dotar a la obra del aliento épico que subyace a lo largo de la partitura.

El tenor Jorge de León fue el encargado de encarnar el exigente papel protagonista del héroe castellano y pasó la prueba con nota. De León se ha convertido ya en un habitual de Les Arts y tengo que confesar que estoy encantado de que así sea. Poco más puedo decir de lo que ya he comentado en otras ocasiones sobre las virtudes y defectos vocales de este cantante. Sus agudos siguen siendo esplendorosos y se va apreciando una evolución a mejor en cuanto a su fraseo o matices. Ayer nos obsequió con un elegante falsetillo al final del dúo con Jimena del tercer acto, y en su aria "Ô souverain, ô juge, ô pere" ofreció las mejores prestaciones de la noche haciendo vibrar la sala de emoción y obteniendo una larga ovación. A mi juicio, consiguió dotar al personaje del carácter heroico que precisa y, en cuanto ruede un poco más el papel y se encuentre más suelto, mejorarán todavía más sus resultados.

Gran interés tenía por escuchar en directo a la soprano ucraniana Ludmila Monastirska, de quien no pocos aficionados me habían hablado especialmente bien y lo cierto es que no me defraudó en absoluto. Tiene una voz enorme, potentísima, carnosa y muy homogénea en todos los registros que además sabe domar con tremenda sabiduría, regulando cuando es necesario, con medias voces y notas apianadas de gran belleza. En la zona aguda se movió con autoridad y sin que recurriese al chillido o a sonidos abiertos, y también apuntó algunos graves de peso. En su aria “Pleurez, pleurez mes yeux” estuvo excelsa. Una auténtica gozada, a la que tan sólo le pondría el pero de una pésima dicción francesa y cierta frialdad expresiva y poca implicación interpretativa, que en principio yo achaco a un rol poco trabajado, como quedaba en evidencia con su permanente fijación en la partitura. Me encantaría ver a este huracán de mujer en escena encarnando una Lady Macbeth o una Aida (¿oído, Helga?).

La soprano Micaëla Oeste fue una buena Infanta, que mostró una agradable voz lírico ligera con algunos detalles de mucho gusto, como el pianísimo que se marcó al final del dúo con Jimena del primer acto o la delicadeza que aportó al personaje, aunque la poca envergadura de su instrumento quedaba demasiado en evidencia al lado de los decibelios de Monastirska o De León.

Me gustó bastante también el veterano bajo chino Hao Jiang Tian como don Diego, con una voz que, aunque presenta algunas señales de natural desgaste, proyectó con suficiencia y poderío, aportando además unas enormes dosis de expresividad.

Muy correctos estuvieron también Felipe Bou, como Conde, y Josep Miquel Ramón, Mario Cerdá, Leonard Bernad e Isaac Galán en sus pequeños papeles. Menos me gustó el Rey de James Rutheford.


Al finalizar, hubo grandes ovaciones para todos, que fueron especialmente intensas para la pareja protagonista, por parte de un público que no llegó a llenar el Auditorio y donde, como suele ser cada vez más habitual, se vio una numerosa presencia de visitantes extranjeros.

Y precisamente no quisiera finalizar sin hacer una referencia al maldito Auditorio superior de Les Arts. Lamentablemente, una vez más se ha elegido para la representación de una ópera en versión concierto este infame recinto. Y como ellos insisten, pues yo también: señora Schmidt, es impresentable que teniendo disponible la sala principal se programen espectáculos de ópera o música clásica en un Auditorio que no cumple las mínimas condiciones acústicas ni para un concurso de pregoneros. Es vergonzoso tener que escuchar a espectadores que se han desplazado hasta esta ciudad ilusionados por el programa ofrecido e impactados con la estética del recinto, que salen jurando en arameo y echando pestes del sonido de la sala y asegurando que no vuelven.

Como broma ya está bien. Es un insulto a los espectadores, e indigno para los profesionales que allí actúan, ofrecer funciones de ópera en esta cueva. Lleve allí si quiere esos conciertos de música ligera con amplificación, con los que parece que se va a completar la actividad del Palau para sacar unas perrillas, pero deje a la ópera y la música clásica en paz en la sala principal. Lo contrario, a lo único que va a conducir, viendo que las estrecheces económicas pueden apuntar a un mayor número de óperas en concierto, será a la pérdida de abonados, especialmente de aquellos que en la sala principal se ubican en los pisos superiores y que en el auditorio son relegados a unas alturas donde el aire acondicionado o las flatulencias de los acomodadores se oyen mejor que las voces de los cantantes.

Para finalizar, os dejo con un video que han colgado en la web de Les Arts con imágenes de los ensayos de “Le Cid”, con Plácido Domingo y los miembros de la Orquestra de la Comunitat Valenciana:


video de PalaudelesartsRS

Os recomiendo leer aquí la estupenda crónica de Maac.