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lunes, 18 de marzo de 2013

RUISEÑORES CONTRA PETARDOS

"El ruiseñor está cantando" - Mikhail Nesterov - 1918

Son ya demasiados días de fiestas falleras. Ya sé que están a punto de acabar, pero me estoy empezando a dar miedo a mí mismo, porque cada vez me deleito más fantaseando con mi imagen, metralleta en mano, convertido en un nuevo Michael Douglas en “Un día de furia”.
 
Respeto muchísimo a los que se lo están pasando bomba (nunca mejor dicho) a costa de fastidiar a los demás, pero ya se me ha encendido la luz de la reserva en mi límite de aguante del ruido permanente, el olor a aceite requemado y a orín, el pasodoble del maestro Padilla y las calles tomadas por carpas del tamaño de la catedral de Burgos y por legiones de seres sin raciocinio, moviéndose sin rumbo, que te hacen pensar que te has colado en un capítulo de “Walking Dead” (en este caso Walking Drunk).

Así que para intentar cambiar el chip, y mientras en el exterior parecen estar reproduciendo el ataque a Pearl Harbor, he pensado en traer una selección de canciones en diferentes idiomas que tienen como denominador común estar todas dedicadas al ruiseñor, ese pajarillo tan cursi al que, no obstante, me une cierto cariño por formar parte del título de la novela y película que dieron a conocer al auténtico Atticus Finch.

Además nos viene que ni pintado, pues una de las características de este ave es que no se calla ni de noche y que, cuanto más ruido ambiente hay, más aumenta el puñetero el volumen de sus trinos y silbidos para hacerse oír. En cualquier caso, el ruiseñor siempre ha sido símbolo de la perfección en el canto, de ahí que esté presente en innumerables composiciones a lo largo de toda la historia de la música. Hoy he querido traer al blog una pequeñísima muestra de algunas de ellas.

Podríamos empezar, por ejemplo, con uno de los más grandes compositores de lied que ha habido, como es Franz Schubert (1797-1828), quien, como no podía ser de otra forma, tiene entre sus páginas más conocidas varias canciones dedicadas al pajarito pesado este. Una de ellas es la breve pero bellísima “An die Nachtigall” (Al ruiseñor), basada en un texto de Matthias Claudius (1740-1815), y que podemos escuchar ahora cómo la cantaba nada menos que Christa Ludwig:


video de bert muzieklexicon

Otro de los lied que Schubert dedicó al ruiseñor, en este caso a su muerte, fue este “Auf den tod einer Nachtigall”, compuesto sobre un poema de Ludwig Heinrich Christoph Hölty (1748-1776), que nadie cantó mejor que el gran Dietrich Fischer-Dieskau:


video de sorrisoilparadiso

Otro reputado compositor de lied en lengua alemana fue Johannes Brahms (1833-1897), quien también dedicó al ruiseñor varias de sus canciones, la más popular de las cuales es posiblemente la titulada precisamente “Nachtigall” (Ruiseñor), con texto de Christian Reinhold (1813-1856), y que es la primera de las seis canciones que integran su Opus 97. Podemos escucharla ahora en la delicada versión que nos brinda Anneliese Rothenberger acompañada al piano por Gerald Moore:


video de NoeckesHarfenschall

Sin cambiar de idioma, damos un salto en el tiempo hasta 1907, año en que el austriaco Alban Berg (1885-1935) compondría, sobre un texto de Theodor Storm (1817-1888), esta joya titulada “Die Nachtigall”, perteneciente al conjunto de lieder publicado como “Siete canciones de juventud”. He elegido en esta ocasión la interpretación de la mezzosoprano sueca Anne Sofie von Otter:


video de jussibjorling

Dejando atrás el lied y adentrándonos en la mélodie o canción francesa, también encontramos aquí más de una referencia al ruiseñor, por ejemplo esta “Au rossignol” que compuso Charles Gounod (1818-1893) sobre un poema de Alphonse Marie Louis de Lamartine (1790-1869) y que cantaba así de bien la legendaria Ninon Vallin:


video de Alma Winemiller

No podía faltar hoy tampoco esta preciosidad titulada “Le rossignol des lilas”, que escribiese en 1913 el compositor de origen venezolano Reynaldo Hahn (1874-1947) sobre texto de Léopold Dauphin y que podemos disfrutar en la estupenda versión que ofrece la estadounidense Susan Graham acompañada al piano por Roger Vignoles:


video de MrRobuso

Siguiendo con ruiseñores en francés, pero en un tono menos poético y más pirotécnico y exhibicionista, tenemos esta aria del ruiseñor, perteneciente a la música incidental compuesta en 1902 para la obra “Parysatis” por Camille Saint-Saens (1835-1921) y que le escuchamos a la soprano Rita Streich. Reconozco que este fragmento me suele provocar el buscar una escopeta de perdigones:


video de inca48

También en el repertorio ruso nos encontramos con cantarines ruiseñores, como este “Solovej” (El ruiseñor) que compuso Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893), sobre un poema de Aleksandr Pushkin (1799-1837) en 1866, dentro del conjunto de doce canciones que integran su opus 60. Aquí os dejo la versión que interpretase otra voz legendaria, la del bajo ruso Feodor Chaliapin:


video de operbathosa

Siguiendo con los pajaritos rusos tenemos también este “El ruiseñor y la rosa”, de Nikolai Rimsky-Korsakov (1844-1908). Se trata de la segunda de las cuatro canciones de su opus 2, escrita sobre un texto del poeta Aleksey Vasilievich Koltsov (1809-1842) y que interpreta en este video la también rusa Anna Netrebko:


video de Onegin65

Y en castellano no nos privamos tampoco de los gorgoritos del ruiseñor, por ejemplo con la romanza “Era una rosa que un jardín”, también conocida como “Canción del Ruiseñor”, de la zarzuela “Doña Francisquita” del compositor catalán Amadeo Vives (1871-1932), que nos canta aquí la soprano granadina Mariola Cantarero:


video de rexeterna

Bueno, pues creo que por hoy ya está bien de ruiseñores, que por menos de nada acabo trayendo a Joselito... Sé que se quedan muchos fuera, pero otra vez será. De momento espero que esta selección de pajaritos os compense un poco del estruendo fallero a los que lo estéis sufriendo.

Pum, pum… porropopum.
 

domingo, 8 de julio de 2012

"JE ME SOUVIENS" - REYNALDO HAHN

“Mujer de azul leyendo una carta” (1663/1664) – Johannes Vermeer – Rijksmuseum

Hace ya bastante tiempo que no visita el blog la mélodie, y las buenas costumbres no se deben perder nunca, sobre todo en estos tiempos que vivimos tan llenos de sobresaltos económicos y medioambientales, en los que siempre es de agradecer un paréntesis musical que pueda aportarnos unos fugaces momentos de paz.

De Reynaldo Hahn (1874-1947) ya he escrito en alguna ocasión. El compositor de origen venezolano está considerado hoy en día, con toda justicia, uno de los más reputados autores de mélodies, género que comenzó a cultivar siendo apenas un adolescente, convirtiéndose en una figura habitual en las reuniones de los salones parisinos de finales del siglo XIX y principios del XX, llegando a componer más de un centenar de este tipo de obras.

En 1955, ya fallecido Hahn, los herederos del compositor hicieron llegar a la prestigiosa editorial musical Éditions Salabert nueve manuscritos originales inéditos, que se publicaron agrupados bajo el título “Neuf mélodies retrouvées” (Nueve canciones reencontradas). La selección no parece guardar ningún criterio y entre estas nueve piezas encontramos textos de diferentes autores, entre ellos de Guillot de Saix (1885-1964), un dramaturgo francés muy popular por sus adaptaciones teatrales de novelas de autores universales clásicos, y con un merecido prestigio por sus traducciones al francés de las obras de Oscar Wilde.

Precisamente una de esas traducciones fue el año pasado objeto de una curiosa polémica en Inglaterra, al estrenarse en el King’s Head Theatre de Londres (el teatro-pub del que ya escribí en otra ocasión, donde representan óperas y obras de teatro) una presunta creación inédita de Wilde titulada “Constance”, traducida por Guillot de Saix y cuya autenticidad se han empeñado en negar los herederos del escritor británico, quienes sostienen que fue obra del traductor francés a partir de algunas notas de Wilde.

Pero bueno, vamos a la música, porque yo realmente lo que quería traer hoy al blog es la primera de las canciones de la colección “Neuf mélodies retrouvées”. Se trata de “Je me souviens” (Yo recuerdo), también conocida como “Un soir, au reçu d'une lettre bleue” (Una tarde, al recibir una carta azul). Se dice que esa “carta azul” podría hacer referencia a un telegrama conteniendo la noticia de la muerte de un amante, que remueve entonces todos los recuerdos de los momentos pasados.

La versión que he elegido está protagonizada por la mezzosoprano norteamericana Susan Graham, una especialista en este tipo de repertorio, que aporta toda su fuerza expresiva, con un fraseo sentido y evocador y una línea melódica impecable, en esta interpretación en la que está acompañada por el pianista Roger Vignoles:


video de MrRobuso

martes, 11 de octubre de 2011

"BEAU SOIR" - CLAUDE DEBUSSY

“Idilio" - Lord Frederick Leighton - 1880 - Coleccion de Mr. y Mrs. Henry Keswick

"Beau Soir” (Bello Atardecer) es una de las primeras canciones (mélodies) para voz y piano compuestas por Claude Debussy (1862-1918), y nació destinada a ser interpretada en las reuniones de salón de la época. No hay acuerdo respecto a la fecha exacta de creación de la obra, aunque parece bastante probable que fuese en torno a 1880, cuando Debussy no habría cumplido aún los veinte años.

En esta obra el compositor puso música a unos versos de Paul Bourget (1852-1835), reputado novelista y poeta, contemporáneo del compositor, a quien se atribuye aquella famosa frase: “hay que vivir como se piensa, si no, se acaba por pensar como se ha vivido”. En este poema se nos habla sobre un tema tan romántico como la fugacidad del tiempo y el “carpe diem”, mediante la descripción de la belleza de una puesta de sol y las sensaciones que provoca, recordándonos, no obstante, que debemos disfrutarlo rápidamente pues todo es pasajero.

Son visibles en “Beau Soir” claras influencias románticas y es verdad que no estamos todavía ante el Debussy más rico desde el punto de vista armónico y melódico, pero sí que esta pequeña composición, en apariencia sencilla, es sumamente evocadora y consigue transmitirnos con maestría, fluyendo suavemente, un profundo e íntimo sentimiento de bienestar y de paz.

En esta fase de su producción resulta patente todavía la búsqueda de Debussy de la perfecta unión entre música y texto, y cada matiz de la partitura nos remite al contenido del poema de Bourget, como en ese acompañamiento a los últimos versos, donde la ondulante melodía nos evoca las olas que, suave pero inexorablemente, llegarán a su destino.

Hay cientos de grabaciones y versiones, tanto vocales como instrumentales, de esta pieza. Yo traigo aquí algunas diferentes para apreciar distintas formas de afrontar la página, centrándome únicamente en voces femeninas, concretamente de sopranos.

En primer lugar os propongo una versión estilística e idiomáticamente irreprochable, a cargo de una fija de este blog cuando se habla de mélodie, se trata de la francesa Veronique Gens, quien, como suele ser habitual, está acompañada por el pianista Roger Vignoles:


video de darko Zoo

Si de adecuación estilística hablamos, pocos reproches se podrán hacer también a Mary Garden, una soprano escocesa que se dice que llegó a grabar "Beau Soir" acompañada por el propio Debussy, siendo la elegida por éste para protagonizar el estreno de "Pelléas et Mélisande". La grabación es de 1929, la cantante tenía ya 55 años y la calidad del audio es la que es, pero creo que vale la pena:


video de CurzonRoad

Tambien rondaba los 55 años cuando grabó esta obra en 1944 otra soprano británica, Maggie Teyte, que fue precisamente quien sucedió a Mary Garden como Mélisande en París. Podemos escucharla acompañada al piano por Gerald Moore:


video de EdmundStAustell


Yendo a grabaciones más actuales, es ahora la norteamericana Renée Fleming, con el acompañamiento pianístico de Jean-Yves Thibaudet, quien nos ofrece su particular versión de esta composición de Debussy. Quizás esté menos ajustada a los cánones de la mélodie y su dicción sea mejorable, pero musicalidad y expresividad no le faltan:


video de rubenmsk

Esta cantante no es que pronuncie defectuosamente el francés, sino que canta en ruso directamente, se trata de Galina Vishnevskaya y, aunque la versión no sea muy ortodoxa y esté adaptada para acompañamiento orquestal, no puedo ocultar que a mí me gusta:


video de ManricoV


Ahora es la alemana Diana Damrau quien canta "Beau Soir" con el virtuoso acompañamiento del arpa del francés Xavier de Maistre:


video de Lilith89ibz


Y finalizo con otra soprano estadounidense por quien siento también especial debilidad. Es Eileen Farrell, y aquí nos da una inmejorable muestra de su versatilidad y de su capacidad para domar y adaptar su poderosa voz a las exigencias interpretativas, ofreciendo una versión que me parece más que interesante. La acompaña al piano George Trovillo:


video de m3lomane



BEAU SOIR (Hermoso Atardecer)
Lorsque au soleil couchant les rivières sont roses,
et qu'un tiède frisson court sur les champs de blé,
un conseil d'être heureux semble sortir des choses
et monter vers le cœur troublé;
Un conseil de goûter le charme d'être au monde,
cependant qu'on est jeune et que le soir est beau,
car nous nous en allons comme s'en va cette onde:
Elle à la mer, -- nous au tombeau !
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Cuando al sol poniente los ríos se vuelven de color rosa
y un tibio escalofrío recorre los campos de trigo,
el consejo de ser feliz parece brotar de las cosas
y subir hacia el corazón turbado.
Un consejo de disfrutar el encanto de estar en el mundo,
mientras que se es joven y el atardecer es hermoso,
porque nosotros nos iremos como se va esta onda,
ella al mar, nosotros a la tumba.

jueves, 28 de octubre de 2010

FRANCIS POULENC Y DENISE DUVAL... Y DOLORES LAHUERTA


El pasado martes tuve la ocasión de asistir a un recital de mélodie que ofreció la soprano valenciana Dolores Lahuerta acompañada por la pianista francesa Laïla Barnat.

Lahuerta es una joven cantante, alumna de Gloria Fabuel, formada en la primera promoción de alumnos del Centre de Perfeccionament Plácido Domingo, a la que ya pude ver el año pasado en el papel de Giulia de “La Scala di Seta”, de Rossini. Ya entonces dije que su voz auguraba una excelente trayectoria, pero
escuchándola el martes afrontando un repertorio siempre difícil de ajustar en estilo como es la mélodie, mi valoración de Lahuerta ha ganado muchísimos enteros.

Supo desgranar el texto con precisión, con una dicción perfecta, que ya querrían muchas ilustres figuras actuales, controlando la emisión de una voz de potente caudal que ajustaba con sutilidad y expresivas inflexiones a los requerimientos de la partitura y, lo que es fundamental, sintiendo y haciendo sentir toda la poesía encerrada en las breves piezas que conformaban este recital dedicado a canciones de Debussy y Poulenc.

Pensaba haberle dedicado un post en exclusiva, pero dada la ausencia de testimonios gráficos y sonoros decidí descartarlo. No obstante, sí quería hacer esta breve reseña al menos, para dejar constancia de una magnífica tarde de música francesa.

El recital finalizó con el ciclo de canciones de Francis Poulenc que lleva por título “La Courte Paille” y me trajo a la memoria la existencia de un video en el que podemos ver al propio compositor francés interpretando
precisamente dos de las canciones del ciclo, acompañando al piano a su cantante preferida y musa, la soprano Denise Duval, quien por cierto el pasado día 23 cumplió 89 años.

“La Courte Paille” fue la última colección de canciones que compuso Poulenc. Basándose libremente en melodías infantiles y con texto de Maurice Carême, poeta belga famoso por sus poesías para niños, Poulenc dedicó el ciclo a Denise Duval para que ésta cantase las canciones a su hijo.

A continuación, podemos ver ese video al que hacía referencia, en el que Poulenc y Duval interpretan dos de las canciones del ciclo: “Les Anges Musiciens” y “Quelle Aventure!”. Independientemente del valor musical de la grabación, tenemos el testimonio de poder escuchar a Poulenc comentando su propia obra y ejecutándola al piano, apreciándose una complicidad evidente entre el compositor y la cantante a quien fue dedicada:



video de fabian1333

Cuando en 1947 Poulenc conoció a Denise Duval, una cantante que venía de actuar en el Folies-Bergère parisino, tuvo muy claro que era la intérprete que buscaba para protagonizar el estreno de su primera ópera, “Les mamelles de Tirésias”. A partir de entonces se iniciaría una fructífera colaboración entre ambos que llevaría a Duval a ser también la protagonista de las otras dos óperas que escribió el compositor, “Diálogos de Carmelitas” (en ésta, en su estreno en Francia, que fue posterior al estreno mundial en italiano en La Scala) y “La Voz Humana”, convirtiéndose en su intérprete referencial.

Contaba el propio Poulenc que la idea de componer una ópera sobre la obra de Jean Cocteau “La Voix Humaine”, surgió durante una estancia en Milán, en la que asistió a una representación operística donde compartían protagonismo Maria Callas y Mario del Monaco. En el momento de los
saludos finales, con ambos cantantes en escena, la Callas empujó a Del Monaco hacia el interior, quedando ella en el centro del escenario recibiendo en solitario la ovación del público. Hervé Dugerdin, editor y amigo de Poulenc que le acompañaba esa noche, medio bromeando le dijo a éste que debería escribir una ópera para la Callas en que ésta fuera la única intérprete, a fin de que pudiese recibir todos los aplausos ella sola sin conflictos, y le sugirió que podría hacer una ópera sobre la obra de Cocteau. Y así parece ser que fue como Poulenc decidió componer “La Voz Humana”, aunque en ningún momento se planteó darle el papel a Maria Callas, sino que siguió confiando en su cantante habitual, Denise Duval, que sería quien finalmente lo estrenaría.

Para finalizar, podemos ver otro video en el que Denise Duval acompañada por Francis Poulenc al piano, interpreta un fragmento de “Diálogos de Carmelitas” y otro de “La Voz Humana”. La voz de Duval, sin disgustarme ni mucho menos, no ha estado nunca entre mis favoritas, pero tengo que reconocer que su dicción y declamación son impecables, así como su capacidad expresiva para transmitir todo el dramatismo del texto. Llega a meterse tan dentro del personaje que acaba enjugándose las lágrimas:



video de donaldcollup

lunes, 31 de mayo de 2010

"LA LUNE BLANCHE" - Paul Verlaine

Hombre y mujer contemplando la luna - Caspar David Friedrich - Staatliche Museum Berlin

En 1870, el poeta francés Paul Verlaine contrajo matrimonio con la adolescente Mathilde Mauté de Fleurville. Ese mismo año publicó su colección de poemas titulada “La Bonne Chanson”. En ellos describe con un enorme intimismo, cargado de emotividad, su encuentro con la amada, los paisajes en los que se desarrolla su amor y la unión con Mathilde.

El entusiasmo amoroso, la serena melancolía y el deseo de atrapar esos instantes que se presumen irrepetibles, dominan los versos de Verlaine. Uno de estos poemas, “La Lune Blanche”, es un buen ejemplo de ello. En sus breves estrofas el poeta refleja la apacible quietud y belleza de la naturaleza, como metáfora de los propios sentimientos que estaba viviendo, y define como “hora exquisita” ese momento de “vasto y tierno sosiego” en que se encontraba su alma.

Curiosamente, ese idílico bienestar descrito por Verlaine duraría poco tiempo. Exactamente hasta 1871, cuando conoció personalmente en París al joven poeta Arthur Rimbaud, con quien iniciaría una relación amorosa que culminaría en 1872, fecha en que abandonó a su esposa y a su hijo recién nacido y se fue a vivir con aquél.

Fueron numerosos los músicos que quedaron atrapados por la poesía de Verlaine y utilizaron sus versos para componer canciones, muchas de las cuales constituyen algunas de las piezas más emblemáticas de la música francesa de principios del siglo XX.

En concreto, el poema “La Lune Blanche” fue objeto de múltiples versiones, algunas de las cuales he querido traer hoy al blog.

Gabriel Fauré tomó varios de los poemas de Verlaine que integran “La Bonne Chanson” y compuso un ciclo de canciones con el mismo título. Entre ellas se encuentra “La Lune Blanche”, que podemos escuchar aquí en la voz de Anne Sofie Von Otter:


Entre las “Cuatro Melodías” que componen la Opus 13 de Ernest Chausson, encontramos también su particular visión del poema de Verlaine en la primera de ellas, “Apaisement”. Aquí podemos escuchar las cuatro canciones en la voz de Christine Schäfer:



Por último, la versión más conocida y bella del poema “La Lune Blanche”, posiblemente sea la mélodie que compuso Reynaldo Hahn, “L’heure exquise”, perteneciente al ciclo “Chansons grises”, y que, aunque ya vino al blog anteriormente, la vuelvo a traer hoy, esta vez en la voz de Susan Graham, acompañada al piano por Roger Vignoles:


video de xavisuescun

LA LUNE BLANCHE – PAUL VERLAINE

La luna blanca
luce en los bosques;
de cada rama
parte una voz
bajo el ramaje...

Oh, bien amada.

El estanque refleja,
profundo espejo,
la silueta
del sauce negro
donde el viento llora.

¡Soñemos, es la hora!

Un vasto y tierno
sosiego
parece descender
del firmamento
que el astro irisa.

Es la hora exquisita.

lunes, 10 de mayo de 2010

DON QUIJOTE Y MAURICE RAVEL


"La lucha contra la amenaza" - Don Quijote - Salvador Dalí

En 1933, el austriaco Georg-Wilhem Pabst rodó su película “Don Quijote”, una versión musical de la inmortal obra de Miguel de Cervantes, creada a mayor gloria de su protagonista, el gran bajo ruso Feodor Chaliapin.

El film se rodó en Francia, en una época en la que Europa vivía una situación complicada que acabaría desembocando años después en la Segunda Guerra Mundial. Fue muy comentada la escena final, en la que muere Don Quijote mientras ve como arde su librería, de la que se decía que Pabst se había recreado en ella como metáfora de la quema de libros acaecida ese mismo año en la Alemania nazi. Pero teniendo en cuenta la fecha de ese suceso (10 de mayo de 1933) y la del estreno de la película (marzo de 1933), resulta imposible.

Se rodaron tres versiones distintas, en francés, alemán e inglés. En todas ellas el vestuario y decorados eran los mismos y Chaliapin el protagonista, pero el resto del reparto cambiaba.

Pabst se planteó incluir en su film música de famosos compositores como Manuel de Falla o Darius Milhaud, y a tal fin contactó también con Maurice Ravel para que éste compusiera algunas canciones para Chaliapin.

Ravel tomó como base unos poemas de Paul Morand, quien fue embajador de Francia en Madrid y llegó a colaborar en el guión de la película de Pabst, y compuso tres canciones que denominó: “Chanson romanesque”, “Chanson épique” y “Chanson à boire”. Finalmente la música de Ravel no fue utilizada en la película, siendo Jacques Ibert el elegido para componer su banda sonora.

Las canciones de Ravel fueron estrenadas el 1 de diciembre de 1934, en su versión orquestal, bajo el título de “Tres canciones de Don Quijote a Dulcinea”, siendo interpretadas por el barítono Martial Singher. Estas fueron las últimas composiciones de Ravel, que fallecería tres años después.

La primera de ellas, “Chanson romanesque”, es una invocación llena de romanticismo a Dulcinea, por quien el héroe castellano afirma ser capaz de detener la tierra o derribar la noche de un golpe. El punto de máximo lirismo se alcanza cuando el nombre de Dulcinea se apaga en la nota final en un pianísimo conmovedor.

“Chanson épique” fue dedicada por Ravel a Martial Singher, el barítono que estrenó la obra. En ella Don Quijote vela sus armas junto al altar dedicado a una Virgen que le recuerda a su amada y pide a San Miguel y San Jorge que bendigan su espada y a su Señora.

La última de las canciones, “Chanson à boire”, está compuesta basándose en el ritmo de jota, y en este brindis de Don Quijote al amor y la alegría frente a las miserias humanas, Ravel consigue transmitir el estado de ebriedad del caballero con algunos detalles, como esos glissandi del “je bois”, auténticamente geniales.

He querido ilustrar esta entrada con uno de mis intérpretes favoritos de esta obra, Gérard Souzay, acompañado en esta ocasión por la Orquesta de Radio Canadá dirigida por Jean Beaudet:


video de eli52133

miércoles, 17 de marzo de 2010

"CLAIR DE LUNE". VERLAINE, FAURÉ Y DEBUSSY


“El amor en el teatro italiano” – Jean Antoine Watteau – 1716 – Gemäldegalerie - Berlín

El poeta francés Paul Verlaine, precursor del simbolismo, escribió en 1869 su colección de 22 poemas “Fêtes Galantes” (Fiestas Galantes), ambientados en un universo irreal e intemporal en el que describe la sociedad elegante y frívola del siglo XVIII, al tiempo que se hace presente la peculiar alegría melancólica y el íntimo patetismo que subyace en los personajes de la Commedia dell’Arte de Bérgamo. Estos poemas evocan los cuadros de Antoine Watteau, creador del género pictórico del mismo nombre (“Fêtes Galantes”), cuyos lienzos reflejan una serie de escenas de corte campestre y bucólico, en un mundo idílico, donde son una constante el placer, el amor cortés y los personajes de la Commedia dell’Arte italiana.

Verlaine inicia con esta serie de poemas una forma de expresión poética en la que el propósito no es tanto describir sentimientos como hacer que el lector llegue a ellos a través de una sugerencia simbólica.

El primer poema de Verlaine incluido en sus “Fêtes Galantes” es “Clair de Lune” (Claro de Luna), un texto cargado de símbolos y que ha sido motivo de estudio e inspiración para numerosos creadores, especialmente músicos, debiéndose destacar en este campo a Gabriel Fauré y Claude Debussy, cuyas geniales adaptaciones del texto de Verlaine se encuentran entre las obras más famosas de aquéllos.

Gabriel Fauré tomó el poema de Verlaine en 1887 y compuso la pieza para voz y piano “Clair de Lune”, una mélodie en la que la poesía de Verlaine encuentra perfecto acomodo en la sensual y sofisticada partitura de Fauré, quien consigue aquí una de sus más bellas creaciones, donde las palabras y las notas fluyen en ideal conjunción, mostrando ya esa notable madurez compositiva que le llevará a ser considerado hoy en día como uno de los grandes innovadores y maestros en el campo de la mélodie.

Seguidamente podemos escuchar “Clair de Lune” de Gabriel Fauré en la voz de Veronique Gens, acompañada al piano por Jeff Cohen:



Al igual que luego hiciese Fauré, un joven Claude Debussy se inspira en Paul Verlaine para componer en 1882 “Fêtes Galantes”, un conjunto de canciones para voz y piano que escribió en una de sus visitas a la residencia de los señores Vasnier en Ville d'Avray. Estas mélodies fueron pensadas en un primer momento para que fueran interpretadas por la soprano Marie-Blanche Vasnier, y en ellas Debussy pone música a cinco de los poemas de Verlaine que integran sus “Fêtes Galantes”: “Pantomime”, “Mandoline”, “En sourdine”, “Clair de lune” y “Fantoches”. Las tres últimas serían revisadas en 1891 y publicadas de nuevo, corregidas, en 1903.

Aquí podemos escuchar a Diana Damrau acompañada al arpa por Xavier de Maistre interpretando la mélodie “Clair de Lune” de Debussy:



Claude Debussy retomaría a Verlaine como fuente de inspiración y hacia 1890 comienza a componer su obra para piano “Suite Bergamasque”. Relegada al olvido por su autor, la obra no fue corregida y publicada hasta 1905, pese a que Debussy se resistía a ello pues creía que esta composición estaba por debajo del nivel de sus obras posteriores. Consta de cuatro partes: “Preludio”, “Minué”, “Claro de luna” y “Passepied”. El tercero de los fragmentos, con el mismo título que el poema de Verlaine, acabaría convirtiéndose en una de las páginas más célebres del compositor francés. Para finalizar, os dejo con el archifamoso "Clair de Lune", de la “Suite Bergamasque” de Debussy, en la interpretación al piano de Kathia Buniatishvili:



“CLAIR DE LUNE” (Paul Verlaine – 1869)
 Votre âme est un paysage choisi que vont charmant masques et bergamasques
 jouant du luth et dansant et quasi tristes sous leurs déguisements fantasques.
Tout en chantant sur le mode mineur l'amour vainqueur et la vie opportune
 ils n'ont pas l'air de croire à leur bonheur et leur chanson se mêle au clair de lune.
 Au calme clair de lune triste et beau, qui fait rêver les oiseaux dans les arbres
 et sangloter d'extase les jets d'eau, les grands jets d'eau sveltes parmi les marbres.
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 Vuestra alma es un exquisito paisaje que encantan enmascarados y bailarines
 tocando el laúd y danzando casi tristes bajo sus imaginativos disfraces.
 Mientras cantan en tono menor al amor victorioso y la vida oportuna
 no parecen creer en su felicidad y unen sus cantos al claro de luna.
 Al sereno claro de luna, triste y bello, que hace soñar a los pájaros en los árboles
 y sollozar de éxtasis a los surtidores, los grandes surtidores esbeltos entre los mármoles.

miércoles, 24 de febrero de 2010

"PHIDYLÉ" de HENRI DUPARC

La Ninfa de la Fuente - Lucas Cranach, el viejo - Museo Thyssen Bornemisza - Madrid

El compositor francés Henri Duparc, quien fue calificado por César Franck como «el más dotado de mis discípulos» (suponemos que se refería al ámbito musical), estrenaba en 1889 la mélodie titulada "Phidylé", compuesta años atrás (1882) sobre unos versos de Leconte de Lisle (de sus "Poemas Antiguos").

Se trata de una hermosísima página para voz y piano (aunque entre 1891 y 1892, elaboraría una nueva versión para orquesta) que Duparc dedicó a su colega Ernest Chausson y que he decidido traer hoy al blog.

Duparc consigue mostrar en esta pequeña pieza todo su potencial compositivo en el ámbito de la mélodie, donde fue un auténtico maestro en el arte de unir, con sofisticada elegancia, música y poesía, mostrando una innata capacidad para extraer la atmósfera y el sentimiento del poema, y conseguir transmitirlo a través de la música.

Desafortunadamente para nosotros su producción fue muy pequeña (apenas 17 mélodies), sin embargo se puede afirmar que Duparc es el compositor que dota definitivamente a la mélodie francesa de un carácter propio, donde la música deja de ser un mero acompañante de la voz para convertirse en un intérprete más del sentido del texto poético.

"Phidylé" es una pieza llena de pasión, ternura, melancolía y sensibilidad, en la que nos describe, con una belleza estremecedora, toda la serenidad de un cuadro pastoral donde la placidez de la naturaleza acoge el sueño de la amada, evolucionando musicalmente hacia un clímax final, lleno de colorido, en el que el despertar de aquélla no es más que el simbólico despertar al amor.

A continuación podemos escuchar "Phydilé" en su versión orquestada e interpretada por la genial mezzosoprano Janet Baker:


video de MrRobuso

L’herbe est molle au sommeil sous les frais peupliers,
aux pentes des sources moussues,
qui dans les prés en fleur germant par mille issues,
se perdent sous les noirs halliers.

Repose, o Phidylé!. Midi sur les feuillages
rayonne et t’invite au sommeil.
Par le trèfle et le thym, seules, en plein soleil,
chantent les abeilles volages.

Un chaud parfum circule au détour des sentiers,
la rouge fleur des blés s’incline,
et les oiseaux, rasant de l’aile la coline,
cherchent l’ombre des églantiers.

Mais, quand l’astre incliné sur sa courbe éclatante,
verra ses ardeurs s’apaiser,
que ton plus beau sourire et ton meilleur baiser
me récompensent de l’attente!

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La hierba está blanda y duerme bajo los álamos frescos
en las pendientes de fuentes musgosas
que, en las praderas en flor, brotan en mil riachuelos
y se pierden bajo oscuros matorrales.

Reposa, ¡oh, Phidyle!. El sol de mediodía sobre el follaje
resplandece y te invita al sueño.
Entre el trébol y el tomillo sólo las abejas, a pleno sol,
cantan y revolotean.

Un cálido perfume se propaga a través de los senderos,
la roja flor del trigal se inclina,
y los pájaros, rozando con sus alas la colina,
buscan la sombra de los rosales silvestres.

Pero, cuando el astro inclinado sobre su curva resplandeciente,
vea apaciguarse sus ardores,
¡que tu más bella sonrisa y tu mejor beso
me recompensen la espera!

viernes, 15 de enero de 2010

TRES MARIPOSAS


“Chasse aux papillons” (Cazando mariposas) – Berthe Morisot – 1874 - Musée d’Orsay - París

Debe ser que todavía me dura la resaca de la excelente “Madama Butterfly” que pudimos disfrutar recientemente en Les Arts gracias a la maestría de Lorin Maazel, y me ha dado por buscar otras mariposas musicales. Así que aquí os traigo tres breves canciones compuestas por tres de los grandes maestros franceses en el campo de la mélodie, que tienen en común, además de las mariposas, que se trata, en los tres casos, de composiciones muy tempranas de sus autores.

“Les Papillons” (Las mariposas) fue escrita en 1880 por Ernest Chausson dentro del ciclo de siete canciones que forman su Opus 2: “Sept mélodies”. Compuesta sobre un poema de Théophile Gautier, pertenece al primer periodo compositivo de Chausson, cuando apenas llevaba un año matriculado en el Conservatorio de Paris, donde recibió clases de orquestación y composición de Jules Massenet. Para entonces ya había cumplido Chausson los 25 años, al haber comenzado relativamente tarde su carrera musical por cursar previamente estudios de derecho para cumplir con los deseos de su padre.

“Les Papillons” todavía dista de la madurez compositiva de sus obras posteriores, más evolucionadas, donde se vislumbran las influencias de autores como César Frank, pero, sin embargo, se trata de una agradable y delicada mélodie, alejada de las temáticas más tristes que caracterizarían algunas de sus composiciones más tardías.

Podemos escucharla a continuación en la voz de la soprano norteamericana Jessye Norman, acompañada al piano por el francés Michel Dalberto:



Les papillons couleur de neige 
Volent par essaims sur la mer;
 Beaux papillons blancs, 
quand pourrai-je Prendre le bleu chemin de l'air?
 Savez-vous, ô belle des belles, 
Ma bayadère aux yeux de jais,
 S'ils me pouvaient prêter leurs ailes,
Dites savez-vous où j'irais?
Sans prendre un seul baiser aux roses, 
À travers vallons et forêts,
 J'irais à vos lèvres mi-closes,
Fleur de mon âme, et j'y mourrais.

Claude Debussy toma el mismo texto de Théophile Gautier y, en 1881, con apenas 19 años, compone su propia “Les Papillons”. La obra estaba dedicada a Madame Vasnier, una soprano ligera que era su amante por aquel entonces. El estreno de esta pieza no tendría lugar, sin embargo, hasta 81 años después en Nueva York. El motivo de tal retraso fue que no se conocía la existencia de dicha obra. Parece ser que el manuscrito original fue entregado por la viuda de Debussy, Emma, al director Arturo Toscanini, quien, a su vez, se lo regaló al director canadiense Wilfrid Pelletier. Fue éste quien, en 1962, sacó a la luz su existencia en un concurso de canto del que él formaba parte del jurado, siendo cantado por la ganadora de ese año, la soprano Billie Lynn Daniel, quien tuvo el honor de protagonizar su estreno mundial absoluto. Podemos escuchar ahora la versión de “Les Papillons” de Debussy en la voz de la soprano francesa Sandrine Piau, acompañada al piano por Jos van Immerseel. Al igual que ocurría en la versión de Chausson, el rápido teclear del piano nos recuerda el aleteo de la mariposa. Piau deja la última nota desvanecerse poco a poco, como si se alejara flotando en el aire:

 

“Le papillon et la fleur” (La mariposa y la flor) fue compuesta en 1861 por un Gabriel Fauré de 16 años, sobre un poema de Victor Hugo incluido en su libro “Los cantos del crepúsculo”. Es la primera de las dos canciones que constituyen su Opus 1. Se trata de una obra de adolescencia que compuso, según el mismo decía, envuelto en los olores a comida que llegaban desde la cocina al comedor de la Escuela Niedermeyer de Música Clásica y Religiosa de París, donde estudiaba, siendo su primer intérprete nada menos que Camille Saint-Saëns, quien daba clases en dicha Escuela. Si bien no tiene quizás la complejidad armónica de posteriores trabajos, de Fauré, está llena de frescura y vitalidad. Una vez más, el piano nos evoca el movimiento de la mariposa, mientras el texto de Victor Hugo nos habla de fidelidad y libertad, con esa flor que envidia las alas de la mariposa que le permiten ir de flor en flor, mientras ella permanece sujeta a la tierra por sus raíces esperando que vuelva, por lo que acaba pidiéndole que se quede junto a ella o le dé alas para volar también libremente.

Vamos a escucharla en la estupenda voz de Elly Ameling, acompañada al piano por Dalton Baldwin:



La pauvre fleur disait au papillon céleste: Ne fuis pas!...
 Vois comme nos destins sont différents, je reste. Tu t'en vas!
 Pourtant nous nous aimons, nous vivons sans les hommes, Et loin d'eux!
 Et nous nous ressemblons et l'on dit que nous sommes Fleurs tous deux!
 Mais hélas, l'air t'emporte, et la terre m'enchaine.
 Sort cruel! Je voudrais embaumer ton vol de mon haleine.
 Dans le ciel! Mais non, tu vas trop loin, parmi des fleurs sans nombre. 
Vous fuyez! Et moi je reste seule à voir tourner mon ombre.
A mes pieds! Tu fuis, puis tu reviens, puis tu t'en vas encore Luire ailleurs! 
Aussi me trouves-tu toujours à chaque aurore Tout en pleurs! 
Ah! pour que notre amour coule des jours fidèles. 
Ô mon roi! Prends comme moi racine ou donne-moi des ailes Comme à toi!
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 La pobre flor le decía a la mariposa celeste: ¡No huyas!
 Mira: Nuestros destinos son diferentes, yo me quedo. ¡Tú te vas!
 Sin embargo nos amamos, vivimos sin los hombres y lejos de ellos. 
Y nos parecemos, y dicen que somos flores las dos.
 Pero, desgraciadamente, el aire te lleva y la tierra me encadena.
 ¡Suerte cruel! Me gustaría embalsamar tu vuelo con mi aliento.
 ¡En el cielo! Pero no, vas demasiado lejos entre flores innumerables.
 ¡Huyes! Y yo me quedo sola a ver girar mi sombra.
 ¡A mis pies! Huyes, luego vuelves, luego te vuelves a ir, ¡Resplandeces en otro lugar!
 Por eso me encuentras siempre cada amanecer ¡Llena de lágrimas!
 ¡Ah! Para que nuestro amor transcurra en días fieles
 ¡Oh mi rey! Toma como yo una raíz o dame alas ¡Como tú! (traducción de Mercedes Vivas)

Permitidme que, para finalizar, dedique esta entrada al amigo Joaquim, a quien le envío un fuerte abrazo con todo mi apoyo en estos complicados momentos que está atravesando.