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jueves, 12 de junio de 2014

"TURANDOT" (Giacomo Puccini) - Palau de les Arts - 11/06/14

Muchas veces he criticado determinados comportamientos del público habitual del Palau de les Arts. No me estoy refiriendo a los universales móviles, caramelitos, toses… (ayer tuvimos un horroroso pajarito de WhatsApp en pleno pianísimo); sino al pasotismo, la desidia y el desinterés con el que en numerosas ocasiones se ha asumido el maltrato recibido, tanto el procedente de los gestores del teatro, como de las administraciones públicas suministradoras de fondos, fondillos o paupérrimas propinas.

Pero ayer por la noche, cuando volvía a casa después del estreno de Turandot, me sentía, sobre todo, muy orgulloso de ese mismo público que durante toda la velada mostró un comportamiento ejemplar, manifestando, expresa y ruidosamente, su apoyo a un proyecto cultural de relieve internacional y el rechazo hacia la ignorancia y la soberbia de nuestros gobernantes.

Después de que se conociese la noticia hace una semana, de que el maestro Mehta rechazaba el ofrecimiento de ser el director musical titular de la Orquestra de la Comunitat Valenciana y que se desvincularía del Festival del Mediterrani, en los diferentes medios de prensa, blogs, foros y corrillos de aficionados, no se comentaba otra cosa. Todo el mundo hablaba del tema con enorme preocupación. Bueno, todo el mundo, no. A modo de irreductible gala, la señora Consellera de Cultura y Portavoz del gobierno valenciano, María José Catalá, ha tenido el cuajo de permanecer todo este tiempo callada y aparentemente inactiva, y, por todo comentario, tan sólo dijo que cuando acabase el Festival ya se estudiaría cómo quedaría el asunto.

En el post que escribí en este blog el pasado viernes, terminaba diciendo que “si la señora Consellera tiene la cara de volver a Les Arts para el estreno de Turandot el día 11, igual no estaría de más que escuchase y viese cómo el público rechaza expresamente su labor y apoya al maestro Mehta. No lo dije convocando a las masas a la revolución, simplemente manifesté lo que a mí me gustaría que pasase. Y pasó.

En toda la semana, después de saber que Zubin Mehta se había quejado de no haber sido ni siquiera escuchado, no se dignó la señora recibirle ni hacer una declaración pública contándonos algo, aunque fuese mentira… Siguió encerrada en su inframundo y, claro, la gente reaccionó.

Ayer, efectivamente, tuvo la cara de ir al estreno de Turandot, y encima entró en la sala a hurtadillas, cuando estaba ya casi en penumbra. Pero un débil abucheo empezó a escucharse y muchos aficionados se volvieron hacia el palco descubriendo a la Consellera allí aposentada, con lo que comenzaron los gritos de dimisión, fuera, sinvergüenzas y muchos abucheos. En ese instante, diez o doce pelotas repeinados, que posiblemente teman irse a la cola del Servef a partir de mayo, comenzaron a aplaudir, lo que tuvo un efecto inmediato; casi la totalidad del teatro abucheó y grito ruidosamente a la Consellera Catalá durante varios minutos.

Apenas instantes después, hacía entrada en el foso el maestro Zubin Mehta, quien fue recibido por el público puesto en pie con una estruendosa y larga ovación y gritos de Bravo y Quédate. Estos se repetirían todos los finales y comienzo de acto. Especialmente, poco antes de comenzar el tercero, cuando una voz gritó: “Zubin, no te vayas”. De nuevo toda la sala se puso en pie y permaneció ovacionando y braveando a Mehta durante casi cinco minutos, llegando a encenderse las luces. Al final de la representación, cuando el maestro subió al escenario, su salida fue acompañada por otra reacción similar acompañada de una lluvia de papelitos lanzados desde los pisos altos, conteniendo mensajes como: “Gracias maestro Mehta”, “no te vayas”, “políticos ignorantes” y “Maestro Mehta, quédese”. El director leyó uno de estos papeles, se lo llevó al corazón e hizo un signo notorio de agradecimiento hacia el público. Más de un cuarto de hora de ovaciones puso el perfecto punto final a una noche cuajada de emociones extra musicales… pero también musicales, claro.


video de MrRobuso

No sé si será por todo lo que está rodeando estas funciones, pero ayer Zubin Mehta hizo sonar a las joyas de la corona, Orquestra de la Comunitat Valenciana y Cor de la Generalitat, con una fuerza y un poderío increíbles. Haciendo ostentación. Parecía que en ese juego de símbolos y gestos que estaba desarrollándose en el teatro, el maestro hubiera pensado: hoy hasta el más tontito se va a enterar de la calidad que tienen los cuerpos estables de este teatro.

La belleza del sonido obtenido de la orquesta fue excelsa. El colorido y riqueza de matices y texturas que logró el maestro indio nos dejó absolutamente emocionados. Yo tengo ya unas cuantas Turandot escuchadas desde que tengo orejas y os puedo asegurar que ayer descubrí algunas facetas de la partitura que pocas veces me habían llamado la atención. Hubo un férreo y efectivo control de batuta, una asombrosa claridad, sentido del ritmo y fuerza dramática. Los pasajes más íntimos fueron abordados con desbordante lirismo y delicadeza extrema, como el maravilloso acompañamiento al “signore ascolta”. Pero cuando había que darle al forte, Mehta ponía el turbo y allí no había prisioneros, con el coro y orquesta al límite de volumen y de notas mantenidas. ¿Efectismo?, quizás; pero los resultados fueron apasionantes e inolvidables.

La orquesta estaba también viviendo una jornada muy especial y no defraudó en absoluto. Todos sus integrantes estos días merecen nuestro total apoyo. Es a ellos a quienes no queremos perder. Zubin Mehta es el mago y quien sabe extraer lo mejor del grupo, pero sobre todo es el medio para asegurarnos que estos músicos permanezcan aquí. Ayer hubo sobresalientes intervenciones en todas las secciones, metales, percusión, cuerdas, maderas… Se lució notablemente el concertino Guiorgui Dimchevski y Francisco Varoch con el flautín; pero querría destacar a dos músicos que brillaron especialmente y que son dos de los que ya han anunciado que, lamentablemente, no continuarán en la orquesta la próxima temporada, Guiorgui Anichenko al violoncello y Christopher Bouwman al oboe.

El Cor de la Generalitat ha conseguido ya agotar mi repertorio de elogios. Con menos refuerzos de los requeridos y sometidos a unas exigencias extremas, consiguieron ofrecernos nuevamente una lección magistral de canto coral operístico y actuación dramática, aunque sufriésemos por ellos en esos finales de acto larguísimos en agudos inacabables en fortísimo que marcó el maestro y que aguantaron de forma excelente. Pero no sólo mostraron fuerza y rotundidad, sino también una sensibilidad exquisita en momentos como el “Liù bontà”.

Un fuerte aplauso merece también la Escolanía de la Mare de Déu dels Desamparats, que obtuvo el reconocimiento expreso del maestro Mehta, al situar a los niños junto a él en los aplausos finales.

En el terreno vocal, tenía muchas expectativas ante la soprano estadounidense Lise Lindstrom, pero no puedo ocultar que me defraudó bastante. Esperaba más de ella después de haber leído algunos comentarios y viendo que interpreta el papel en los principales teatros internacionales. Pero, dentro de mantenerse en un nivel alto, no acabó de convencerme. Comenzó nerviosa y destemplada y fue mejorando progresivamente. Es indudable su dominio de la zona alta de la tesitura, con unos agudos bien proyectados que son puros estiletes, poderosos, acerados y brillantes, aunque también es verdad que en algún momento rozase el chillido. El problema vino básicamente de una zona grave desguarnecida, donde la voz perdía toda consistencia y se hacía inaudible.

Por otro lado, transmitió una gran frialdad, que para el personaje de la princesa de hielo tampoco es que le venga tan mal, pero hay cantantes que mantienen ese distanciamiento al mismo tiempo que su voz te atrapa y emociona. Ella no lo consiguió. Me gustó bastante más vocalmente en el tercer acto, donde la voz pareció haberse asentado más, pero continuó transmitiendo la misma frialdad que antes de los enigmas y eso que le dio un piquito De León.

A Jorge de León creo que poco más se le puede pedir. Podrá gustar más o menos, pero su entrega fue absoluta. Se vació con un Calaf arrojado, valiente y que recibió a porta gayola todas las diabólicas exigencias de la partitura. También dio la impresión de comenzar algo nervioso, con algún despiste y con un centro que mostraba una emisión demasiado oscilante, mejorando algo conforme avanzó la representación. Su fraseo, ya lo conocemos, no es especialmente refinado, pero introdujo algunos matices y detalles de buen gusto. Donde no se le puede discutir raza y poderío es en una zona aguda en la que se encuentra cómodo y donde nos ofreció una exhibición sin parangón, con un calderón larguísimo al finalizar el nessun dorma que hizo estallar a la platea.

La Liù de Jessica Nuccio tuvo una virtud por encima de todas y es que consiguiésemos disociar ese personaje en esta producción con la inefable Voulgaridou de infausto recuerdo. Obviamente la joven soprano italiana no es tampoco la Caballé, pero cantó con suma delicadeza y se marcó algunos pianísimos notables.

El bajo Alexánder Tsymbalyuk es un viejo conocido en Les Arts donde ya ha representado este papel de Timur en anteriores temporadas. Nuevamente volvió a impresionar por su potente voz y su timbre bellísimo de auténtico bajo, aunque con esa característica sonoridad eslava que me hacía ver en él más a Boris Godunov que al padre de Calaf.

Muy acertados y entregados en la vertiente escénica los ministros Ping, Pang y Pong, interpretados por Germán Olvera, Valentino Buzza y Pablo García López, gustándome más este último en el apartado vocal.

El ilicitano Javier Agulló volvió a asumir el rol de Altoum y de nuevo con prestaciones alejadas de las deseadas, contribuyendo a ello también el estar cantando al fondo del escenario y con una dirección escénica de juzgado de guardia. No me gustó tampoco el Mandarino de Ventseslav Anastasov. Por el contrario, sí me parecieron muy acertadas las breves intervenciones de Carmen Avivar y Jacqueline Squarcia, como due ancelle.

En cuanto a la dirección escénica del director de cine chino Chen Kaige, de cuya reposición se ha encargado Allex Aguilera, poco nuevo hay que decir. Ya la conocemos sobradamente pues es la tercera vez que se repone esta producción. Es una propuesta que agrada especialmente a los amantes de las versiones tradicionales y estéticamente vistosas. Tiene su punto kitsch y basa toda su fuerza en el poder visual del colorido vestuario y en una escenografía de corte muy clásico. En el apartado de dirección de actores los estrechos espacios no dan mucho juego al coro y tampoco es un terreno en el que se haya hecho algo especialmente relevante, salvo en los personajes de Ping, Pang y Pong, en los que sí se ha cuidado la actuación dramática y pienso que con éxito. También me resulta atractiva su escena inicial del segundo acto.

En lo peor, siguen estando las absurdas banderitas del coro, el estilete del verdugo danzarín y sobre todo ese personaje de Altoum convertido en un idiota ebrio y con Parkinson.

El teatro estaba lleno hasta la última butaca y se espera que sea así en las dos funciones que restan, donde está ya todo vendido a excepción del 5% reservado para el día de la representación. La noche empezó caldeada con el abucheo a la Consellera y acabó pletórica, con una de las más largas ovaciones de este teatro y la entrañable lluvia de papelitos.

No sé si esta reacción del público servirá finalmente para algo. Lo que es seguro es que el no hacer nada nunca sirve para nada. De momento hoy la señora Consellera se ha dignado abrir esa boca de portavoz que tiene y nos ha obsequiado con su melodioso timbre sopranil. Pero unas cuantas bobadas han vuelto a adornar sus breves declaraciones, como que: el Consell se compromete a mantener el gasto en el coliseo para que Mehta se quede (el año pasado se comprometió a aumentarlo y bajó); que respetan la decisión de Mehta motivada por su agenda y otras circunstancias (sí, otras sin importancia como la falta de compromiso de ustedes en un proyecto de futuro y de calidad o que ni siquiera le habían recibido para hablar con él); que la Intendente planifica la programación con mucha antelación (esto será un chiste de humor negro… planificará, pero no puede cerrar nada hasta bien entrado el verano por la incertidumbre presupuestaria a la que la someten); o que siempre prefiere que sean los profesionales quienes gestionen esos asuntos y que la política debe dar un paso atrás. Mire usted, pues no. Para mantener este proyecto tenían ustedes que haber dado muchos más pasos adelante y ofrecer todo el apoyo necesario para mantener este activo cultural que, pese a todo, su ignorancia parece que les sigue impidiendo vislumbrar.

Hoy, Joaquín Guzmán ha escrito en ABC un artículo que me parece una de las reflexiones más lúcidas y acertadas que se han hecho estos días sobre el tema. Podéis leerlo AQUÍ, pero os dejo ahora los últimos párrafos que me parecen especialmente relevantes y clarificadores:

“Mehta por sí sólo no fue el principio, el durante, ni el fin. La marcha de Mehta es el síntoma. Es evidente que al gran maestro se le tiene devoción pues ha permanecido fiel a nuestro teatro desde que este se inauguró, pudiendo ir donde quiera ganando mucho más dinero. A Mehta se le adora por ser quien es, pero también por lo que representa y por lo que su marcha supone. La reacción del público estos días, que corre como un reguero por las redes sociales de medio mundo, es también por temor. Temor a que un proyecto de gran cultura que la ciudad y los aficionados han hecho suyo sea arrebatado por la falta de sensibilidad y la ignorancia política.

La sensibilidad se tiene o no se tiene (qué le vamos a hacer), pero a pesar de carecer de ella, se puede gobernar muy bien con conocimientos. El proyecto de calidad en Les Arts es viable económicamente pues sus réditos directos y sobretodo indirectos son más que evidentes para una ciudad de clara proyección turística. Pero también lo es culturalmente por el poso que va dejando en la ciudad y en sus ciudadanos.

Con proyectos como el Palau de Les Arts, un IVAM como lo fue, del Palau de la Música, un San Pio V del que sentirse orgullosos, no avergonzados, se crece en todos los sentidos y la Comunidad Valenciana madura, y se desarrolla. De ambas cosas creo mucha gente les pueden hablar con más propiedad que yo. Piensen seriamente en ello, reflexionen sobre lo que hay detrás de esas protestas. Qué es lo que realmente el ciudadano está reclamando. Y si carecen de conocimientos para valorar estas cosas (no se puede saber de todo por muy político que se sea), asesórense, que no cuesta nada. Y rectifiquen.”

Así sea. De momento quedan los últimos tres días de óperas y dos semanas de actividades diversas. Procuraremos disfrutarlo por lo que pueda venir. El sábado, por cierto, quien viene es la, todavía, Reina, a este coliseo que lleva su nombre. Amiga personal de Mehta, no estaría de más que nos echase una mano.


viernes, 31 de enero de 2014

SE ANUNCIA EL VII FESTIVAL DEL MEDITERRANI

No pocas veces he comentado en este blog que nuestra capacidad de sorpresa se ve permanentemente puesta a prueba por parte del Palau de les Arts. Las cosas se harán mejor o peor, pero su habilidad para sorprendernos, ya sea para bien o para mal, no mengua ni siquiera en estos momentos críticos que se están viviendo en el coliseo operístico valenciano.
 
Nos encontramos atravesando el periodo de mayor incertidumbre sobre el futuro de nuestro teatro: en pleno proceso de retirada de todo el trencadís de la cubierta del edificio (que está, el pobrecico mío, que parece la cabeza de un tiñoso); habiéndose cancelado las representaciones programadas de Manon Lescaut; sin que se sepa nada, más allá de rumorología interesada, acerca de la persona que ostentará la dirección musical la próxima temporada; y con una guerra soterrada y estratégica entre la Intendente de Les Arts y los culturartsistas, consellers y demás politiquetes locales. Pues bien, en medio de todo este gazpacho, cuando peor parecían estar las cosas, desde el Palau de les Arts se ha anunciado oficialmente que la temporada operística se reanudará el próximo 23 de febrero con la programación prevista y se ha avanzado además la programación de un VII Festival del Mediterrani que muchos dábamos por fenecido.

El 23 de febrero, como digo, se iniciarán las funciones de L’Italiana in Argeliy continuará la programación con Simon Boccanegra y Maror, tal y como estaba previsto en un principio.

La séptima edición del Festival del Mediterrani, se anuncia con el regreso del maestro Zubin Metha a la batuta, que dirigirá dos óperas y un concierto. El festival se inaugurará con el estreno de una nueva producción de Les Arts, nada menos que de La forza del destino, de Giuseppe Verdi, con dirección escénica de Davide Livermore, que ya fue el responsable del Otello de 2013, y con un reparto formado por el tenor estadounidense Gregory Kunde, la soprano Liudmila Monastirska, como Leonora, el barítono Simone Piazzola (Don Carlo di Vargas), el bajo Stephen Milling (Padre Guardiano), la mezzosoprano rusa Ekaterina Semenchuk (Preziosilla) y el bajo surcoreano In-Sung Sim (Marchese di Calatrava). Las funciones serán los días 31 de mayo y 5, 10 y 14 de junio.

La segunda ópera será Turandot, los días 11, 13 y 15 de junio, en la producción que ya pudo verse en dos ocasiones, con dirección escénica del  chino Chen Kaige, y con la soprano estadounidense Lise Lindstrom como princesa Turandot, el tenor tinerfeño Jorge de León como Calaf, la soprano italiana Jessica Nucio, reciente Violetta Valery, como Liù, y el bajo Alexánder Tsymbalyuk, como Timur.

También se anuncia un concierto con obras de Richard Strauss para el día 4 de junio.

Lo dicho, Helga nos ha vuelto a dejar con la boca abierta, esta vez para bien. Espero que no sea todo un farol y confiemos en que lo anunciado, finalmente, se cumpla.

Helga, i love you.


miércoles, 3 de octubre de 2012

PREMIOS "HELGA DE ORO" 2012. LOS GANADORES


Los lectores y visitantes de este blog han dictado su veredicto y las estatuillas “Helga de Oro” de 2012 tienen ya sus destinatarios, elegidos por democrática votación. Ante todo, quisiera agradeceros vuestra participación a todos los que habéis tenido la paciencia de entrar y votar en las diferentes categorías.

Estos premios son lo que son, y para empezar ni son premios ni son nada, que no están los tiempos para repartir ni gominolas. Se trata simplemente de sondear lo que pueda ser la opinión de los habituales asistentes al Palau de les Arts, representados en este caso por los lectores del blog, acerca de lo que gustó más o menos de lo ofrecido la pasada temporada en el recinto operístico valenciano, ofreciendo estas simbólicas estatuillas a modo de premio del público.

Esta vez no ha habido ni la tradicional gala virtual cuyas fotos falsas suelen adornar estas entradas. Hay algún malpensado que me ha preguntado si se ha debido a que la Consellera de Cultura hubiera intercedido ante el Gobierno Central para pedir que dieran más presupuesto a la gala, y en lugar de bocata de chóped pudiese ser de atún con aceitunas, y con lo bien que hace las cosas, al igual que ha pasado con los presupuestos de Les Arts para el próximo año, nos quedásemos todavía peor que estábamos. Pero no, en esta ocasión la culpa es sólo del autor de este blog que no ha tenido tiempo de tanta tontuna.

En relación con otras ediciones, lo primero que se constata es que ha existido mucha más igualdad en casi todas las categorías y no ha habido ninguna producción que salga netamente como ganadora. Está claro que “Thaïs”, “Il Trovatore” y “Medea” son los espectáculos que más han gustado y ellos se han repartido el mayor número de votos.

Pero bueno, vayamos al grano. Los premiados este año son:

Helga de Oro 2012 a la mejor dirección escénica: Nicola Raab

Tras un inicio de votación donde se mantuvo un equilibrado duelo entre la finalmente ganadora y la “Medea” de Gerardo Vera, los votos acabaron dando la victoria a la joven directora alemana Nicola Raab y su “Thaïs”, siendo también bastante valorado por los votantes el buen trabajo de Andréi Konchalovski para “Boris Godunov”. Creo que cualquiera de los tres podría haber ganado, pero Raab es una justa vencedora al haber conquistado al público con una puesta en escena brillante, que, pese a reubicar temporalmente la acción del libreto, resulto muy respetuosa y coherente con el mismo, siendo además estéticamente muy atractiva, gracias sobre todo a un vestuario e iluminación muy cuidados y con una vistosa escenografía que permitía un ágil discurrir de la acción.
Nicola Raab (“Thaïs”): 18 votos
Gerardo Vera (“Medea”): 15 votos
Andréi Konchalovski (“Boris Godunov”): 10 votos
Gerardo Vera (“Il Trovatore”): 4 votos
Phillip Himmelmann (“Dido y Eneas”): 1 voto

Helga de Oro 2012 a la mejor dirección musical: Zubin Mehta por “Il Trovatore”

Por tercer año consecutivo el maestro Zubin Mehta se lleva el galardón al mejor director, esta vez por su labor al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana en “Il Trovatore”. Aunque en esta ocasión la cosa ha estado reñidísima y hasta el último instante no se sabía si el premio recaería en el director indio o en Sir Andrew Davis, cuyo excepcional trabajo en “Ariadne auf Naxos” a punto ha estado de dar la sorpresa. Finalmente, la experiencia mostrada por el maestro Mehta con la partitura verdiana se ha impuesto y, posiblemente, a ello haya influido también el hecho de que las funciones de “Il Trovatore” hayan sido vistas por más espectadores que las dos escasas representaciones de la ópera de Richard Strauss.  
Zubin Mehta (“Il Trovatore”): 17 votos
Sir Andrew Davis (“Ariadne auf Naxos”): 15 votos
Patrick Fournillier (“Thaïs”): 10 votos
Zubin Mehta (“Medea”): 10 votos
Michele Mariotti (“La Cenerentola”): 5 votos

Helga de Oro 2012 al mejor tenor: Jorge de León por “Il Trovatore”

Pues si reñida ha estado la elección de director, no lo ha estado menos la de mejor tenor. Desde que se abrieron las votaciones se destacó claramente Jorge de León por su papel de Manrico en “Il Trovatore”, a quien desde el principio yo consideraba como el gran favorito al premio. Sin embargo, poco a poco fueron aumentando los votos para el ruso Dmitri Korchak por el Don Ottavio de “Don Giovanni”, llegando a encabezar la clasificación en muchos momentos. Finalmente, por tan sólo dos votos de diferencia, la brillantez y poderío en el agudo de De León se han impuesto a la musicalidad y riqueza de matices de Korchak.
Jorge de León ("Il Trovatore"): 16 votos
Dmitri Korchak ("Don Giovanni"): 14 votos
Jorge de León (“Tosca”): 7 votos
Nikolai Schukoff (“Ariadne auf Naxos”): 6 votos
Jorge de León (“Le Cid”): 3 votos

Helga de Oro 2012 al mejor bajo/barítono: Liang Li

En este apartado el público ha tenido las cosas más claras desde el comienzo de las votaciones, que siempre ha encabezado el chino Liang Li con su notable Rey Marke de “Tristan und Isolde”. Un apoyo importante ha recibido también el excelente Comendador de “Don Giovanni” que nos brindó Alexánder Tsymbalyuk y que ha quedado segundo. Aquí tengo que reconocer mi sorpresa ante el escaso apoyo que ha obtenido Plácido Domingo con su Athanaël, ya que pensaba que sus admiradores le facilitarían un mayor número de votos, si no en cuanto barítono en sentido estricto, sí al menos por el poderío escénico y artístico que demostró.
Liang Li (“Tristan und Isolde”): 16 votos
Alexánder Tsymbalyuk (“Don Giovanni”): 13 votos
Plácido Domingo (“Thaïs”): 7 votos
Dmitri Beloselski ("Medea”): 6 votos
Dmitri Ulianov (“Iolanta”): 5 votos

 

Helga de Oro 2012 a la mejor soprano: María Agresta

El alto nivel de las sopranos finalistas hacía presagiar la dura pugna que efectivamente ha habido. En un primer momento pensé en haber incluido a Amber Wagner en la categoría de cantante revelación, ya que, si somos sinceros, la gran revelación para muchos de esta pasada temporada fue su sensacional Ariadne; no obstante al final decidí que, precisamente por esa calidad, merecía estar en la votación a mejor soprano, aunque ello supusiera tenérselas que ver, sobre todo, con otras dos grandes triunfadoras del pasado ejercicio operístico, como son Violeta Urmana por una “Medea” espectacular y María Agresta por la fantástica Leonora de “Il Trovatore”. Siendo esta última quien al final ha logrado el triunfo por tan sólo dos votos de diferencia respecto a Urmana, quedando Amber Wagner en tercera posición con un nada despreciable 27% de los votos.
Maria Agresta (“Il Trovatore”): 20 votos
Violeta Urmana (“Medea”): 18 votos
Amber Wagner (“Ariadne auf Naxos”): 14 votos
Malin Byström (“Thaïs”): 6 votos
Ludmila Monastirska (“Le Cid”): 2 votos

Helga de Oro 2012 a la mejor mezzosoprano: María José Montiel

Aquí las cosas también han estado claras desde el comienzo y la madrileña María José Montiel ha dominado la votación con autoridad gracias a su inolvidable trabajo como la Neris de “Medea”, reconocido unánimemente por público y crítica, y que reclama un mayor protagonismo de esta excelente cantante en nuestros principales teatros. También se ha valorado por los votantes la soberbia Brangäne de Ekaterina Gubanova que ha quedado en segunda posición y que ha sido otra de las mejores voces de las que se ha podido disfrutar este año en Les Arts.
María José Montiel (“Medea”): 24 votos
Ekaterina Gubanova (“Tristan und Isolde”): 13 votos
Ekaterina Semenchuk (“Il Trovatore”): 4 votos
Cecelia Hall (“Ariadne auf Naxos”): 4 votos
María Luisa Corbacho (“La Vida Breve”): 2 votos

Helga de Oro 2012 al cantante revelación: Mario Cerdá

En esta categoría si que no ha existido la más mínima duda acerca de quién iba a ser el vencedor. Al poco de abrirse las votaciones se registró un aluvión de votos para el tenor Mario Cerdá que ha motivado que en este apartado se haya duplicado casi la participación respecto al resto de categorías. Independientemente de los motivos de esa lluvia repentina de votos, creo que es justo reconocer el trabajo que a lo largo de toda la temporada ha llevado a cabo Cerdá en papeles pequeños, pero donde siempre ha dejado entrever algunos detalles prometedores y muy interesantes. Aunque hayan quedado muy por detrás, deben valorarse también las prestaciones del resto de candidatos al premio, especialmente de Juan Jesús Rodríguez, que puede tener en poco más de un mes la posibilidad de confirmar las buenas sensaciones que dejó en “Il Trovatore” con ese “Rigoletto” que abrirá la temporada.
Mario Cerdá (“Dido y Eneas”): 52 votos
Juan Jesús Rodríguez (“Il Trovatore”): 15 votos
Serguéi Skorojodov (“Medea”): 12 votos
Paolo Bordogna (“La Cenerentola”): 10 votos
Helen Kearns (“Dido y Eneas”): 3 votos

Helga de Oro 2012 al mejor espectáculo de la temporada: “Thaïs”

Otra de las votaciones más reñidas ha sido la encargada de designar el mejor espectáculo de la temporada, donde ha existido un empate casi permanente entre “Medea” y “Thaïs” que al final se ha resuelto a favor de esta última por tan sólo dos votos de diferencia. Si se hubiese producido un empate y hubiese tenido que romper la igualdad con mi voto, la victoria hubiera ido a “Medea” que a mí, personalmente, fue la producción que me pareció más redonda de las que pasaron por Les Arts.
“Thaïs”: 20 votos
“Medea”: 18 votos
“Il Trovatore”: 10 votos
“Boris Godunov”: 8 votos
“Ariadne auf Naxos”: 3 votos

Helga Abucheadora 2012 a lo peor del año: Jonathan Miller

Desde que el pasado 27 de enero salí del estreno de “Don Giovanni”, estaba convencido de que Jonathan Miller se iba a llevar este premio, y eso que quedaba por pasar gente como Marco Vratogna, que ha quedado en un merecidísimo segundo puesto; pero la tomadura de pelo a precio de oro que nos vendió el señorito Miller debe quedar para las galerías de los horrores en Les Arts haciendo compañía a otras basuras míticas como la “Carmen” de Saura. En tercera posición ha quedado Sebastian Catana, un “meraviglioso cantante” según sus indignados seguidores que tanto criticaban su candidatura, pero que se ha llevado el 19% de los votos, y juro que no son míos.
Jonathan Miller (“Don Giovanni”): 21 votos
Marco Vratogna (“Tosca”): 16 votos
Sebastian Catana (“Il Trovatore”): 9 votos
Omer Meir Wellber (“Tosca”): 5 votos
Serena Malfi (“La Cenerentola”): 2 votos

Pues estos han sido los premios de este año. Espero que dentro de doce meses, más o menos, pueda volver a proponeros que participéis en una nueva elección, al menos sería señal de que nuestro Palau de les Arts ha aguantado hasta entonces con vida a los terremotos económicos y a la incompetencia y estupidez de nuestros gobernantes.

Para finalizar os dejo con un video en el que podemos ver al premiado Jorge de León afrontando la archifamosa cabaletta "Di quella pira" en una de las funciones de "Il Trovatore" que pudimos ver en Les Arts el pasado mes de junio:


video de LyricArt

martes, 29 de mayo de 2012

"IL TROVATORE" (Giuseppe Verdi) - Palau de les Arts - 26/05/12


El pasado sábado tuvo lugar la inauguración del V Festival del Mediterrani en el Palau de les Arts de Valencia, con el estreno de la ópera "Il Trovatore", de Giuseppe Verdi. La presencia en la sala de la Reina doña Sofía obró de nuevo el milagro de que a los politiquillos de esta Comunidad, de repente, les apasione la ópera y nos obsequien con su asistencia. La alcaldesa Barberá, el president Fabra, el presidente de les Corts, el ministro García Margallo o la, incomprensiblemente no cesada ni dimitida todavía, Delegada del Gobierno, se dejaron ver junto a otros más habituales en el recinto como la Consellera de Cultura Lola Johnson, la presidenta del Palau de la Música o el vicealcalde Grau. Y todos ellos, por supuesto, como moscas a la miel, rondando a la esposa del regio cazador de elefantes, mientras un desmesurado dispositivo de seguridad impedía, a veces con malos modos, el normal deambular de los aficionados por los espacios de Les Arts.

Dicho esto, quiero dejar claro que me parece muy bien que la Reina visite el teatro que lleva su nombre y ojalá que viniese más si su presencia puede entenderse como un guiño de apoyo a nuestro recinto operístico en estos complicados momentos que se viven, con gran incertidumbre sobre lo que nos pueda deparar el futuro. La lástima, como siempre, fue la eterna ausencia del ministro de cultura, pues hubiera sido una buena ocasión para que hubiera comprobado personalmente cómo, pese a los recortes motivados por la crisis, más los recortes extras de su gobierno, este teatro lleva a cabo una programación operística de primer rango, sin necesidad de cantantes de relumbrón, y contando con la mejor orquesta de foso y coro que hay actualmente en España, lo que debería llevarles a replantear su política actual de reparto manifiestamente injusto de las ayudas públicas.

Y es que la función del sábado creo que es de las que crean afición. Tuvimos la ocasión de disfrutar con una orquesta y un coro en estado de gracia, rindiendo a un nivel inmejorable; junto a un elenco de cantantes solistas muy homogéneo, donde todos cumplieron con nota alta sin que hubiera ninguna nota especialmente discordante y llegando en algún caso a entrar de lleno en terrenos de lo excelente; y con una dirección de escena que, mayoritariamente, gustó.

Precisamente, la dirección escénica corrió a cargo del dramaturgo, director de cine y ex director del Centro Dramático Nacional, Gerardo Vera. Para ser tiempos de crisis y después de haber padecido algunas porquerías como la “Carmen” de Carlos Saura o el “Don Giovanni” de Jonathan Miller, la propuesta de Vera, sin ser tampoco la bomba, a mí me convenció. Creo que puede considerarse efectiva y no especialmente discordante y, al menos, denotaba un trabajo de dramaturgia que, independientemente de que pueda gustar más o menos, creo que convierte en injustos los aislados pero ruidosos abucheos que obtuvo al finalizar, aunque se debe reseñar que el aplauso fue la respuesta mayoritaria.

Cuando yo leí que la misma escenografía servirá para acoger, además de este “Trovatore”, la “Medea” que se estrenará el próximo día 12, me temía lo peor y los espacios vacíos a lo Saura o la inmovilidad escenográfica a lo Miller vinieron a mi memoria, pero, lejos de eso, la propuesta de Vera cuenta con un componente escenográfico elaborado, complementado estupendamente con la iluminación de Juan Gómez Cornejo. Los videos creados por Álvaro Luna, algunos más conseguidos que otros, acabaron de dotar a la obra de un marco escénico que considero adecuado, de carácter intemporal, en el que los diferentes ámbitos en los que sucede la acción quedaban suficientemente descritos. Los gitanos aparecen como refugiados sin rumbo en un ambiente de opresión política, en medio de un entorno que podría representar cualquier ciudad en tiempos de guerra, con el fuego casi siempre presente, directamente o a través de las proyecciones.

Quizás la vertiente donde más parecía flaquear el trabajo de Vera fue en una dirección de actores que, especialmente en el caso de los movimientos del Coro y de la pareja protagonista, hubiera admitido un punto más de creatividad. Pero, en conjunto, creo que, pese a todo, nos encontramos ante un buen trabajo escénico.

En lo musical, Zubin Mehta dirigía por primera vez en Les Arts una ópera de Verdi y no me defraudó en absoluto. Es sabido que el maestro indio domina esta partitura y ahí están para atestiguarlo sus grabaciones, algunas de ellas, como la registrada con Domingo y Pryce, claro referente de la página verdiana. Mehta condujo la Orquestra de la Comunitat Valenciana sin ningún tipo de alarde ni pretensión exhibicionista, muy ajustado en los tiempos, manteniendo la tensión y adecuado en estilo, con un control preciso y equilibrado de las diferentes secciones musicales, con una percusión inspiradísima y la flauta de Álvaro Octavio haciéndonos vibrar es su particular diálogo con la soprano en “D'amor sull'ali rosee”. Hacía mucho tiempo que yo no asistía al estreno de una ópera en Les Arts donde se apreciase en la primera función tal ajuste y precisión en el foso y de éste respecto a las voces, así como un control tan cuidado del volumen de la orquesta, en un recinto cuya acústica suele favorecer que los cantantes se vean tapados con cierta frecuencia por los músicos. Desde mi punto de vista, el maestro Mehta desarrolló un fantástico trabajo de batuta y supo inundar la sala de puro aliento verdiano.

El Cor de la Generalitat, dirigido por Francesc Perales, estuvo espléndido en una obra en la que tiene un especial protagonismo, y, pese a que la dirección escénica en ocasiones le impuso un excesivo estatismo, ofreció en lo musical un rendimiento sobresaliente, brillando como en sus mejores noches.

Jorge de León debutaba el papel de Manrico. Si no me equivoco en las cuentas, es la séptima ópera que canta en este teatro el tenor tinerfeño, siendo el cuarto papel que debuta en Les Arts (tras el Turiddu de “Cavalleria Rusticana”, el Cavaradossi de “Tosca” y el Rodrigue de “El Cid”), todos ellos muy exigentes y el de Manrico no lo es menos. Claramente, De León fue de menos a más, con un comienzo de ópera en el que dio la impresión, no sé si real o mera apreciación mía, de cierto nerviosismo y rigidez, para irse progresivamente arriba y brindarnos una segunda mitad de ópera colosal, brillando especialmente en una “pira” antológica que hizo venirse abajo el teatro con un aluvión de bravos más que merecidos, y de ahí en adelante sólo fue a mejor, deslumbrando con una zona aguda y sobreaguda resplandeciente, llena de brillo y mordiente.

La soprano italiana María Agresta fue una excelente Leonora, para mí lo mejor de la noche. Pudimos ver en escena a una cantante joven, pero que mostró indudables rasgos de gran soprano verdiana. Presentó Agresta una voz  luminosa, clara, de amplio registro y muy homogénea, con una pulida línea de canto y un exquisito uso del legato y las medias voces, consiguiendo enhebrar algunos pianísimos y filados espectaculares. Su buena dicción y la fuerza e intención de su fraseo completaron una actuación sensacional. Su juventud nos hace ilusionarnos con que todavía tiene mucha carrera por delante y tiempo para perfeccionar aún más las grandes condiciones vocales que ya presenta.

Bien, aunque a mi juicio jugando en otra división, estuvo también Ekaterina Semenchuck como Azucena, mostrando una gran expresividad, aunque por momentos rozase la sobreactuación con algún alarde de tintes veristas. Pese a que se echó de menos una mayor rotundidad de auténtica mezzo en la zona más grave, su actuación debo de calificarla de muy notable, con una voz fresca, limpia y algún agudo realmente brillante y sorprendente.

Quienes asistieron al ensayo general de este “Trovatore” me comentaron que no les había gustado demasiado, por ser generosos, el Conde de Luna del italiano Sebastián Catana. Afortunadamente, para el estreno del sábado fue sustituido por el barítono onubense Juan Jesús Rodríguez, teniendo el detalle los eficientes señores de Les Arts de informar del cambio en el reparto ¡tras el descanso!, supongo que después de escuchar por los pasillos durante el intermedio algunos comentarios, como los que yo oí, acerca de lo mucho que estaba gustando Catana, el cual me consta que estaba en una pizzería cercana levantándose unas cervezas. Oficialmente se ha dicho que la causa de la sustitución ha sido la indisposición del cantante italiano, si bien las noticias que a mí me han llegado hablan de un cambio de última hora ante el pobre rendimiento de Catana en los ensayos. Confío en que, si es así, el cambio se mantenga en las próximas funciones y no sólo haya sido una artimaña para evitar las críticas negativas del estreno ni castigar las reales orejas de doña Sofía de Grecia.

Y es que Juan Jesús Rodríguez llevó a cabo una actuación muy meritoria, sobre todo teniendo en cuenta que tuvo apenas 24 horas para incorporarse al equipo, demostrando un gran sentido del declamar verdiano y fuerza interpretativa, siendo muy ovacionado en su aria.

Tampoco creo que se pueda reprochar nada al Ferrando del bajo chino Liang Li, mostrando poderío cuando fue preciso, y dejándonos expectantes respecto a las prestaciones que pueda ofrecer en este mismo Festival del Mediterrani como el Rey Marke de “Tristan e Isolda”, un compromiso, sin duda, de mayor envergadura.

Muy destacable, como siempre, Ilona Mataradze, esta vez en el breve papel de Inés, corriendo muy bien la voz y con solvente presencia escénica.

Y muy correctos estuvieron también Leonard Bernad, Jesús Álvarez y, sobre todo, Mario Cerdá, quien se marcó un precioso detalle, regulando, en su fugaz intervención.

Al finalizar, hubo grandes ovaciones para todos los artistas, que fueron especialmente intensas para la pareja protagonista, y para Juan Jesús Rodríguez y Zubin Mehta, por parte de un público que casi llenaba el recinto, salvo en los pisos más altos, donde se apreciaban huecos.

No quisiera finalizar mi crónica sin reseñar dos cosas que me llamaron la atención. La primera, fue la coincidencia de Helga Schmidt en el palco junto a la Consellera de Cultura Lola Johnson. Justo antes de apagarse las luces mantenían una apasionada (lo intuyo por sus ostensibles gestos) conversación que, igual trataba sobre la repoblación de angulas en la Albufera, pero que me hizo desear fervientemente poder haber escuchado lo que allí se decía.

La segunda circunstancia que quería comentar fue el bochornoso espectáculo de ver en el intermedio a la jefa de protocolo de Les Arts acompañando a la Reina doña Sofía, con el pinganillo puesto e intentando arrancar, cual cutre regidor de concurso televisivo, el aplauso del público que por allí se encontraba. Por cierto, sin ningún éxito.

Bueno, pues hasta aquí esta crónica en la que quería dejar constancia de la que fue sin duda una muy buena noche en la ópera, aunque no cantase Lasparri, y que me lleva a hacer un llamamiento público para que todos los aficionados a la música que puedan se acerquen en los próximos días a Les Arts, porque vale la pena.

AQUÍ podéis leer también la imprescindible crónica de Maac.


video de PalaudelesartsRS