Últimamente, desde este blog no han sido pocas las veces que he alabado la forma en que, desde la dirección del Palau de les Arts, léase Helga Schmidt, se está afrontando la situación preocupante en la que se encuentra el teatro de ópera valenciano. Sin embargo hay cosas que no cambian.
Siempre he criticado la pésima gestión que se ha venido llevando a cabo en cuanto a la relación del teatro con su público. El secretismo, la desinformación y el desprecio a quienes nos dejamos en Les Arts el poco dinero que tanto nos cuesta ganar, han sido las señas de identidad del coliseo valenciano desde su inauguración. En la última temporada se había mejorado un poco en ese apartado y, aunque ha seguido habiendo movimientos de programas y repartos inesperados, al menos se ha ido informando al público. Pero han vuelto a las andadas.
La última pifia de la casa ha sido la desaparición del cartel de L'Italiana in Algeri, apenas a diez días del estreno y con gran parte de las entradas vendidas, del protagonista masculino anunciado desde agosto, el barítono Erwin Schrott. Ha ocurrido sin previo aviso, como siempre, y sin anuncio alguno de cancelación. Simplemente, de repente, se ha esfumado su nombre del reparto, como si el mismo Houdini hubiese pasado por el Palau de Calatrava, y han aparecido los de Simón Orfila, Burak Bilgili y Ricardo Seguel.
Ahora habrá quien diga que eso pasa en todos los teatros, que los cantantes también tienen derecho a ponerse enfermos o a que surjan imprevistos, que yo soy muy exigente y bla, bla, bla... Pues no. En la mayoría de los teatros, si pasa, se informa, y se explican las causas. Por supuesto que puede ocurrir un imprevisto a pocos días de la representación y tener que proceder a la sustitución de un artista, pero se informa. Aquí no. En Les Arts, incluso, han sido habituales las cancelaciones a meses vista del estreno, lo cual más que imprevistos indicaban mala gestión y estafa al aficionado. Y esto parece que es lo que ha vuelto a ocurrir en esta ocasión.
Como aquí el blogero Atticus es así de puñetero, le he preguntado directamente al Sr. Erwin Schrott qué había ocurrido para que no estuviese presente en las funciones de Valencia, y esta es la respuesta que he recibido del equipo de Erwin Schrott a través de facebook esta misma mañana: (reproduzco literalmente)
"El Palau le propuso a Erwin Schrott el papel hace algún tiempo, pero Erwin no aceptó ya que tiene su calendario ocupado en ese periodo. Sin embargo, recién se enteró que su nombre figura en el cartel de Valencia. Erwin Schrott nunca aceptó la propuesta, así como nunca se firmó contrato con Valencia por esa producción o cualquier otra durante ese periodo".
Eso en mi pueblo se llama estafar al aficionado. Esto no pasa en los teatros serios. Y aquí me temo que ya ha ocurrido demasiadas veces. Se han vendido las entradas anunciando a Erwin Schrott, al cual no tenían contratado, y, cuando queda una semana para el estreno, se cambian los nombres del reparto y aparece Burak Bilgili, que será buenísimo, no digo yo que no, pero le conocerán en el Kebab Omar de Estambul.
Ya puestos a hacer el sinvergüenza, anuncie usted una temporada 2014-2015 de campanillas, con Netrebko, Alagna, Kaufmann, Stemme, Barenboim… haga caja y luego que canten los chavales del Centre de Perfeccionament, así por lo menos nos hace usted felices unos meses y se asegura vender todas las localidades.
Muy mal, doña Helga. Eso es hacer trampitas. ¿Ahora nos tenemos que creer que Zubin Mehta va a ser el director titular; que vamos a tener un Festival del Mediterrani con Kunde, Monastirska o Lindstrom; que se está cerrando la próxima temporada... o está usted jugando de farol?.
No estaría mal dar una bonita explicación, porque si no, perderás definitivamente toda la credibilidad. Aunque me imagino que, ni aunque sea San Valentín, vas a querer hablarle a tu público que tanto te quiere.... qué pena.