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lunes, 1 de agosto de 2011

ECHANDO UN VISTAZO A LA PROXIMA TEMPORADA EN LES ARTS


Llegadas estas fechas, en las que un servidor aprovechará para tomarse unos días de vacaciones laborales y blogueras todo lo alejado que pueda de estos instrumentos diabólicos llamados ordenadores, y en las que el número de visitantes disminuye considerablemente, me temo que la actividad del blog va a quedarse bajo mínimos.

Pero para los que todavía tengáis ganas de venir por aquí, he pensado en dejar colgados una serie de videos como avance de la temporada 2011-2012 que nos espera en el Palau de les Arts a partir de otoño, si se cumplen las previsiones adelantadas el pasado día 22 por Helga Schmidt, sin duda la mejor Intendente que ha tenido este recinto operístico en toda su historia.

La temporada se inaugurará el 5 de noviembre con una de las joyas del repertorio operístico ruso, “Boris Godunov” de Modest Mussorgski, de la que se ofrecerán 6 representaciones. Una apuesta valiente y digna de elogio, pese a que el reparto, del que aún se desconocen algunos nombres, sea mejorable y a que quizás algunos hubiésemos preferido tener a Gergiev a la batuta aquí y no en “Romeo y Julieta”. Me parece interesante la presencia de Nicolai Schukoff, un tenor austriaco que me gustó mucho como Narraboth en “Salome” el año pasado y que está encarando con éxito el repertorio wagneriano. Aunque sobre Orlin Anastassov como Boris tengo más dudas, pues últimamente ha presentado algunos altibajos preocupantes.

Para ir abriendo boca, aquí podemos ver y escuchar a uno de los Boris referenciales, el gran bajo ruso Boris Christoff, cantando la despedida que antecede a su muerte (vaya, ya os he chafado el final):


video de dorje 1975

Entre el 22 de noviembre y el 4 de enero se representarán 8 funciones, el mayor número de toda la temporada, de “La Cenerentola” de Gioachino Rossini. El principal aliciente de esta producción del Festival de Pésaro residirá, posiblemente, en una interesante puesta en escena de Luca Ronconi, fresca y divertida, que ya tiene sus añitos y que se pudo ver por última vez en Pésaro el año pasado. Dirigirá la orquesta un habituado al género belcantista, Michele Mariotti. El reparto vuelve a ser, a priori, el punto más flojo, aunque me apetece escuchar el Don Ramiro que pueda ofrecer el tenor ruso Dmitry Korchak (estupendo Lensky la pasada temporada). A la protagonista femenina, Serena Malfi, no la he escuchado más que en video, así que esperaré a forjarme una opinión hasta verla en directo. Si tenéis curiosidad podéis pinchar aquí.

Sin ánimo de comparar, aquí os dejo a Elina Garanca cantando “Nacquì all'affanno... Non più mesta” en 2009 en el MET:


video de lipera

Los días 8 y 9 de diciembre tendrán lugar las dos únicas representaciones del timo de la temporada, la sinfonía dramática para solistas, coro y orquesta “Romeo et Juliette”, de Héctor Berlioz, que se ha incluido en la web de Les Arts en el apartado “ópera”. El mayor interés estribará en poder disfrutar del Coro de la Generalitat y la Orquesta de la Comunitat Valenciana interpretando esta obra, musicalmente muy atrayente, con la dirección de Valery Gergiev.

En el siguiente video podemos escuchar a la norteamericana Shirley Verrett cantando “Premiers transports que nul n'oublie!”, uno de los fragmentos más conocidos de este “Romeo et Juliette”:


video de foropera

Quienes me conocen saben de mi debilidad por la obra de Richard Strauss, así que es fácil entender que me ilusionase especialmente al enterarme de que se incluiría en la programación una de sus óperas principales, “Ariadne auf Naxos”. Luego la ilusión disminuyó bastante al conocer que tan sólo se ofrecerán dos funciones, los días 16 y 18 de diciembre, en versión concierto y en el infecto Auditorio. Para compensar, contaremos con la garantía que siempre supone la dirección musical de Ricardo Chailly. Entre los cantantes destaca Adrianne Pieczonka, una soprano de voz poderosa que viene representando el papel con asiduidad. Y Nicolai Schukoff hará doblete esta temporada en Les Arts, tras su participación en “Boris Godunov”, con el muy exigente rol straussiano de Bacchus.

Aquí podemos ver precisamente a Adrianne Pieczonka, como Ariadne, cantando la famosa “Es gibt ein reich”:


video de rexeterna

A partir del 27 de enero el turno es para Mozart, con 6 representaciones de “Don Giovanni”, una reposición de la producción con dirección escénica de Jonathan Miller que pudo verse semi escenificada en 2007. Zubin Mehta dirigirá en esta ocasión la orquesta y a unos cantantes donde tan sólo llama medianamente la atención la Donna Elvira de Sonia Ganassi, y habrá que ver el rendimiento que puedan ofrecer el Don Ottavio de Dmitri Korchak (otro que hará doblete), o la rusa Anna Samuil como Donna Anna.

Aunque para Donna Anna, yo me quedo con Elizabeth Grummer, a quien podemos ver aquí junto a Anton Dermota en el recitativo y aria “Crudele?… Non mi dir, bell’idol mio”, en el Festival de Salzburgo de 1954, con Wilhem Furtwangler en el foso:


video de baritonoguapo

El martes 31 de enero tendrá lugar la única representación de la ópera de Tchaikovsky “Iolanta”, en versión concierto y por supuesto en el Auditorio inaudible, como le gusta a Helga. Una lástima, porque se trata de una obra de corta duración y carácter íntimo, pero con algunas melodías inspiradísimas, y merecía un mejor destino que acabar masacrada en el Auditorio. Nada se ha dicho todavía oficialmente sobre los cantantes que acompañarán al Coro y Orquesta del Teatro Real de Madrid dirigidos por el griego Teodor Currentzis.

Aquí podemos escuchar a la soprano Galina Vishnevskaya cantando el arioso “Otchego `eto prezhde ne znala”, de “Iolanta”:


video de operalover 9001

El 3 de marzo se inician las 5 funciones de un programa con música de Manuel de Falla, compuesto por dos obras: una ópera, “La Vida Breve”, y otra que no lo es, “El Amor Brujo”. La producción de “La Vida Breve” es la misma que vimos el año pasado, con puesta en escena de Giancarlo del Monaco, y Cristina Gallardo Domâs volverá a ser la protagonista femenina. Reconozco que, con mucha diferencia, es la propuesta que menos me atrae de toda la temporada.

Aquí os dejo a Victoria de los Ángeles cantando “Vivan los que ríen”, de “La Vida Breve”:


video de Onegin65

Y aquí podemos ver a Daniel Barenboim dirigiendo a la Sinfónica de Chicago en la Danza Ritual del Fuego de “El Amor brujo”:


video de Gabba02

Uno de los espectáculos que más expectación generará con toda seguridad será “Thaïs” de Jules Massenet, que estrenará el 25 de marzo la primera de las 6 representaciones previstas. Sólo la presencia de Plácido Domingo entre el reparto, en un hito más de su nueva carrera como barítono, asegura ya un importante éxito mediático y un importante tirón popular. Muy interesante es también el debut en Les Arts del tenor tinerfeño Celso Albelo, una de las voces más importantes del panorama lírico español en la actualidad. Lástima que al final no haya podido confirmarse la presencia de la soprano Renée Fleming, como se venía rumoreando. En su lugar tendremos como Thaïs a la soprano Malin Bystrom, que fue quien ya cantó este mismo papel en el estreno en Suecia de esta producción de la ópera de Göteborg.

Si pincháis aquí podéis ver un video de esa producción de “Thaïs” y haceros una idea de la puesta en escena de Nicola Raab y de la voz de Malin Bystrom.

Y aquí podemos ver a Renée Fleming cantando el aria del espejo de “Thaïs”, “O mon miroir fidèle… Dis-moi que je suis belle”, en el Liceu en 2007:


video de LiceuOperaBarcelona

El día 1 de abril se inician las 7 representaciones de la producción de “Tosca” que hemos tenido oportunidad de ver en Les Arts el mes pasado. Las únicas variaciones respecto a lo ya visto serán: Scarpia, que en esta ocasión será el nefasto Marco Vratogna, y la dirección musical, que alternarán Omer Wellber y Plácido Domingo (que sólo dirigirá 2 funciones, ambas con Jorge de León como Cavaradossi). Ya he comentado, y sigo pensando, que no tiene ningún sentido repetir en tan corto espacio de tiempo una misma producción, aunque sea “Tosca”, sobre todo si la puesta en escena es tan sosa como la de Jean-Louis Grinda.

Para compensar la sosería de Grinda os dejo con el “Vissi d’arte” de una soprano que se llamaba Maria Callas:


video de jazzart1

El año próximo se celebra el centenario del fallecimiento del compositor Jules Massenet, con motivo de este acontecimiento el Palau de les Arts ofrecerá una segunda ópera de este compositor, que será además la que cierre la temporada los días 24, 27 y 30 de abril. Se trata de “Le Cid”, una obra muy interesante que, lamentablemente, también se ofrecerá en versión concierto y en el queridísimo Auditorio. La dirección musical correrá cargo de Plácido Domingo y el protagonista masculino será nuevamente Jorge de León.

Así que tocará finalizar este post pre vacacional de hoy con un fragmento de “Le Cid”, y será con el aria “O Souverain, o juge, o père", en una gran interpretación de Josep Carreras:


video de Onegin65

Buen verano a todos y gracias por seguir ahí.

viernes, 30 de abril de 2010

EL "SIMON BOCCANEGRA" DE DOMINGO EN LA SCALA


Que Plácido Domingo a sus 70 (presuntos) años siga cantando en los escenarios, ofreciendo un rendimiento óptimo, es toda una heroicidad, y sobre todo algo muy poco común en estos tiempos en los que la moda parecen ser los tenores kleenex, de usar y tirar, con carreras meteóricas en las que logran llegar, en medio de un gran revuelo mediático, a los principales teatros del mundo en un corto plazo. Casi tan corto como suele ser luego el tiempo que la voz les aguanta sana.

Que además Plácido Domingo lo haga menos de dos meses después de haber sido sometido a una complicada operación para extirparle un pólipo canceroso en el colon, es algo que roza lo sobrenatural.

Y que, encima, esa reaparición en los escenarios sea nada menos que en La Scala, el templo operístico por excelencia, cantando Verdi, y ante uno de los públicos más exigentes del mundo, eleva el reto del tenor madrileño a cotas difícilmente igualables, resultando realmente increíble.

Para que pudiésemos creerlo, ayer tuvimos la ocasión de verlo y escucharlo en directo, gracias a la retransmisión a cines de toda Europa, que se llevó a cabo desde el Teatro alla Scala de Milán, de la representación de “Simon Boccanegra” de Giuseppe Verdi, con el principal aliciente de asistir a esta vuelta a los escenarios del incombustible Domingo.

La producción presentada cuenta con una puesta en escena, dirigida por Federico Tiezzi, que no me convenció en absoluto. Se inclina por una concepción clásica “ma non troppo”. Así que intercala algunos toques escenográficos presuntamente modernos, junto a un vestuario tradicional y una rutinaria dirección de actores que, en algún momento, se notaba forzada, al existir contradicciones entre el planteamiento escénico y el libreto; y al final le sale un pastiche, bastante atractivo en cuanto a plasticidad (gracias sobre todo al, aunque un poco kitsch, deslumbrante vestuario de Giovanna Buzzi), pero profundamente vacío respecto al fondo, sin que aporte nada, y sin que ni siquiera acabe de resultar un vehículo adecuado que no incomode el desarrollo del drama.

Lo que podía haberse quedado en una dirección escénica simplemente sosa y olvidable, alcanza por méritos propios la calificación de majadería nivel 3 en la escena final, donde, de repente, el coro aparece con vestimentas de principios de siglo XX, tras haber estado toda la obra con vestuario del siglo XIV, y, para completar la soplagaitez, un espejo baja al escenario y la sala se ve reflejada en él (vaya, esto me suena… igual ya se le había ocurrido antes a alguien). Se ve que este año la tendencia primavera-verano de los directores de escena viene marcada por el “momento espejo”. Aquí, al igual que ocurre en “La Traviata” que está representándose en Les Arts, el espejo y las memeces finales lo único que consiguen es distraer al espectador en los momentos de mayor intensidad dramática de la obra.

De cualquier modo, la dirección artística fue algo muy secundario. Quien atraía toda la atención era Placido Domingo y su nueva incursión en terrenos baritonales. Y Domingo hizo su Boccanegra. Si alguien esperaba enjuiciarle comparándole vocalmente con otros Boccanegra, examinándole como barítono dramático, la crítica era fácil. Él no es barítono, es un tenor cantando un papel de barítono atenorando el mismo. Es evidente que sus graves no son propiamente de barítono, sino de un tenor con un centro que continúa siendo amplio y contundente y con un buen registro grave. Y es verdad que su voz no siempre sonaba natural, especialmente en las zonas más bajas. Hay quien pueda cuestionar esto, pero no seré yo. Este señor, que tanto ha hecho por el mundo de la ópera, se ha ganado el derecho, a estas alturas de su vida, a pisar los escenarios cantando los papeles que le apetecen, aunque no sean propiamente de su cuerda. Y si además, como es el caso, el resultado final es muy positivo, aunque se aleje de la estricta ortodoxia, yo no tengo reproche alguno que efectuar.

Llegó Domingo (qué menos) un tanto fatigado al final y en algún momento dejo entrever también algún problema de fiato, pero todo eso se compensaba sobradamente con un canto exquisito (especialmente en las partes más líricas de la partitura), una mayúscula expresividad, un fraseo memorable que ajustaba a sus condiciones físicas sin que se viera afectado el discurso, logrando aguantar las tremendas exigencias que los lentísimos tiempos de Barenboim imponían y, sobre todo, haciendo derroche de su imponente presencia escénica con una interpretación majestuosa llena de fuerza e intensidad.

Lo mejor de la noche, junto a la exhibición de superpoderes de Domingo, fue la excepcional soprano alemana Anja Harteros, que, como diría el amigo Joaquim, merece un reclinatorio para ella solita, para celebrar a la mejor Amelia que he escuchado en mucho tiempo, recordándome por momentos (y no fui el único) a algún nombre tan ilustre que hasta me causa pudor exteriorizarlo. Ya me sorprendió muy agradablemente en el “Lohengrin” de Munich con Kaufmann, y ayer dio toda una lección de canto, con una voz muy homogénea, consistente y redonda en todos los registros, con unos graves bellísimos en los que no perdía el color y unos agudos limpios, brillantes, potentes y bien atacados. Y todo ello adornado con un recital absoluto de matices, marcándose unas medias voces y pianísimos estremecedores.

Ferruccio Furlanetto compuso un destacable Fiesco. Se nota que los años no pasan en balde, pero el veterano bajo italiano, aun no teniendo sus graves la fuerza y rotundidad de antaño, llevó a cabo una encomiable labor. Por eso me pareció insultante y vergonzoso el abucheo que recibió al final por parte de un sector del Loggione milanés, absolutamente injustificado.

Massimo Cavalletti, sin embargo, obtuvo una de las grandes ovaciones de la noche, pese a que su Paolo me pareció simplemente correcto. Su voz tiene un bonito color baritonal, pero su canto fue irregular, con algún problema incluso de afinación y llegando a gallear en un momento dado.

Fabio Sartori, a quien no había escuchado anteriormente, me sorprendió muy positivamente cantando el papel de Adorno que tantas veces ha interpretado Domingo. Sartori presentó una voz brillante, lírica, muy rica en armónicos, fraseó con mucho gusto y aunque algún agudo le quedó un poco estrangulado, su actuación fue muy notable.

La dirección musical corrió a cargo de Daniel Barenboim, quien recibió sonoros abucheos al salir a escena en el segundo acto y supongo que al final. Digo que “supongo” porque la pésima realización de la retransmisión (nefasta toda la noche) decidió omitir los saludos del director y la orquesta. Barenboim ofreció una lectura reposada, detallista y muy intimista de la partitura. Es verdad que no sonaba muy verdiana, pero a mí me resultó enormemente atractiva. Unos tiempos lentos, saboreados con deleite, caracterizaron su ejecución, a mi juicio bellísima, aunque no fuese muy italiana, de ahí las protestas de un sector milanés que quizás se sintió mancillado en su condición de guardián de las esencias verdianas.

Muy destacable fue la labor de los cuerpos estables scaligeros, donde el Coro mostró un empaste y control de las dinámicas sobresaliente, aunque presentase algunas carencias en lo actoral, con unos soldados que parecían más clicks de Famobil que fieros combatientes.

Enorme ovación final para Domingo no escuchándose esta vez los aislados abucheos que hubo en el estreno.

Veremos cual es el próximo reto del Maestro, se dice que quiere interpretar el papel de Rigoletto en Mantua. Pues muy bien, como si quiere cantar “Boris Godunov”. A este paso le veremos con 80 años cantando la Olympia de “Los Cuentos de Hoffmann” o la Reina de la Noche. Da igual, lo que hace falta es que podamos seguir disfrutando muchos años de un artista y un ser humano de los que ya no quedan.