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lunes, 8 de noviembre de 2010

EL "STABAT MATER" DE ROSSINI, CON PAPPANO Y EL "DREAM TEAM"


La discográfica EMI Classics ha sacado a la venta el CD del “Stabat Mater”, de Gioachino Rossini, del que os hablé en la entrada que dediqué al tenor norteamericano Lawrence Brownlee, en una grabación efectuada en el Auditorio del Parco della Musica de Roma por la Orquesta y Coro de la Accademia Santa Cecilia, dirigidos por Antonio Pappano, y que cuenta con las intervenciones solistas del ya mencionado Lawrence Brownlee, Anna Netrebko, Ildebrando D’Arcangelo y Joyce DiDonato.

Rossini inició en 1831, por encargo del clérigo español Manuel Fernández Varela, la composición de esta obra sobre los versos del siglo XIII atribuidos al franciscano Jacopone da Todi. Fernández Varela pretendía contar con un “Stabat Mater” que pudiese competir con el compuesto un siglo antes por Pergolesi y que gozaba entonces de una notable fama. Rossini aceptó el encargo con la condición de que únicamente fuese interpretada su obra en conciertos privados.

El compositor de Pesaro no pudo acabar la partitura debido a un ataque de lumbago, y encomendó su finalización a su antiguo discípulo Giuseppe Tadolini, que se encargó de escribir 4 de las 10 partes de las que consta, siendo estrenada el día de Viernes Santo de 1833 en el Convento de San Felipe el Real de Madrid, tras lo cual Fernández Varela guardó la partitura.

En 1837 falleció el clérigo y la obra fue vendida por sus herederos a un editor francés. Rossini ante la amenaza de ver publicada su composición, inició acciones legales y eliminó los números de Tadolini, procediendo a reescribir las cuatro partes de la partitura que había compuesto éste. El “Stabat Mater” rossiniano, en su versión definitiva, fue estrenado en París en 1842, obteniendo un gran éxito.

El CD que ahora sale a la venta cuenta con el aliciente de un elenco solista enormemente atractivo, que el propio Pappano califica de "dream team", y con gran tirón comercial, aunque la adecuación de las voces a la obra habrá que juzgarla una vez se escuche. En principio, Brownlee y DiDonato me ofrecen pocas dudas, pero alguna reticencia más tengo respecto a mi querida Netrebko y a D’Arcangelo. En cualquier caso, la belleza de la voz de la rusa, la calidad de los solistas y, sobre todo, el buen hacer de Pappano y la Orquesta y Coro de la Accademia Santa Cecilia, auguran un resultado de conjunto que promete ser muy interesante.

Ya veremos.



video de emiclassics

viernes, 14 de agosto de 2009

DESCANSO ESTIVAL

Aprovechando que la actividad en la blogosfera está bajo mínimos y que aquí un servidor ha alcanzado, por fin, sus merecidas vacaciones estivales, el blog de Aticcus se va a tomar un pequeño descanso, hasta mediados de septiembre en que volveré a la actividad normal.

Haciendo un repaso por lo vivido en el terreno artístico durante estos ocho escasos meses de vida del blog, he estado intentando determinar qué había sido lo que más me había gustado, y, renunciando a hacer una clasificación exhaustiva, he querido tan sólo señalar lo que, a mi juicio, han sido los tres acontecimientos que más gratamente me han sorprendido esta temporada.

En primer lugar, sin duda, destacaría el extraordinario “Der Ring des Nibelungen” wagneriano que pudimos disfrutar en el Palau de les Arts, dentro del II Festival del Mediterrani. Como ya comenté en su día, la atractiva, aunque discutible, puesta en escena y, sobre todo, el sensacional y homogéneo nivel musical ofrecido, colocó por unos días a Valencia como lugar de referencia del wagnerianismo internacional, lo cual adquiere aún mayor relevancia si examinamos el reciente Anillo de Bayreuth donde, si bien han disfrutado de la excelsa dirección musical de Christian Thielemann, han tenido que padecer un nivel vocal vergonzoso e indigno de la verde colina e incluso de cualquier karaoke de geriátrico.
De las 10 funciones que se ofrecieron en Valencia (2 Ocasos y 2 Tetralogías completas) destacaría la “Die Walküre” del 16 de junio, donde se rozó la perfección. Entre los intérpretes de ambos ciclos, mención aparte de la valiente osadía de Plácido Domingo de cantar con éxito a su edad Siegmund, vuelvo a ensalzar a la cantante que más me ha conmocionado este año, la holandesa Eva-Marie Westbroek, de quien soy desde entonces rendido admirador, y que compuso una Sieglinde majestuosa en lo vocal y en lo interpretativo.

Aquí podemos escuchar precisamente a Westbroek como Sieglinde, en el final del Acto I de "Die Walküre", acompañada de Clifton Forbis como Siegmund, y bajo la dirección musical de Bernard Haitink:




videos de sopranietenori

En segundo lugar, mencionaría la función del 7 de marzo de "I Capuleti e i Montecchi" de Bellini, en el Royal Opera House de Londres. Una representación marcada por la ausencia a última hora de Anna Netrebko, que permitió el exitoso debut de la soprano japonesa Eri Nakamura. Pero lo principal de esa noche para mí, fue el descubrimiento del poderío vocal y escénico en directo de Elīna Garanča y su capacidad de emocionar al auditorio con la belleza de su voz. Una emoción que en mi caso subió aún más grados cuando, gracias a la amabilidad del tenor argentino Darío Schmunck, pude acceder a los camerinos del ROH y charlar unos minutos con Garanča y Nakamura.

Aquí podemos escuchar a Elīna Garanča en "Ascolta. Se Romeo t'uccise un figlio... La tremenda ultrice spada" de "I Capuleti e i Montecchi", dirigida por su marido Karel Mark Chichon:


video de frufruJ

Por último, en tercer lugar situaría la representación, de nuevo en el Royal Opera House de Londres, de "Il Barbiere di Siviglia" de Gioachino Rossini, el pasado 4 de julio. Una función que fue noticia en los medios de comunicación de todo el mundo por la muestra de profesionalidad y pundonor de la cantante americana Joyce DiDonato que, pese a lesionarse en escena y romperse el peroné, continuó cantando más de dos horas sin que su rendimiento escénico ni su excepcional voz menguaran lo más mínimo; y donde pudimos asistir a una muestra más de la excelencia y sobrenaturalidad del canto de Juan Diego Flórez, y a una emocionante lectura de la partitura rossiniana por parte del director musical Antonio Pappano.

Aquí vemos a Joyce DiDonato cantando "Una voce poco fa" en la misma producción que pudimos ver en el ROH, pero en 2005:


video de coloraturafan

En el terreno negativo, no quiero hacer demasiada sangre, así que únicamente me limitaré a recordar: cómo un espléndido "Parsifal" fue ridiculizado con un final escénico de Werner Herzog pueblerino y sonrojante, con la aparición de un Palau de Les Arts convertido en Ovni; o la abominable y vomitiva Luisa Miller que compuso mi admirada Alexia Voulgaridou; o, en general, la nefasta relación con el abonado y la desinformación que siguió imperando toda la temporada en Les Arts de doña Helga Schmidt.

Para terminar, y dado que espero pasar unos días por tierras vienesas, os dejo con un par de videos alusivos con su puntito kitsch. En primer lugar, podemos ver a Elisabeth Schwarzkopf cantando "Wiener Blut" (Sangre Vienesa), el famoso vals de Johann Strauss (hijo):


video de TAUBERFANLEHAR

Y aquí podemos escuchar a Fritz Wunderlich interpretando "Wien, du Stadt meiner Träume" (Viena, ciudad de mis sueños) de Rudolf Sieczynsky:


video de PlanyTV

Y llegados a este punto sólo me queda desearos a tod@s que paséis unos felices días, sean de descanso o no, esperando que nos reencontremos pronto en este espacio que es mucho más vuestro que mío. Gracias por seguir ahí.

miércoles, 8 de julio de 2009

"IL BARBIERE DI SIVIGLIA" (Gioachino Rossini) - Royal Opera House - Londres 04/07/09


Con más retraso del deseado, comienzo está crónica del “Barbiere” londinense cuando ya casi todo se ha dicho y escrito sobre el estreno del pasado día 4, no sólo por el gran éxito obtenido, sino sobre todo por el insólito gesto de pundonor y profesionalidad de esa enorme artista que es Joyce DiDonato, que fue capaz de seguir en escena más de dos horas con el peroné roto, cantando y actuando al máximo nivel. Ella misma lo cuenta en su blog con un sentido del humor increíble.

El hecho en cuestión se produjo cuando en la segunda escena del acto I, poco después de cantar excepcionalmente la Cavatina “Una voce poco fa”, la americana, corriendo con tacones por el escenario, resbaló cayendo sobre la pierna derecha. Se levantó enseguida sin que aparentemente hubiese tenido consecuencias el incidente, pero unos minutos más tarde pudo verse como Joyce cojeaba ligeramente e intentaba no apoyar su pie derecho en el suelo. Al final del acto apareció en escena apoyada en un bastón y me temí lo peor. Mis temores aumentaron cuando tras el descanso un empleado del ROH salió al escenario y para sorpresa de todos anunció que, efectivamente, DiDonato se había lesionado y tenía fuertes dolores, pero que había decidido cantar hasta el final. El público celebró la decisión con cerrados aplausos. DiDonato entró en escena en el acto II sujetándose en una muleta adornada con un floripondio rosa a juego con su vestido. Curiosamente, en el libreto la primera frase del personaje de Rosina en este segundo acto no podía ser más apropiada: tras descubrir a su amado Lindoro disfrazado, da un pequeño grito de sorpresa y cuando el tutor le pregunta: “¿qué te ha pasado?”, Rosina responde: “E' un granchio al piede” (es un calambre en el pie), lo que motivó las carcajadas del público y una gran ovación. A partir de ahí, DiDonato prosiguió su actuación con cierta dosis de improvisación respecto a los movimientos en escena y la complicidad de todos sus compañeros, sin que en ningún momento se transmitiese la sensación de que lo que ocurría en escena no estaba planificado. En el momento en que Rosina descubre que Lindoro es en realidad Almaviva, se cae al suelo de la impresión, y así lo hizo Joyce, contando luego con la discreta ayuda de Flórez para reincorporarse mientras continuaba actuando sin disminuir la excelencia de su canto.

Es obvio que una persona con rotura de peroné tiene fuertes dolores, si a eso le añadimos el movimiento de una actuación escénica durante dos horas, con tacones y teniendo que cantar Rosina en un teatro de ópera de primer nivel, lo conseguido por DiDonato tiene un mérito excepcional.

Pero es que además la profesionalidad y el arrojo de la americana ha ido mucho más allá, al haber decidido ésta mantener su participación en las próximas representaciones, escayolada y en silla de ruedas, adaptando la escenografía a la nueva situación. Estoy deseando leer los comentarios de esas funciones para ver cómo se ha conseguido integrar en la obra la lesión de la bravísima Joyce.

Dejando a un lado la anécdota de la noche, el espectáculo del que pudimos disfrutar fue realmente espectacular. Todos los que intervinieron: Pappano, la Orquesta, el Coro, los solistas, parecían especialmente motivados y rindieron al máximo, brindándonos una noche de absoluto ensueño.

La producción presentada es una reposición de la ya estrenada en el recinto londinense en 2005, con dirección escénica de Patrice Caurier y Moshe Leiser, decorados de Christian Fenouillat y vestuario de Agostino Cavalca. El primer acto se desarrolla en una especie de proscenio con un fondo dominado por una gran luna en cuarto creciente, un árbol y con el balcón de la ventana de Rosina a la derecha completamente enrejado potenciando así la idea de reclusión de la joven, un concepto que aparece mucho más reforzado en la siguiente escena, donde la habitación de Rosina es como una caja, sin puertas ni ventanas, las cuales sólo aparecen cuando tiene que entrar o salir algún personaje y vuelven a ocultarse con paneles corredizos. Al final del acto primero el efectismo de la puesta en escena alcanza su punto álgido, cuando todos los intérpretes y el Coro cantan al unísono el “Mi par d'esser con la testa”, quejándose del mareo y aturdimiento por tanto ruido, y la habitación entera comienza a tambalearse de arriba a abajo y de derecha e izquierda cada vez con más brío. En conjunto me pareció una escenificación interesante, sin propuestas especialmente innovadoras, carente quizás de algún elemento que la hiciese visualmente más atractiva, pero que dio una visión distinta dentro del respeto a la idea original, resultando efectiva y adecuada.

La dirección musical de Antonio Pappano fue magistral. Desde el mismo comienzo de la Obertura consiguió emocionar, enganchar anímicamente con el patio de butacas, como si estuviese lanzando un invisible cable a cada espectador diciéndole: “vamos a estar conectados estas 3 horas sin que puedas apartar tu atención”. Ya desde ese inicio se vislumbró la propuesta de un Rossini vivo, lleno de fuerza y delicadeza a la par, con un asombroso uso de las dinámicas, alejado completamente de lecturas planas o rutinarias para cubrir el expediente. La ovación que premió el final de la Obertura fue algo sentido y hacía presagiar el festín músico-vocal que íbamos a disfrutar.

El Coro también ofreció un rendimiento óptimo. En su triple papel músicos-soldados-policías se mostró compacto y tuvo un comportamiento escénico soberbio cuidando sus movimientos a pesar del reducido espacio y aportando la dosis de humor requerida a las escenas en las que intervinieron.

El elenco vocal reunido en Londres para este “Barbiere” es inmejorable.
Pietro Spagnoli era el Figaro de repuesto, tras la cancelación hace ya tiempo de Simon Keenlyside de todas las funciones. El italiano cumplió con creces las expectativas y compuso un Figaro de gran nivel, con una dicción perfecta y una expresividad y naturalidad mayúsculas. Para ser redondo, tan sólo le faltaría a su voz un poco de más empaque.

Juan Diego Flórez confirmó su condición de ser extraterrestre, producto de algún extraño cruce entre la raza humana y alguna ignota civilización, allende nuestra galaxia, mucho más desarrollada físicamente. Sus facultades canoras son abrumadoras y su técnica perfecta. No creo que haya en la actualidad ningún Almaviva como el peruano. Superó todas las coloraturas diabólicas del personaje con esa aparente facilidad con la que todo lo canta Flórez, que se permite incluso seguir sonriendo mientras va subiendo cada vez más el listón de las exigencias de forma imperceptible. Su “Ecco, ridente in cielo”, nada más salir a escena, dejó ya al público completamente noqueado por la perfección y elegancia de la emisión y la chispa humorística de su actuación. La voz del peruano no es una voz grande, sin embargo el día 4 se imponía sin dificultad sobre la orquesta y llenaba por completo cada recodo del teatro. Sus habituales virtudes ya conocidas se pusieron de manifiesto en cada una de sus intervenciones. Una exquisita musicalidad, legato perfecto, una línea de canto bellísima, fraseo impoluto, un control del fiato que sólo puede tener origen en una insólita respiración anal… El momento culminante de la velada (lesiones aparte) fue sin duda el antológico “Cessa di più resistere” con que nos obsequió Flórez, un fragmento que suele ser eliminado de muchas producciones por los tenores por su excesiva dificultad. Aquí el peruano bordó de nuevo las coloraturas y finalizó con una nota larguíiiiiisima, que provocó una auténtica histeria colectiva en el público que interrumpió la representación durante casi 5 minutos de aplausos, bravos y peticiones de bis. Personalmente nunca había asistido en directo a una situación similar. En ese tiempo, Nucci se hubiera marcado dos o tres propinas.

Podemos escuchar aquí a Flórez cantar el "Cessa di più resistere" hace unos años. Si queréis saber como lo hizo el día 4 podéis hacerlo en el blog de Mei:


video de seapoeg

Joyce DiDonato, como ya he dicho, se convirtió en la protagonista de la noche por motivos ajenos a su canto, pero eso no quiere decir que su canto no mereciera protagonismo por sí mismo, todo lo contrario. La mezzosoprano americana ofreció una magistral Rosina, temperamental y emotiva. Hizo gala de un instrumento cálido y sumamente expresivo que supo ornamentar con maestría al trabajar las coloraturas. Su amplio registro, con un centro aterciopelado, sólidos agudos y graves consistentes le permiten afrontar las diferentes facetas del personaje con brillantez. Magnífica estuvo en “Una voce poco fa”, con un derroche de expresividad vocal e interpretativa. Su actuación dramática, pese a la lesión, fue impecable, llegando en la escena de la tempesta a arrojar un armario al suelo a pesar de llevar la muleta en una de sus manos.

Aquí podemos ver a la de Kansas cantando "Una voce poco fa" en 2007. Si queréis saber como sonó el otro día podéis hacerlo también en el blog de Mei:


video de Oneguin65

Alessandro Corbelli compuso un muy notable Don Bartolo, excelente en el aspecto bufo del personaje y mostrando un gran dominio de la rapidez en la dicción que le permitió realizar una magnífica “A un dottor de la mia sorte”. Puso la nota de humor de la noche cuando, mientras el público no dejaba de ovacionar a Flórez tras “Cessa di più resistere”, sacó el reloj para consultar la hora con gesto de “a ver cuando acabáis”.

Inmenso estuvo también el veterano Ferruccio Furlanetto como Don Basilio. Con un look tétrico mezcla entre Alice Cooper y La Bruja Mala del Este, demostró poseer aún una voz profunda, enorme, y clarísima con la que se marcó una “Calunnia” espectacular, finalizando subido en pie sobre los brazos de una silla ante el temor de los presentes de que se agotasen ese día las existencias de muletas en el ROH.

Jennifer Rhys-Davies, como Berta, abusó quizás un poco de la exageración bufa, pero cumplió más que dignamente con su papel, como también lo hizo el jovencísimo Changhan Lim en el breve papel de Fiorello.

El resultado final: un éxito apoteósico con un público completamente enloquecido, que cuando ya no podía gritar más acompañaba la ovación con pateos en el suelo. Yo nunca había visto al público británico tan pasionalmente entregado a unos artistas y eso creo que da idea de la magnificencia de lo vivido.

En definitiva, entre esta noche mágica del “Barbiere”, la estupenda “Traviata” del día anterior, y el insuperable “Anillo del Nibelungo” del mes de junio, hemos vivido últimamente unas jornadas operísticas que permanecerán imborrables en nuestra memoria. Ahora, viendo la programación de Les Arts para la próxima temporada, es inevitable sentirse un tanto decepcionado. Es lo que tiene estar tan mal acostumbrado. Volvemos a la realidad.

miércoles, 25 de febrero de 2009

ESPERANDO A "I CAPULETI E I MONTECCHI"


Estos días sale a la venta en Europa el doble CD de la Deutsche Grammophon de la ópera de Bellini "I Capuleti e i Montecchi", interpretada por Anna Netrebko y Elina Garanca, junto a Joseph Calleja y la Sinfónica de Viena, dirigidos por Fabio Luisi, en la grabación en directo que tuvo lugar hace casi ya un año en el Konzerthaus de la capital austriaca.

Mientras aguardo su distribución en España (veremos cuando), continúo impaciente ante mi programada visita al Royal Opera House de Londres, el 7 de marzo, para asistir a la representación de esta ópera de Bellini que se estrena el próximo día 2, con la misma pareja protagonista, en una producción con dirección escénica de Pier Luigi Pizzi, en lo que constituye la cuarta reposición del montaje original de 1984.

No soy especialmente belcantista, y, dentro de la obra de Bellini, "I Capuleti e i Montecchi" no es tampoco, a mi juicio, una de sus mejores obras. Tiene momentos bellísimos, eso sí, pero carece de la redondez de conjunto que puede predicarse de "Norma" o "I Puritani". No obstante, siempre es un placer poder asistir a las representaciones del ROH, y en esta ocasión cuento con el aliciente añadido de ser la primera vez que pueda ver y escuchar en directo tanto a Anna Netrebko como a Elina Garanca.

Garanca ya se estrenó en el rol de Romeo, en su Riga natal, hace un año en versión concierto, papel que volvió a repetir, precisamente junto a la Netrebko, el año pasado en Viena, cuando se grabó el CD de la Deutsche Grammophon.

Vamos a escuchar hoy en el papel de Romeo a Joyce DiDonato, cantando el aria "Ascolta…Se Romeo t’uccise":


video de Quetzalcom

Anna Netrebko ha interpretado en diversas ocasiones el papel de Julieta, la última el año pasado en la Opéra Bastille de París junto a Joyce DiDonato, representación a la que pertenecía el video anterior.

Hoy traigo una versión de la famosa aria de Julieta "Oh Quante Volte" en la voz de Natalie Dessay:


video de pimidup

Junto a ellas, como ya comente, estará el tenor argentino Darío Schmunck en el papel de Tebaldo y tendrá que lidiar con el aria ‘E serbato a questo acciaro’, de indudable dificultad pese a su aparente sencillez, que requiere una máxima exigencia para poder afrontarla sin perder la elegancia del fraseo, jugando con las intensidades sin dañar la homogeneidad del conjunto y atacando el agudo con seguridad. Lo poco que he podido escuchar del argentino me anima a pensar que saldrá con éxito de la empresa.

Aquí dejo dos interpretaciones del aria citada en dos voces prodigiosas, las de Juan Diego Flórez y Luciano Pavarotti.



video de rexeterna



video de midas45