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domingo, 19 de enero de 2014

"COME AWAY, DEATH"

Muerte y Vida – Gustav Klimt – 1916 – Colección del Dr. Rudolph Leopold - Viena

La incertidumbre sigue envolviendo el futuro del Palau de les Arts (además de la red de protección con la que están cubriendo el edificio) y todos los días surgen nuevas noticias en este tétrico sainete que está viviendo la ópera en Valencia estos últimos meses.

Algunas informaciones aparecen rebosantes de falsa euforia propagandística, como la venta que está haciendo la Generalitat del hecho de que Pepe Gotera Calatrava y sus boys hayan accedido a correr con los gastos de la reparación de la millonaria chapuza; otras rezuman populismo pueblerino y barato, como esa voluntad manifestada por la Consellera Catalá de que el próximo director musical de Les Arts y titular de la Orquesta de la Comunitat Valenciana, tenga que ser necesariamente valenciano y joven (sólo le ha faltado añadir: y buen mozo y de Torrent); y alguna otra, que posiblemente sea más responsabilidad de Plácido Domingo que de la tropa culturartsista, pero que alcanza tal nivel de surrealismo que, o uno se lo toma a broma, o se deprime para siempre, como el anuncio de que la Manon Lescaut que no va a poder representarse en la fecha prevista, será grabada en CD con Domingo dirigiendo la orquesta y Andrea Bocelli como Des Grieux… En cuanto se entere Francisco, se apunta a estrenarla en otoño, con María Abradelo de protagonista.

Respecto a la reapertura del teatro y la reanudación de la temporada, todo indica que podría normalizarse la situación para el estreno de L’Italiana in Algeri, el 23 de febrero, pero, tal y como están las cosas, aquí seguro no hay nada. Y en cuanto a las perspectivas de futuro, si Bocelli y los directores jóvenes valencianos impuestos por decreto ley son una pista, apañados vamos.

De todas formas, con el poco tiempo del que dispongo últimamente para alimentar algo el blog, me apetece muy poco dedicar este espacio a tener que comentar las desgracias que nos asolan, y casi prefiero compartir un poco de música.

La última entrada que hice estaba dedicada a la noche de reyes, y hoy voy a volver a hablar de una Noche de Reyes, aunque en este caso se trata de la comedia del mismo título (bueno, en realidad el título original es Twelfth Night) escrita por William Shakespeare. Y es que, precisamente a esa obra, en concreto a la escena 4 del acto II, pertenecen los versos de la canción Come away, death, que canta el personaje de Feste y es la que quería que protagonizase hoy el blog.

Ya en alguna ocasión he comentado las versiones que diferentes compositores han hecho de un mismo texto. Y de eso va también hoy la cosa. Estos versos de Shakespeare no es que sean precisamente la alegría de la huerta, pero las adaptaciones musicales que se han hecho de los mismos me parecen realmente interesantes.

Aléjate, aléjate, muerte,
y bajo un lúgubre ciprés déjame yacer;
vuela lejos, vuela lejos, aliento;
una cruel dama me está asesinando.
Mi mortaja blanca, clavada con tejo
¡Oh, prepararla!
Mi sentido de la muerte, nadie lo compartía
con tanta verdad.
Ni una flor, ni una sola delicada flor,
se esparza en mi oscuro féretro;
ni un solo amigo, que ningún amigo acoja
mi mísero cadáver, en dónde mis huesos serán arrojados.
Mil, mil suspiros que ahorrarse.
Dejadme, oh donde
ningún triste amante pueda encontrar mi sepultura,
¡para sollozar sobre ella!

Han sido numerosos los músicos, especialmente ingleses, que se han inspirado en estos versos para componer una canción. Hoy os propongo escuchar a tres de ellos.

A algunas canciones del inglés Roger Quilter (1877-1953), interpretadas por Kathleen Ferrier, ya les dediqué en su día un post. Quilter es hoy conocido fundamentalmente por su repertorio de canciones, de las que llegó a escribir más de un centenar, alcanzando gran popularidad entre el público gracias a las emisiones radiofónicas. La crítica y algunos colegas no fueron tan amables con él, pues su música fue tildada de folklórica y sujeta a cánones pasados de moda, en unos años en los que las vanguardias caminaban claramente por derroteros mucho más innovadores.

Come away, death es la primera de las canciones que integran su opus 6, Three Shakespeare Songs (1905), constituyendo la primera composición que hizo Quilter basada en textos de William Shakespeare, aunque luego vendrían muchas más. Podemos escuchar esta hermosa canción de Quilter en la, siempre elegante, versión del tenor Ian Bostridge, acompañado al piano por Julius Drake:



Tampoco es la primera vez que visita el blog Erich Wolfgang Korngold (1897-1957), un compositor por el que tengo debilidad, tanto en el campo de las bandas sonoras, como de la creación operística o en sus incursiones en el terreno del lied. Al igual que Quilter, Korngold también fue cuestionado por componer siguiendo unos cánones melódicos que se consideraban demasiado clásicos en la Viena de comienzos del siglo XX.

En 1929 trabó amistad con el escenógrafo Max Reinhardt quien le convenció para que, cinco años después, se trasladase a Hollywood, donde se encargaría de la banda sonora de El sueño de una noche de verano, película que dirigió Reinhardt junto a William Dieterle. En los años siguientes realizó esporádicas visitas a Europa, pero, ante la convulsa situación política que se vivía en Austria tras la anexión alemana, y dada su condición de judío, decidió permanecer trabajando en Estados Unidos, donde se centró en la composición de música para el cine, a excepción de alguna colección de lieder. Entre ellas está el ciclo Songs of the clown, su opus 29, integrado por cinco lieder que recogen los textos que canta el personaje de Feste en la Noche de Reyes de Shakespeare, siendo el primero de ellos Come away, death.

Aquí podemos escuchar la lectura que hace Korngold de Come away, death, en la voz de la mezzosoprano Angelika Kirchschlager acompañada al piano por Helmut Deutsch:


video de MrRobuso

Yo conocí al compositor inglés Gerald Finzi (1901-1956) gracias a una entrada que le dedicó Titus en su blog y a un CD que me hizo llegar con una grabación de varias de sus obras y que desde entonces escuchó con asiduidad. Como no podía ser de otro modo, también a Finzi le reprocharon que su obra se moviera dentro de unas líneas clásicas que se consideraban anticuadas. Comenzó a despuntar en el panorama musical de su país a raíz de la composición de una pequeña obra orquestal, A Severn Rhapsody (1923), demostrando que prefería seguir la estela de compositores como Parry, Elgar o Vaughan Williams, con partituras de carácter pastoril y amablemente melódicas, que aventurándose en propuestas más innovadoras y arriesgadas.

Su maestría en la composición de canciones hoy no se discute y la belleza de sus creaciones le ha colocado en el lugar que siempre mereció. Entre sus piezas más conocidas se encuentra el ciclo Let us garlands bring, en el que reúne cinco canciones sobre textos de William Shakespeare que compuso entre 1929 y 1942. La primera de ellas es Come away, death, posiblemente la más popular de todas, y con la que finalizo esta entrada de hoy animándoos a que dediquéis cuatro minutejos a escuchar esta exquisita muestra del buen hacer de Finzi, con la voz del barítono galés Bryn Terfel acompañado por el piano de Malcolm Martineau:


video de Paula Swafford

sábado, 9 de enero de 2010

TRES CANCIONES DE ERICH W. KORNGOLD


“Danae” – Gustav Klimt – 1907 – Galería Welz - Salzburg

En plena ola de frío siberiano, recién pasada la vorágine consumista y pantagruélica de las fiestas navideñas y con la vuelta al trabajo de quienes tenemos la suerte de conservar uno, creo que ha llegado el momento de tomarse un respiro y buscar unos minutos de sosiego y relax. Y para ello no viene nada mal acudir al amigo Erich Wolfgang Korngold, un habitual de este blog, para que vuelva a deleitarnos con la belleza de su música.

Korngold desarrolló una importante carrera como compositor de bandas sonoras en Hollywood, siendo considerado hoy en día como uno de los míticos maestros del género. No obstante, en su momento, su decisión de colaborar con el mundo del cine fue vista desde Europa como un trabajo de segunda, y su propio padre, Julius, desaprobaba que Erich se dedicase exclusivamente a componer bandas sonoras.

Tras la muerte de su padre y una vez finalizada la II Guerra Mundial, Korngold, también bastante desencantado con la industria cinematográfica, decide en 1946, tras componer la banda sonora de “Devotion”, abandonar el género y retornar a Europa, aunque esta última decisión se postergaría hasta 1949 debido al ataque cardiaco que sufrió.

Siempre se ha dicho que la música de Korngoldsuena” a cine, incluso su obra sinfónica y operística, y en algún caso eso ha sido fruto de algo más que una cuestión de estilo. Valga como ejemplo la música que he decidido traer hoy al blog. Se trata de 3 de las cinco canciones (“Fünf Lieder”) que forman su Opus 38, compuestas en 1948, poco después de haber adoptado la decisión de abandonar la composición de música para el cine, y las tres se compusieron por Korngold adaptando o retomando melodías utilizadas en bandas sonoras. Independientemente de que se aprecie o no el origen cinematográfico de estas obras, lo cierto es que constituyen 3 pequeñas piezas de una sensibilidad y belleza indiscutibles.

Glückwunsch" (Felicitación)” es la primera de las canciones del ciclo. El texto pertenece a un poema del alemán Richard Dehmel, mientras que la melodía está tomada del tema principal compuesto por Korngold para la película “Devotion” (1946), dirigida por Curtis Bernhardt, que narra la historia de las hermanas Brontë, interpretadas para la ocasión por Ida Lupino y Olivia de Havilland. Es una de las más bellas canciones de E.W. Korngold, y constituye una breve, pero intensa pieza rebosante de calidez y lirismo.

Podemos escucharla en la voz de la mezzosoprano austriaca Angélica Kirchschlager acompañada al piano por Helmut Deutsch:




video de operazaile

Ich wünsche dir Glück.
Ich bring dir die Sonne in meinem Blick.
Ich fühle dein Herz in meiner Brust;
es wünscht dir mehr als eitel Lust.
Es fühlt und wünscht: die Sonne scheint,
auch wenn dein Blick zu brechen meint.
Es wünscht dir Blicke so sehnsuchtslos,
als trügest du die Welt im Schoß.
Es wünscht dir Blicke so voll Begehren,
als sei die Erde neu zu gebären.
Es wünscht dir Blicke voll der Kraft,
die aus Winter sich Frühling schafft.
Und täglich leuchte durch dein Haus
aller Liebe Blumenstrauß!

Te deseo felicidad.
Te traigo el sol en mi mirada.
Siento tu corazón en mi pecho;
te deseo más que placer.
Es el deseo de que el sol brille
incluso cuando tu mirada se rompe.
Desearía que tu mirada estuviera libre de añoranzas
como si llevaras el mundo en tu regazo.
Desearía tu mirada llena de anhelo,
como si el mundo naciera de nuevo.
Desearía tu mirada llena de fuerza,
la que del invierno crea la primavera.
Y día a día brillan en tu casa
ramos de flores repletos de amor.
(Traducción de la ORCAM)

La segunda de las canciones del ciclo es “Der Kranke” (el enfermo), con texto de Joseph von Eichendorff. La música está tomada de la banda sonora compuesta por Korngold en 1939 para la película “Juárez”, dirigida por William Dieterle y protagonizada por Paul Muni y Bette Davis, que narra la rivalidad entre Benito Juárez y el emperador Maximiliano en el convulso Méjico del siglo XIX. Escuchamos de nuevo a Angélica Kirchschlager acompañada al piano por Helmut Deutsch:



video de operazaile

Finalmente, la delicada “Alt-Spanisch” (vieja canción española), con texto de Howard Koch, es la tercera de las pertenecientes al ciclo, y está basada en la música que escribiera en 1940 para el tema “La canción de María”, de la película “The Sea Hawk” (El Halcón del Mar, 1940), dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Errol Flynn, sin duda una de las obras maestras de Korngold en el terreno de las bandas sonoras. En esta ocasión podemos escuchar la interpretación del barítono Hermann Prey acompañado por Günther Weisenborn:



video de mendoncacorreia