Mostrando entradas con la etiqueta Prina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Prina. Mostrar todas las entradas

lunes, 24 de mayo de 2010

"OTTONE IN VILLA" EN EL AUDITORIO DE CASTELLÓN

No es precisamente muy habitual que uno regrese, después de haber asistido a un espectáculo operístico, con la sensación de que todo ha salido redondo, y sin que tenga argumentos para realizar el más mínimo reproche a ninguno de los intervinientes. Y eso, precisamente, es lo que ocurrió anoche en el Auditorio de Castellón.

Se representaba, en versión concierto, la ópera de Antonio Vivaldi, “Ottone in Villa”, a cargo de Il Giardino Armonico dirigidos por su titular Giovanni Antonini, y con la participación, como solistas vocales, de Sonia Prina (Ottone), Veronica Cangemi (Cleonilla), Julia Lezhneva (Caio Silio), Roberta Invernizzi (Tullia/Ostilio) y Topi Lehtipuu (Decio).

En principio no tenía pensado escribir sobre esta función, de la cual podéis obtener extensa información en las estupendas crónicas que ya han escrito Titus y Maac, pero la excelencia de lo vivido anoche creo que merece al menos una reseña por mi parte. Me parece lo mínimo que puedo hacer para agradecer a los artistas que ayer se subieron al escenario, la enorme satisfacción que supuso el escucharles. Todos ellos, sin excepción, ofrecieron un rendimiento y una adecuación estilística inmejorables.

Giovanni Antonini condujo la obra con su acostumbrado brío saltarín y tarareador, ofreciendo una lectura cargada de dinamismo, sin perder en ningún momento la tensión dramática y con una riqueza cromática inusitada, sin que se dejase por extraer de la partitura ni el más mínimo matiz, combinando sabiamente la ligereza y frescura de los pasajes más desenfadados, con el recogimiento y profundidad de aquellos más líricos.

Es justo destacar entre los músicos de Il Giardino Armonico la exhibición al violín de Stefano Barneschi.

Sonia Prina tiene una voz cálida, con un registro medio y grave de indiscutible belleza, a la que sólo le faltó mostrar más rotundidad en los descensos a las zonas más bajas, donde presentó algún problema de proyección. Su control y ejecución de las agilidades, sin embargo, fue impresionante.

La argentina Veronica Cangemi derrochó expresividad, vocal y gestual, y su comportamiento en los recitativos fue magistral.

Roberta Invernizzi demostró tener oficio y dominar la técnica, esbozando un fraseo elegante y sutil, cargado de expresividad, moviéndose con comodidad en todos los registros.

El tenor Topi Lehtipuu contó con el hándicap de un papel sin demasiadas oportunidades para el lucimiento, pero, en sus escasas intervenciones, me sorprendió la refulgente belleza de su timbre rico en armónicos, y la seguridad y consistencia de la emisión.

La jovencísima Julia Lezhneva asombró también por la belleza de su voz de gran extensión, volumen, flexibilidad y color. Articuló con maestría las coloraturas y las compaginó en el aria que cierra el primer acto, “Gelosia, tu gia rendi l'alma mia”, con unos pianísimos maravillosos y sostenidos hasta lo imposible. Ciertamente estamos ante una cantante con unas perspectivas de futuro más que halagüeñas.

El único punto negro de la noche estuvo en la pésima acústica del mal llamado Auditorio, existiendo zonas del recinto donde el sonido llegaba completamente distorsionado.

El escaso público, que lamentablemente no llenaba ni la mitad del recinto, ovacionó con justicia y entusiasmo a todos los intérpretes, que realmente consiguieron emocionar a los asistentes.

El próximo sábado en el Auditorio de Valladolid se llevará a cabo la grabación en disco de esta ópera con el mismo elenco. Ya espero ansioso su salida a la venta.


video de biurofestiwalowe