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viernes, 17 de diciembre de 2010

LA "AIDA" DE OMER MEIR WELLBER. ¿HAY VIDA DESPUÉS DE MAAZEL?


Ayer tomó la batuta por primera vez en el foso del Palau de les Arts el director israelí Omer Meir Wellber, quien fuera designado a comienzos de este año como sucesor de Lorin Maazel para asumir la dirección musical del coliseo valenciano a partir de la próxima temporada 2011-2012. Existía una gran expectación por escuchar la versión de “Aida” que ofrecía el joven director (29 años), sobre todo después de la peculiar y bellísima lectura que hizo el maestro Maazel en las funciones anteriores, y por ver su acople con la excelente Orquesta titular del recinto.

Lamentablemente no pude acudir a vivir la experiencia en directo y tendré que aguardar al día 29 para formar mi propio criterio, no obstante, gracias a la amabilidad de los buenos amigos Assai y Ennecus, que sí tuvieron la fortuna de asistir y de cuya opinión me fío enormemente, os puedo trasladar sus impresiones acerca de lo vivido anoche en Les Arts. Y el resultado parece ser que fue más que positivo:

La versión de Wellber, como era de esperar, poco o nada tuvo que ver con la de Maazel, pero no fue menos brillante. El israelí ofreció una lectura más ajustada a los tempi habituales, que sonaron rapidísimos en comparación con Maazel, pero cargada de precisión y sensibilidad, llena de matices, consiguiendo arrancar unos pianísimos magistrales de la Orquesta y conteniendo su volumen con inteligencia, y todo ello sabiendo mantener una tensión constante.

La Marcha Triunfal fue dotada de brillantez y fuerza, con un colorido espectacular; en el ballet del acto II Wellber emocionó por su claridad en la exposición; y la escena final fue de las que consiguen dejar sin respiración al teatro.

Quizás peque el joven director de demasiada vehemencia en el podio, lo que le conlleva un gran desgaste físico, pero lo importante es que consiga la conexión con los músicos, y eso parece que se logró, estando estos siempre atentos a las indicaciones del maestro.

La dirección de ayer de Omer Wellber se puede calificar de sobresaliente y, aunque quizás gozase de la ventaja de encontrarse con el rodaje previo de la Orquesta en esta obra con Maazel, la sensación que dio el israelí es que nos encontramos ante un director de una talla ciertamente relevante.

La Orquesta, salvo una pifia puntual de la trompeta, sonó en todo momento perfectamente ajustada, con la cuerda empastada y cálida de las mejores noches y un virtuoso Álvaro Octavio en la flauta.

También el Coro volvió a lucir su mejor cara, y respecto a los cantantes, Daniela Barcellona destacó de nuevo ofreciendo una Amneris extraordinaria.

Jorge de León suplió la espantá de Marcelo Álvarez con brillantez, moviéndose más cómodo con los tiempos de Wellber que con las magistrales lentitudes de Maazel.

La china Hui He, sin tener una voz especialmente bella, fue una Aida de verdad. A años luz de la que ofreciera Indra Thomas. Tan sólo se le podría criticar cierto automatismo en la interpretación, pero se mostró afinada, con una emisión limpia y teniendo la valentía de atacar algunas frases claves en piano consiguiendo un resultado más que aceptable aunque se nublase ligeramente su timbre. Especialmente destacable resultó su tercer acto.

Como nos temíamos todos, el Amonasro de Marco Vratogna fue la única nota negra de la noche, graznando como en él suele ser habitual a base de embestidas vocales y golpes de glotis.

En definitiva, parece ser que se pudo asistir a una velada que nos llena de esperanza a los aficionados valencianos que aguardábamos con cierto recelo el debut del joven Wellber ante una ópera de enjundia como es “Aida”. Es sabido que este blog no se caracteriza especialmente por loar la labor de la Intendente de Les Arts, pero igual que critico todo aquello que me parece que se hace mal, en este caso, si se confirman las buenas impresiones que sacaron los asistentes a la función de ayer, habrá que felicitar a la señora Schmidt por su arriesgada, y esperemos que acertada, apuesta en la sustitución de Lorin Maazel.

Ojalá el día 29 pueda yo afirmar también lo mismo que me ha dicho hoy mi amiga Assai: “Ayer me fui a casa con la sensación de que hay vida después de Maazel”.

Gracias Assai y Ennecus.