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domingo, 7 de febrero de 2010

MI SEGUNDA LUCIA, UN TENOR Y UN RUMOR


Ayer asistí a mi segunda “Lucia di Lammermoor” en el Palau de les Arts. En principio no tenía previsto volver a escribir en el blog sobre Lucia, pero tras escuchar de nuevo en directo a Nino Machaidze y Francesco Meli, no he podido resistirme a hacer un breve comentario sobre estos dos jovencísimos y excelentes cantantes, así como trasladaros un rumor que me llegó anoche y que confío que no se confirme.

Todos los que han podido asistir a varias de estas Lucías coinciden en afirmar que Machaidze cada día ha ido sintiéndose más cómoda en el papel, ofreciendo una mayor madurez tanto en lo vocal como en lo interpretativo.
Ayer desde luego me gustó aún más que el pasado día 31 y tuvo algunos momentos de excelente brillantez canora. Siguió eludiendo los sobreagudos no escritos del aria de la locura originando una cierta decepción entre el público que espera esa pirotecnia final, pero en conjunto su actuación fue sobresaliente. En la cadencia del aria de la locura, su conjunción con la flauta del magnífico Álvaro Octavio Díaz logró elevar los niveles de emoción al máximo, consiguiendo incluso imponer el silencio en una sala que ayer estuvo especialmente ruidosa.

Aquí podemos escuchar a Machaidze y Alvaro Octavio en la función del pasado día 26:


video de MrRobuso

En cuanto a Francesco Meli, puse especial atención a su actuación, intentando atisbar ese pasaje de registro problemático, los agudos abiertos, el legato precario, las medias voces sustituidas por falsetes y esa voz que se le iba atrás, tal y como dijo Maurizio en un comentario a mi post anterior.
Bueno, pues yo debo estar sordo o entender de música menos que Leonardo Dantés (lo cual es posible), porque no percibí nada de eso. Meli estuvo impecable. Mostrando una musicalidad y un buen gusto al cantar extraordinarios. En el dúo “Ashton! Si” entre Enrico y Edgardo, con el que se inicia la tercera parte, Meli se marcó un “t'ucciderò” antológico finalizado en un agudo larguísimo, eterno.
Tal y como comentábamos a la salida unos amigos, creo que estamos ante uno de los mejores tenores que han pisado Les Arts. Por eso no entiendo las críticas absolutamente despiadadas que recibe en algunos medios y que me hacen pensar más en celos profesionales que en reparos fundamentados.

A continuación podemos escucharle en el bellísimo “Tu che a Dio…” que cierra la obra:


Video de MrRobuso

Y el rumor que llegó ayer a mis oídos es que Elina Garanca no cantará Carmen” en el Festival del Mediterrani de este año, pese a aparecer anunciada en la programación de Les Arts.
La verdad es que ya casi echábamos de menos el baile de nombres que suele ser habitual en los repartos del recinto valenciano. Se comenta que se trata de un problema de agenda de la cantante letona, lo cual vuelve a abrir el debate acerca de cómo se cierran las contrataciones en “Casa Helga”, pero, en fin, lo dejaremos aquí de momento y confiaremos en que se trate tan sólo de un rumor que no llegue a confirmarse. Y, si se confirma, rezaremos para que no se acuerden de Voulgaridou.

Para acabar os dejo con el famoso sexteto de "Lucia di Lammermoor" “Chi mi frena in tal momento”, con Francesco Meli (Edgardo), Nino Machaidze (Lucia), Vladimir Stoyanov (Enrico), Diógenes Randes (Raimondo), Angelo Antonio Poli (Arturo), Natalia Lunar (Alisa), y la Orquestra de la Comunitat Valenciana dirigida por el marido de Elina Garanca, Karel Mark Chichon:


video de MrRobuso

lunes, 1 de febrero de 2010

"LUCIA DI LAMMERMOOR" (Gaetano Donizetti) - Palau de Les Arts - 31/01/10


Ha tenido que llegar el Palau de les Arts a su cuarta temporada para hacer sus primeras incursiones en el repertorio belcantista. El pasado mes de noviembre se estrenaba de soslayo con “La Scala di Seta” de Rossini en la pequeña Sala Martín y Soler. Y ahora se presenta en la sala principal esta “Lucía di Lammermoor” de Donizetti, un melodrama romántico con libreto de Salvatore Cammarano, basado en la novela de Sir Walter ScottThe Bride of Lammermoor”, que constituye una de las obras cumbres del belcantismo.

Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, y en esta ocasión ha sido muy buena, habiéndose conseguido unos resultados óptimos a todos los niveles.

La producción presentada tiene ya más de 13 años. Se trata de una coproducción del Gran Teatro de Ginebra y el Maggio Musicale Fiorentino que cuenta con la dirección artística de Graham Vick y es todo un clásico que se ha paseado ya por medio mundo.
No hay que buscar en su trabajo especiales visiones del drama. Se limita a arropar sabiamente la construcción musical con una propuesta realista y eficaz, a la que la única crítica que se podría hacer sería que ya se lleva tiempo representando y está bastante vista, pero sigue resultando estéticamente agradable y no chirría en ningún momento.
Unos paneles móviles se encargan de ir cambiando los ambientes y encuadrando la acción, sucediéndose los diferentes escenarios con naturalidad, ajustándose a lo requerido y sin despistar al espectador.
Vick plantea una puesta en escena “ecológica” dominada permanentemente por una gran luna llena, un árbol seco y la vegetación púrpura de los páramos escoceses, que se salpica de flores rojas en la escena de la locura. Los juegos de luces, sombras y colores son permanentes y consiguen una plasticidad notable.
Me pareció fallida la resolución de las luchas a espada, que parecían propias de los ensayos de una función de fin de curso de 2º de primaria, así como la escena del baile, donde el escaso espacio escénico disponible no permitía bailar ni un chotis (muy apropiado, por cierto).

Karel Mark Chichon llevó a cabo una dirección solvente, manteniendo con pulso firme la intensidad dramática y consiguiendo una gran coordinación entre foso y escena, poniendo siempre la música, como requiere el género, al servicio de las voces, cuidando en todo momento los volúmenes, aunque en algún pasaje un juego un tanto efectista de la percusión provocase cierta descompensación con los cantantes. Tal cuidado por el control rozó la monotonía sonora y se echó de menos un mayor cuidado puntual de los matices.

En cualquier caso el resultado de conjunto logrado por el gibraltareño fue muy aceptable, contando para ello con la inestimable colaboración de los sensacionales músicos de la Orquestra de la Comunitat Valenciana que volvieron a dar otra lección de impecable ejecución. Merecen reseña aparte las intervenciones del solista de cello, el polaco Rafal Jezierski; de un impresionante Álvaro Octavio con la flauta, en la cadencia del aria de la locura, aunando el manchego su virtuosismo con una perfecta compenetración con la soprano; y de la solista de arpa, la sevillana Cristina Montes, en el preludio a la aparición de Lucía en escena, consiguiendo arrancar al instrumento todo su potencial melódico. Lástima que quedasen privados de un especial y merecido reconocimiento en los saludos finales.

El Coro de la Generalitat, dirigido por Francesc Perales, volvió a dejar constancia de su empaste y homogeneidad habituales, en breves pero rotundas intervenciones.

El nivel general de los solistas vocales, todos ellos muy jóvenes, fue muy alto, con dos protagonistas de auténtico lujo.

La georgiana Nino Machaidze, a quien dediqué ya un post cuando se anunció la programación de Les Arts intuyendo que podría ser uno de los grandes nombres de la temporada, no defraudó las expectativas y enamoró a la platea con esa bellísima voz fresca y bien timbrada con la que está triunfando, a sus 26 años, en los principales recintos operísticos del mundo.
Acometió el difícil papel protagonista con arrojo desde el inicio. Se mostró muy segura en las coloraturas, sin abusar de la ornamentación gratuita, pero dando absolutamente todas las notas. Sus agudos fueron limpios, seguros y bien atacados. Mostro dominio de la técnica y del estilo, luciendo un legato de ensueño, dominio del fiato, unos glissandi fabulosos, modulando intensidades con gusto y musicalidad, y conjugando en todo momento virtuosismo vocal y expresión dramática, haciendo asomar algunos graves francamente redondos.
Estuvo fantástica en la escena de la locura, pese a haber eludido los sobreagudos, no escritos por Donizetti, pero que son ya una tradición, especialmente el mi bemol de la cabaletta “Spargi d’amaro pianto”. Machaidze sigue confirmando día a día ser una gran cantante con un futuro enormemente prometedor por delante y unas facultades que, quizás, le pidan ya empezar a despuntar en terrenos más líricos.

A continuación podemos escuchar a Nino Machaidze, en la representación del pasado día 26, cantando la cavatina “Regnava nel silenzio” seguida de la cabaletta “Quando rapito in estasi”:


video de Mr.Robuso

Francesco Meli ya sorprendió a muchos en este mismo teatro, con el “Don Giovanni” de la primera temporada, componiendo un excelente Don Ottavio. Ayer Meli demostró, una vez más, ser un grandísimo tenor y llevó a cabo, sin duda, la mejor interpretación de la noche, exhibiendo una bellísima voz en toda la tesitura, de timbre claro y radiante, que corría con elegancia, con un dominio fantástico de las dinámicas y consiguiendo un fraseo realmente espectacular.
Se movió en la zona alta con hechuras de tenorazo, atacando por derecho, salvo en el elegante falsete con el que culminó el dúo “Verranno a te sull'aure”. Su “Fra poco a me ricovero” fue extraordinaria aunque estuviese a punto de gallear en uno de los agudos. La pasión y entrega con que acometió el “Tu che a Dio” final fue el digno colofón a una encomiable actuación de un pedazo de tenor.

Aquí podemos escuchar a Meli el pasado día 26 en el recitativo y aria “Tombe degli avi miei… Fra poco a me ricovero”:


video de Mr.Robuso

El barítono búlgaro Vladímir Stoyanov compuso un Enrico convincente, más en lo vocal que en lo dramático, donde pecó un poco de “click de famobil”. Presentó una voz homogénea de noble timbre que proyectaba con facilidad y un fraseo elegante y depurado.

Diógenes Randes lució una bonita voz, grande, oscura y cálida, quizás algo falta de la fuerza en graves que se pide a un auténtico bajo. Su Raimondo, no obstante, imponía por su poderío vocal y presencia física.

Angelo Antonio Poli, como Lord Arturo, estuvo absolutamente espléndido en un corto y desagradecido papel.

La alumna del Centre de Perfeccionament de Les Arts Natalia Lunar fue una destacable Alisa, mientras que Enrico Cossutta, como Normanno fue, con diferencia, el más flojo de los solistas, resultando absolutamente inaudible en sus intervenciones de la escena primera donde, por mucho que se empeñaba en abrir la boca, su voz no se proyectaba más allá de las ridículas trencitas con las que le habían castigado en vestuario.

Un público más silencioso y contenido de lo habitual, incluso frío en la primera mitad de la obra, premió con entusiasmo finalmente a todos los intervinientes, con especial intensidad para la pareja protagonista.

Pese a los numerosos huecos en la platea que habían presidido el estreno de esta Lucía, ayer el recinto de Les Arts se hallaba prácticamente lleno, lo cual es una buena noticia que espero sea consecuencia del interés del público y no de una política generosa en invitaciones por parte de la dirección del teatro.

Otra estupenda noche de ópera la que se vivió anoche en Les Arts con una “Lucia di Lammermoor” que recomiendo sin titubeos a todo el que quiera disfrutar de un espectáculo operístico de primer nivel. Yo pienso repetir.

Os dejo con los principales artífices del éxito, Nino Machaidze y Francesco Meli, una Soprano y un Tenor con mayúsculas pese a su juventud, que interpretan en este video, grabado ayer, el final del dúo “Verranno a te sull'aure” que cierra la primera parte, con falsete de Meli incluido:


video de ValeriaValeri

Si queréis leer más y mejor sobre esta Lucía, no os perdáis las crónicas de maac y titus.