El pasado sábado tuvo lugar la última noche de estreno de esta fugaz temporada en la sala principal del Palau de les Arts valenciano, con la ópera de Donizetti “L’Elisir d’Amore”. Aún quedará una ópera más, “Mefistofele” de Arrigo Boito, pero será interpretada en versión concierto y en el nefasto Auditorio.
Este “Elisir” es una coproducción entre el Palau de les Arts y el Teatro Real, y, a la vista de la línea de programación que ha impuesto el amigo Mortier, me temo que en Madrid va a tardar bastante tiempo en poderse ver.
La dirección de escena corre a cargo del italiano Damiano Michieletto y empezaré dejando claro que me gustó mucho. Se ha trasladado la acción de la granja italiana del libreto a un chiringuito en una playa mediterránea, donde Adina es quien lo regenta, los segadores son familias de bañistas, los soldados son marineros de permiso y el falso doctor Dulcamara se troca en un chulo de playas, vendedor de bebidas energéticas, que se dedica a trapichear con drogas. De hecho, el elixir es sustituido aquí por una bolsita con polvos blancos, que tienen que mezclar con agua para que luego tenga sentido el libreto cuando se habla de que “la botella se agita, se destapa…”, aunque las referencias posteriores al vino de Burdeos no haya por dónde pillarlas. Leído así se le ponen los pelos de punta a cualquiera, pero el resultado final fue muy satisfactorio.
Es verdad que se le pueden hacer bastantes reparos, y los más puristas criticarán ciertas licencias, posiblemente con razón, pero lo cierto es que el público se lo pasó en grande, incluido yo, que ya sabéis que me suelo aburrir soberanamente con esta ópera, y daba la impresión de que los que estaban sobre el escenario también estaban disfrutando con su trabajo. Y eso al final es lo importante.
Michieletto ha planteado una propuesta enormemente fresca, colorida, ágil y entretenida. Quizás demasiado entretenida. Porque el principal punto que se le puede criticar, precisamente, es que se ofrece demasiada información visual, excesivos planos de acción, lo que tiende a distraer al espectador de lo que realmente importa. Mientras Nemorino intenta conquistar a Adina, unos hacen aerobic, otros juegan al fútbol o se zampan un arroz al horno en biquini, y es casi imposible no acabar apartando la atención de lo puramente musical.
Otro aspecto criticable a mi juicio fue la decisión de que Nemorino cantase el aria “Una Furtiva Lagrima” subido en el tejado del chiringuito. Me pareció estéticamente atrayente que mientras cantaba abrazase el nombre de Adina en el neón iluminado y que al finalizar el aria se fuesen apagando progresivamente las letras, pero creo que no era la mejor ubicación para proyectar la voz, y, sobre todo, me indignó el hecho de que se hiciese aparecer a Adina en escena deambulando antes de que Nemorino acabase su melancólica aria.
Nemorino no aparece aquí retratado con unos rasgos tan acusados de tonto del pueblo como en otras producciones, sino que su diferencia respecto al resto de personajes se ha acentuado más desde una perspectiva social, como tipo sin recursos que trabaja de chico para todo.
Al positivo resultado final contribuyó también de forma decisiva la excelente iluminación de Alessandro Carletti, creando la ambientación requerida en cada momento y mostrando el discurrir del día con los inteligentes cambios de luces.
Como en todo chiringuito que se precie, una marca de cervezas, otra de refrescos de cola y una más de helados, tienen permanente publicidad a la vista, con lo que imagino que Helga igual ha sacado una ayudilla para sus polvorientas arcas, y no es descartable que se imponga como sistema de obtener ingresos en futuros montajes, así que cualquier día nos vemos a un Scarpia con una camiseta de publicidad de tomate frito. Como me comentó un amigo durante la cena “por un momento pensé que cuando salió Vargas a cantar la Furtiva Lagrima iban a decir: Poca Cola Light patrocina este aria”.
Ya lo he comentado en alguna ocasión, pero reitero que no me parecen bien las licencias en la traducción de la subtitulación. Creo que se deberían limitar a traducir simplemente lo que se dice y, si chirría más o menos, que asuma el director de escena las discordancias que pueda haber, pero, aunque sea una bobada, cambiar los escudos y ducados del libreto por euros, me pareció una majadería.
En el apartado musical, Wellber dirigió con sus habituales aspavientos e hiperactividad a una Orquestra de la Comunitat Valenciana que, una vez más, sonó increíblemente bien, a pesar de los desajustes y desequilibrios puntuales que ya son habituales en los estrenos, y de que hubo cierta precipitación en los tempi. Destacaron en sus intervenciones solistas el fagot de Salvador Sanchís, Magdalena Martínez a la flauta y José Ramón Martín en el fortepiano. También hay que alabar a los contrabajos que continuaron tocando aguantando estoicamente la imprevista lluvia de espuma que les llegó desde el escenario en un momento dado.
Una mención muy especial merece hoy el fantástico Cor de la Generalitat. Y en esta ocasión aún más si cabe, pues a su buen hacer en el terreno musical hay que añadir un trabajo escénico impresionante, enormemente exigente, combinando el canto con las múltiples actividades playeras impuestas por la regia. Y no sólo lo hicieron bien, sino que además evidenciaban que se lo estaban pasando pipa.
Con el quinteto vocal solista creo que se ha logrado el nivel más alto y homogéneo de la temporada, y aunque parecieron comenzar un poco fríos, acabaron todos ellos por cuajar una fantástica actuación, empezando por un Ramón Vargas inconmensurable.
El tenor mejicano fue de menos a más, comenzando algo inseguro, pero finalizando pletórico. Hizo gala de su depuradísima técnica, exhibiendo una bellísima línea de canto, una elegancia mayúscula y gran expresividad. Es un placer escuchar hoy a tenores que son capaces de cantar tan bonito sin gritos ni aspavientos, delineando puro bel canto a base de legato y musicalidad. El momento siempre esperado de la famosísima “Una Furtiva Lagrima” ha quedado ya archivado en mi memoria como uno de los instantes mágicos vividos en este teatro. Vargas elevó en este fragmento aún más el listón y maravilló con un portentoso fiato e increíble elegancia melódica, esculpiendo un aria majestuosa, donde su voz se proyectaba con una delicadeza extrema, como si se deslizase lentamente por la sala en una invisible alfombra de seda, culminando en un final excelso, donde la emoción se desbordó por completo. Lástima que el típico mentecato de turno rompiese el hechizo iniciando un desafinado bravo cuando la música aún no había dejado de sonar.
Aleksandra Kurzak compuso una solvente Adina, muy implicada en lo actoral y luciendo una voz bonita y fresca, aunque resultase algo pequeña. Se apreció alguna cortedad en los agudos, y ciertos problemas de afinación, especialmente en el primer acto, pero su actuación general fue muy notable, resolviendo las complicadas coloraturas del segundo acto con limpieza y precisión.
Ya sé que ahora parece que hablar bien de Erwin Schrott casi esté mal visto, pero es imposible no elogiar el carismático Dulcamara que crea el uruguayo. Borda el personaje, aquí reconvertido en un chulo de playas que trapichea con droga. Lució su vozarrón de enorme volumen, con algunas resonancias profundísimas, y una buenísima dicción. Ya en su aria de entrada, “Udite, udite”, obtuvo los primeros bravos de la noche y, a partir de ahí, se creció aún más, sobre todo en la parte actoral, donde es un maestro. Se come absolutamente la escena y se desenvuelve con una tremenda soltura. El problema es que hace demasiado el ganso, poniendo tanto énfasis en su faceta de actor que se ve perjudicado en muchos momentos el fraseo, siendo habitual la pérdida de impostación.
Fabio Capitanucci fue también un estupendo Belcore. Nunca le había escuchado en directo y hubo quien no me dio precisamente buenas referencias de él, pero he de decir que me gustó bastante. Presentó una voz potente, homogénea y robusta, que proyectaba con suficiencia, con unos graves contundentes y su actuación dramática fue más que aceptable.
También es de destacar la Gianetta de Ilona Mataradze. La joven soprano georgiana sacó petróleo de este breve papel, luciendo una voz francamente bonita y muy bien colocada, estando acertadísima en sus intervenciones junto al Coro, y llevando a cabo un trabajo escénico infatigable durante toda la obra como camarera choni: sirviendo copas, fregando vajilla, limpiando las mesas, pasando el mocho y marcándose un animado baile al final del primer acto encima de una mesa.
Como decía al principio, el público se lo pasó en grande y lo demostró con fuertes aplausos para todos los participantes tanto musicales como escénicos, siendo Erwin Schrott quien cosechó los mayores bravos en una de las más sonoras ovaciones que he escuchado yo en este teatro.
Creo que fue la primera vez que en Les Arts anuncian por megafonía antes de comenzar la función y después de los descansos que no se olvide el público de apagar los teléfonos móviles. Y el aviso tuvo sus frutos. Yo no escuché ni un maldito soniquete en toda la noche, cosa rara en este teatro.
Muchas toses, eso sí, como siempre. Aunque lo peor vino al final, cuando comenzaron los aplausos muchísimo tiempo antes de que acabase la música, privándonos a los demás de escuchar los últimos compases, para, inmediatamente después, salir a la carrera cual manada de búfalos con cistitis en estampida.
No quiero acabar sin comentaros el Expediente X de la noche. Nada más finalizar los largos aplausos tras la Furtiva Lagrima, se escuchó claramente en la zona de la orquesta un sonido de acople de amplificación. Me dijeron que parecía ser que se trataba del fortepiano que contaba con algún tipo de ayuda sonora. Yo no sé más.
Magnífico retrato de esa playa donde se cantó ese Elisir. Cómo me hubiera gustado verlo!..aunque con lo que has contado, "casi" ya lo he visto. Esta ópera a mucha gente no le entusiasma,pero luego todo el mundo se lo pasa pipa, incluídos los intérpretes. No es la primera vez que se dice que en el escenario y en el patio de butacas se disfruta por igual.
ResponderEliminarGracias!!
Que no se aburrió dice el jodío!!! Con Ramón Vargas en el escenario!!! Jajajaja nos ha fastidiao!!!
ResponderEliminarCapitanucci tiene una voz bellísima y es un gran cantante, me alegra que te gustara. Y don Erwin pues casi mejor que te guste, porque lo tenéis abonado... Jajajajaja yo no puedo con él pero es verdad que actoralmente es divertido y alegra la vista jijiji
Gloria y honor a Vargas, el más grande tenor lírico de los últimos 20 años junto con Alagna. Cómo envidio a los que vais a poder disfrutarlo tantas veces.
Besitos
Pues yo hubiera ido más lejos con la traducción y le hubiera dado, ya que había paellas en el escenario, algo de color local. Así, en vez de decir "te amo" pondría en su lugar "te quiero un güevo", que me parece que es como se dice en valenciano, ¿no?
ResponderEliminarGracias por la crónica. Como siempre, mucho más fiables los tres blogueros locales que algunos de los críticos oficiales de la tierra o de los que llegan de por ahí...
Hola Atticus!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu excelente crítica de l'elisir. Además sirve de terapia antidepresiva, porque me he reido a carcajadas leyendo tus opiniones y también las de los otros participantes del blog. Estoy deseando ir a verla, ya me queda menos para el jueves. Solo no estoy de acuerdo en una cosa, a mi L'elisir d'amore es una de las óperas que más me gusta, transmite ganas de vivir (cuando estoy apagadilla la escucho en casa a todo volumen, creo que en ese momento los vecinos se deben de acordar de mi madre, je,je!). Además adoro a Donizetti, no lo puedo evitar.
Por otra parte, cuando vaya el jueves intentaré fijarme en el expediente X, a ver si noto algo. En cuanto a los aplausos antes de tiempo, a mi también me sacan de quicio, pero no se puede hacer nada. Otra cosa es que una vez acabe el aria o el duo o lo que sea, se aplauda justo antes de que empiece otra vez la música. ¿Esto es correcto, verdad? En una representación de Tosca que vi en directo en un cine retransmitida desde Génova, cuando Daniela Dessí acabó Vissi d'arte el público aplaudió durante más de 5 minutos e incluso repitió el aria. Esto te lo pregunto porque viendo Manon, una señora que tenía al lado empezó a decir que aplaudir en medio de un acto es de ser palatos y me sentí un poco aludida. En fin, yo creo que mientras se espere a que se acabe la música (se tiene que conocer un poco la ópera, claro), aplaudir y gritar bravos es siempre positivo y es un halago para los cantantes y los músicos.
En cuanto a lo de la traducción en euros me parece subrealista, cuando además no hace ninguna falta para entender la obra. Mi hermanas, que fueron también este sábado, ya me han dicho que lo de la espuma fue demasiao', que parecía que por momentos el cantante o la cantante (eso ya no me acuerdo) se iba a ahogar, je,je. Que tanto bikini también las confundía un poco y que lo de cantar Una furtiva lagrima sobre las luces de neón tampoco les entusiasmó. Es la primera vez que van a la ópera, pero he comprobado que sus críticas coinciden mucho con las tuyas. Atticus, eres la voz del pueblo, ja,ja.
Y por último, os cuento la anécdota de una de mis hermanas. Dice que tenía al lado una pareja, ella joven y él parece que con bastantes añitos más, en la que el señor no hacía más que tocarle la pierna a la susodicha y que estuvo a punto de llamarles la atención. De verdad, es de vergüenza ir a la ópera o a cualquier espectáculo para hacer eso (no era un cine de barrio lleno de adolescentes, ahí aún lo entendería). La gente se puede tocar lo que les de la gana, pero no molestando a los demás (por no hablar también de los que envian sms o miran el móvil en las representaciones, me pasó viendo a Plácido Domingo, pa' matarlos). Mi hermana no llegó a decirles nada, porque fue mucho más educada que ellos, pero desde luego siempre tendrá asociado L'elisir con "el tocapiernas", una pena.
No me enrollo más que todavía no he visto l'elisir y ya he escrito cuatro parrafadas!
Ciao
Otra vez he disfrutado lo mío leyéndote. A mi me gusta L'Elisir tanto a como a ti -oh selecto- los Wagners más profundos. A partir de ya miraré con mejores ojos a Erwin Schrot que, a mi parecer y como tu mismo dices, sobreactúa y te distrae del canto con tanta payasada innecesaria.
ResponderEliminarNo me sorprende lo bien que hablas de Vargas. Es un tenor referencial en estos días. Es bueno entre los buenos en una época de pocos tenores notables pero encajaría también en tiempo anteriores por sus condiciones y excelente gusto.
Gracias, Atticus, por el rato que me has hecho pasar.
¡Qué ganas tengo de ir este fin de semana! Después de leer tu crónica, tan detallada y divertida como siempre, creo que me lo voy a pasar muy bien. Y ya era hora, que hasta este título la presente temporada ha sido más bien gris y todos los títulos han cojeado de un pie o del otro. Lo que veo que no mejora es la educación de más de uno entre el público, pero eso ya es una batalla perdida. Por cierto, ya que comentas lo de los teléfonos móviles, cuando fuí a ver 1984 me fijé en que no tenía cobertura, no sé si fue casualidad o es que por fin se han comprado un inhibidor de señal.
ResponderEliminarMaria Teresa: Yo soy uno a los que no les entusiasma L'Elisir y te aseguro que en muchas ocasiones me he aburrido (hasta con mi querida Netrebko), pero estos cantantes y esta puesta en escena consiguieron hacerme disfrutar.
ResponderEliminarPapagena: En la loa a Vargas estamos de acuerdo, con Alagna habría que discutir algo más, sobre todo por irregular.
Capitanucci me gustó bastante y Erwin, con todos los peros que se le pueden hacer a su inadecuación estilística, también.
Ojalá, como dices, podamos seguir disfrutando por aquí de Vargas mucho tiempo.
Y tú tranquila que ya sabes que en 2013 igual puedes ver este Elisir en Madrid con Netrebko (Kenderina dixit).
FLV-M: Veo que vas aprendiendo la llengua... amiguito del alma...
Esta vez las críticas "oficiales" parece que han sido bastante coincidentes, salvo la de El País.
Doretta: A mí también me gusta Donizetti, pero L'Elisir me carga un poquito, aunque en esta ocasión me divertí mucho.
Lo que comentas de los aplausos es un tema complejo. En principio, en óperas como esta, no aplaudir la "Furtiva Lagrima", o en una Tosca un "Vissi d'arte", es que muy mal lo han tenido que hacer.
Por contra, una ópera de Wagner o Strauss no se interrumpe con aplausos ni en el MET, y mira que allí aplauden hasta los decorados.
En cuanto a "Manon", en Francia es posible que no aplaudan hasta el final del acto, salvo que haya una intervención muy destacada; en Italia casi seguro que a poco que se luzca el/la cantante, le caeran unos cuantos bravos.
Yo en general soy partidario de que el público pueda expresarse, pero dentro de un orden. El abuso de interrupciones también rompe la unidad de la obra.
Eso sí, ¡al menos espérense a que acabe el cantante Y la orquesta!.
En cuanto a lo de la pierna que comentas, lo importante es que no se moleste al vecino. A priori pienso que molestan mucho más los del móvil, el papelito, el gargajo o los tiraparaguas, salvo que además de tocar se pongan a gemir...
Glòria: Totalmente de acuerdo con tu valoración de Vargas. Su elegancia y buen gusto es propia de tiempos pretéritos.
Schrott me gustó en su vertiente escénica y cuando se ponía a cantar de verdad daba gusto, lo malo es que perdía demasiada energía en "parlandos", silbiditos y ruidos varios. Si redujese un punto el histrionismo, estaría mucho mejor.
Titus: El domingo comentaremos en directo, pero creo que sí te gustará. Sobre todo porque creo recordar que eres Varguista.
Lo del móvil debió ser casualidad, porque Helga no creo que se esté gastando la última calderilla en inhibidores. Casi mejor y más barato que nos dé un garrote y ya nos encargaremos de inhibir nosotros al que coja el móvil.
Por favor, si van a emprender acciones físicas violentas contra los usuarios de móviles durante los espectáculos, NO DEJEN DE AVISARME. Me gustaría unirme a ustedes.
ResponderEliminarLamento perderme el Elixir, pero es que no tengo un euro. La crisis, oigan.
Una vez más, una magnífica crónica que b¡nos ha transportado directamente a Les Arts.
ResponderEliminarAunqué no soy muy partidario de cambiar el sentido de las obras, creo que en este caso y por lo que cuentas , los desjustes fueron pocos y quedaron ampliamente compensados por la divertida escenografia y por la interpretación. Celebro que os lo pasarais tan bien.
Un abrazo
Atticus, muchas gracias nuevamente por la crónica. Es la más exacta y creíble de todas las majaderías que he tenido que leer por ahí.
ResponderEliminarMe alegro mucho del éxito de Vargas y espero que aguante entero los siete Nemorinos y al menos nos aguante el primer Mefistofele (que creo que es debut). Y a ver si volvemos a coincidir por esas tierras hermosas.
Saludos.
Señor FLV-M, no dude usted que si hay Comando Antimóvil será reclutado, dada su experiencia por esos Auditorios Nacionales.
ResponderEliminarJosep: Discordancias había, sobre todo en el primer acto, pero si te centrabas en el puro espectáculo disfrutabas un montón.
Arian: Gracias por tus palabras. Yo también espero que Vargas aguante el tipo, sobre todo teniendo en cuenta que ya vino un poco tocado y estuvo en peligro incluso su presencia en el estreno.
Pero si cantó así de bien tocado, no quiero imaginarle al cien por cien.
A ver si pronto coincidimos por aquí.
Acabo de llegar a casa tras disfrutar absolutamente de este "elisir", que después de andar jodidillo por unos asuntos personales, la verdad es que me ha venido de perlas para levantarme la moral. Comentando con mi mujer este auténtico disfrute de buena parte de los sentidos, he coincidido contigo en muchas cosas. Pero hay algo que me ha estropeado en parte el final. En efecto, nada más bajarse el telón tambien esta noche manadas de encopetadas damas y caballeros han puesto los pies en polvorosa, como si doña Helga fueran a pasar el cepillo tras la función. Es indignante. Es un insulto para unos cantantes y músicos que hoy han puesto el alma en esta obra. Y por último es una buena muestra de como se cuece la cultura en este País (V.) Pero eso no me va a impedir volverme a emocionar recordando lo degustado esta noche. Vargas es para mi el sucesor natural de Kraus y Erwin, la verdad es que me gusta su voz y su chulería... qué le vamos a hacer (aunque me gusta mucho más su santa esposa)
ResponderEliminarGracias por compartir con todos nosotros tus impresiones, Vicent. Me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarPodría suscribir tu comentario de principio a fin.
La mala educación de gran parte del público es ya una lamentable característica de este teatro y una evidencia del poco respeto que se le tiene a los artistas y a la cultura en general.
Hola.
ResponderEliminarMágnifica crónica; más teniendo en cuenta que coincide en todo con lo que vimos anoche.
No soy muy amigo yo de las salidas de tiesto en las puestas de escena y anoche al principio estaba como un cotilla que no sabe dónde mirar. Si hasta me pareció ver a mis padres buscando hamaca para tumbarse.
Pero el resultado fue para mí estupendo y divertido.
Eché en falta algo más del Bel Canto en algunas ocasiones y a Vargas lo encontré algo "discreto", como si no estuviera al 100%, pero en general todo fue de primera.
Odio a la gente que se levanta antes de los aplausos y a la que habla durante la prepresentación: de estas últimas tengo dos señoronas al lado de muy alto rango al parecer, pero completamente ineducadas en esto de la ópera.
Veremos qué tal Mefistofele en el auditorio: seré raro o algo fallero pero esa ópera es de mis favoritas.
Un saludo.
Es verdad, Peritoni, que se echó en falta en muchos momentos una mayor dosis de bel canto, pero cuando al final sale uno tan satisfecho de una representación, todo se perdona.
ResponderEliminarYo no soy nada fallero, raro un poco más, pero Mefistofele me encanta
Asistí a la representación de "L'elisir d'amore" de ayer Jueves y me gustó mucho.
ResponderEliminarLa puesta en escena es ingeniosa, con una excelente iluminación y un único "pero": demasiada gente a la vez en escena,lo que induce a la distracción y dificultad para distinguir a los protagonistas al ir todos vestidos igual.
Reparto muy equilibrado.
Aleksandra Kurzak fue una buena "Adina". Bonita voz, cantó bien, fría en el primer acto, creciéndose e iendo a más para terminar a un gran nivel en su última escena con "Nemorino".
Ramón Vargas es un gran tenor, pero por edad, yo creo que ha comenzado su declive. Cantó muy bien "Nemorino", con técnica, gusto y buen registro vocal. Emotiva su "Furtiva lágrima" pese a tener que cantar en un lugar inadecuado (el techo del chiringuito) y la odiosa comparación que la mayoría de la gente hace de esta aria con las grabaciones que existen de las grandes figuras de siempre y que los cantantes de ahora sufren.
Magnífico Fabio Capitanucci como "Belcore". Irreprochable toda la noche.
El gran triunfador fue Erwin Schrott. Pletórico de voz, sobreactuando como siempre, cuajó una actuación extraordinaria. Sobrado de facultades me encantaría poder escuchar ahora a este bajo/barítono en una obra más exigente. Desde su memorable "Don Giovanni" de hace 5 años, se ha convertido en una estrella. Tiene unas condiciones extraordinarias. Ojalá moderara sus aspavientos.
Extraordinario el Coro en todos los sentidos, vocal y teatral.
Muy buena dirección de Omer Wellber, mucho menos gesticulante que otras veces, controlando la orquesta, que sonó muy bien y sin exceso de volumen, muy pendiente de todo y cuidando a los cantantes. Gran trabajo el suyo, con sólo 28 años de edad.
En fin, una noche muy agradable, un excelente reparto, muy equilibrado, una ópera bien cantada, bien dirigida y bien puesta en escena que espero volver a ver en alguna de las funciones que quedan. y luego, aunque sea en versión concierto (lo admite perfectamente) "Mefistofele" otra vez con Ramón Vargas y el gran Abdrazakov. Otra ópera preciosa que recomiendo a todo el mundo, aunque no se escenifique.
Gracias Atticus por tu crónica y por dejarme escribir en tu blog.
Un aficionado a la ópera.
Veo que coincidimos casi en todo, aficionado a la ópera.
ResponderEliminarYo no creo que se pueda hablar de "declive" de Vargas. Es cierto que su voz puede no ser tan fresca como hace unos años y que algunos agudos se notasen tirantes, pero de ahí al comienzo de su declive hay un mundo. Más bien creo que su voz está evolucionando y cambiando de forma natural con los años.
Me alegra leer que Wellber estuvo bien, porque el día del estreno para mí lo más flojo fue él.
Gracias a tí por tu crónica. Tienes por supuesto este blog abierto para escribir cuanto quieras.
Todavía no he podido asistir a la representació n de L´elisir, pero no me faltan ganas con lo que leo en vuestros comentarios. Me alegra que se vayan tomado medidas con respeto al uso de los móviles.En la última representación a la que asistí a mis queridas vecinas les sonó el móvil y contestaron en 2 ocasiones. Cuando en el intermedio les comente ( creo que educadamente) q me parecia una falta de respeto, las buenas señoras me dijeron " que menos poner la oreja a lo que hacen los demás y más atenta al escenario " .Sin hablar de los continuos comentarios que me acompañan durante toda la temporada. Tan dificil es permanecer callado y quietecito un par de horas? En fin esto es lo que hay. Pero es una pena que estas cosas no impidan disfrutar al 100% de las representciones,
ResponderEliminarSaludos a todos
Hola Atticus!
ResponderEliminarEl jueves vi l'Elisir y para mi el mejor de todos fue Vargas, estuvo insuperable, con una voz dulce y cálida, cantando con mucha sensibilidad, haciendo fácil lo difícil. Cuando cantó Una furtiva lacrima me quedé tan fascinada, que al terminar no pude evitar llorar. Además como estaba muy cerca, me di cuenta que actoralmente estuvo fantástico, bordando un papel de gran ternura y comicidad y representándolo con una gran dignidad, a pesar del vestuario tan ridículo que llevaba. Si esto es su declive, no me explico como debía cantar antes. Ya quisieran otros muchos cantantes cantar en su plenitud como canta Vargas ahora mismito(por ejemplo VG, que no le llega ni a la suela del zapato).
Erwin Schrott también estuvo espléndido, sobre todo en su primera aparición, en que se comió a todos en el escenario. Comparto totalmente tu opinión respecto a él. Es demasiado histriónico, y a veces sube y baja tanto la voz y se mueve tanto, que no sabes si estás en una ópera, en una comedia musical o en un vodevil. He de reconocer que tiene un volumen de voz impresionante y que cuando salió a saludar recibió muchísimos aplausos, pero os puedo asegurar que Vargas fue el que más bravos recibió.
En cuanto a la ambientación, no me convenció. La escena de la despedida de soltera, piscina incluida, no me cuadraba con el texto y la escena final ya fue el desmadre, con droga por aquí y por allá, policías y un perro en escena, que temía que iba a ladrar de un momento a otro, etc. Según un amigo mío que también vio la representación, situarla en una playa chirriaba bastante y ya puestos a ser modernos, podían haber transladado la acción hasta un centro comercial (al menos ahí Nemorino podía haber llevado pantalones largos,je,je).
Los demás cantantes, la orquesta y el coro me parecieron también fantásticos. Mención especial merece Fabio Capitanucci, no por como cantó, que estuvo muy bien, si no por el valor de quitarse la camiseta y ducharse en público, aunque no tenga un físico atlético (de todas maneras como mujer lo prefiero mil veces que a los cantantes musculitos).
El viernes voy a ver otra vez L'elisir (la ópera va a ser mi ruina), con Rocio Ignacio como Adina. Ya te contaré que tal me parece en comparación con la cantante polaca (perdona Atticus, pero no me acuerdo de su nombre).
Ciao Atticus y mil gracias por tu blog
Anónimo: El aviso para que la gente apague los móviles era algo elemental que se debía haber hecho hace ya mucho tiempo. Aun así, hay cuadrúpedos con corbata que siguen sin apagarlo y esta noche mismo ha sonado un móvil a todo volumen.
ResponderEliminarDoretta: Gracias por tu crónica. Yo he vuelto hoy y Vargas ha estado un punto por debajo del estreno, pero fantástico. El mejor con diferencia.
¿VG es Grigolo?. Comparar a Vargas con Grigolo es imposible. Sería como buscar similitudes entre el sonido de un cello y el gruñido de un gorrino faringítico.
Capitanucci lleva a cabo una interpretación excelente. Espero que el agua de la ducha por lo menos esté templada.
Desde mi más humilde y veraz ignorancia, sólo puedo decir que ayer disfruté como nunca de una obra que nunca ha sido de mis favoritas. Mi más sincera enhorabuena a todo el equipo artístico que la ha hecho posible.
ResponderEliminarA todos menos al capullo que le sonó el móvil.
Al del móvil le ponía yo de penitencia dos meses planchando la ropa interior de Helga
ResponderEliminarel pasado 3 de abril asistí a la función de mi turno en el palau y quiero expresar mi gran decepción por el tenor ramón vargas a quien creo ha tomado el pelo al público valenciano. lo he visto cantar en otros teatro y he de confesar que en ocasiones sentía que se me estaba tomando el pelo. Un papel muy muy poco trabajado. sin meterse de lleno en la entrega como hacen los buenos cantantes, un aria más estidiada pero al final destrozada por un intento efectista de largar algunas notas en las que tenía un vibrato muy feo etc... YO creo sinceramente que ha visto que la mayor parte del público aplaude más el nombre que el arte del cantante.
ResponderEliminarAnónimo: Respeto la opinión que manifiestas y soy consciente de que una misma actuación puede contemplarse desde diferentes puntos de vista o valorarse en atención a distintos parámetros. Dicho lo cual, yo te doy la mía, ya que también estuve presente en la función del día 3.
ResponderEliminarReconozco que Vargas no estuvo tan fino como el día del estreno donde dio toda una lección de técnica, canto legato, sutileza expresiva y riqueza de matices, pero, aún así, su actuación general del día 3 la calificaría de muy notable, con absoluta implicación vocal y dramática sobre el escenario y su interpretación del aria me pareció espléndida.
Como decía antes, todo es opinable, pero de ahí a calificar de "tomadura de pelo" su actuación, lo considero una tremenda injusticia hacia un artista que viene demostrando su honestidad consigo mismo y con el público desde que inició su carrera.
Y más aún en este teatro, donde se nos ha colado a "cantantes" que no hubiesen pasado el corte en un karaoke de Falla, sin que haya escuchado yo muchas voces calificando de tomadura de pelo lo que entonces sí que lo era.
En este caso estoy convencido de que no se aplaudió su nombre, sino su canto, ya que hubo personas, entre las que me incluyo a quienes sí gustó, y mucho, su interpretación. Y tampoco es un cantante que arrastre especialmente clubs de fans incondicionales como algún compatriota suyo.
Bueno, aunque discrepemos agradezco tu comentario, pues a través del intercambio de pareceres todos podemos a ver las cosas desde otro punto de vista y enriquecer más el nuestro.
Espero contar con tu participación en más ocasiones, aunque agradecería algún tipo de identificación más personalizada para no dirigirme al "limbo" de los anónimos.
Un saludo.
Hola Atticus,
ResponderEliminarVoy de comentario en comentario y tiro porque me toca, je,je. Ya te he escrito sobre el concierto de Japón del jueves y ahora te cuento un poco sobre mis impresiones del viernes, cuando vi otra vez la representación de l'elisir. Ramón Vargas me pareció estupendo, como el día 31. La pena fue que cuando estaba acabando Una furtiva lagrima sonó un MALDITO MÓVIL que tardaron en apagar, justo lo apagaron al final del aria, total, que me fastidiaron el momento mágico. De verdad, ¿no se puede hacer nada frente a esto? A la gente que le importe más su móvil que la música, que se quede en su casa!
En cuanto a Rocio Ignacio, la verdad es que no me desagradó, pero me gustó más la voz de la cantante polaca, que además hacía mejor pareja con Ramón Vargas (¿puede ser que Aleksandra besase a Vargas al final de la ópera y que Rocio solo le abrazase? soy un poco cotilla, je,je). En la primera aria que cantó Rocio Ignacio, sí me pareció que la música de la orquesta iba por delante de la voz de la soprano, como si ella fuera demasiado lenta ¿puede ser? Espero que si alguien vió la representación me diga si notó lo mismo o son imaginaciones mías. Alcanzaba los agudos con facilidad y tenía gracia en el escenario, pero lo que sí noté es que no frasea muy bien, porque no entendía nada de lo que cantaba y a Ramón Vargas le entendía todo. Todos los demás cantantes estuvieron muy bien, y me encantó otra vez la cantante que hacía de Gianetta (que cantó maravillosamente O mio babbino caro en el concierto de Japón).
Bueno, ahora a esperar Tosca!
Hasta pronto Atticus
Tonterías como los Euros, que es vino de utiel requena blabal creo que sobran.
ResponderEliminarEl director no me gustó. Muy rápido, muchas "brazadas" pero no es nada preciso y no controla al coro ni a los solistas.
Encima de no controlarlos, tampoco les deja a su ritmo y las áreas las marca muy rápidas.
Nadie ha hecho mención a los cambios de decorado. Creo que es muy triste que un teatro nuevo no tenga ningún sistema mecánico o hidráulico o como se llame en condiciones.
No sé quien tiene la culpa de que no esté arreglado el sistema. No sé si es culpa de calatrava, el seguro, las lluvias..blablaba creo que nosotros no tendríamos que estar comentando estas cosas, pero lo que sí sé es que es una verguenza de escenario que no tiene ninguna posibilidad de movimiento.
Un saludo
Doretta: Si pusieran inhibidores de señal posiblemente se solucionaría el tema de los móviles, pero entonces ni la Intendente, ni los del palco VIP podrían recibir los mensajitos de rigor, así que entre eso y que costará un dinero, no creo que lo hagan.
ResponderEliminarjuanmarti: Coincido contigo en que las licencias en la traducción parece que nos tome por tontos, como si no fuéramos a entender el libreto. Me parece injustificado.
Respecto al escenario una cosa es que no tenga posibilidad de movimiento y otra que no la utilicen para una producción concreta, como es el caso.
Hola a todos, estuve en la representación del viernes 8 y parece increible, pero efectivamente en el momento mas emocionante , cuando Ramon Vargas cantaba ( maravillosamente en mi opinión ) el area de una furtiva lacrima SONÓ UN MÓVIL INSISTENTEMENTE!!!!!!. No hay derecho que con el esfuezo que nos cuesta pagar nuestras entradas, el Palau no disponga de dispositivos para bloquear los tf. En fin,...
ResponderEliminarA mi si me gustó Rocio Ignacio, pero si que en algún momento me dió la impresión que iba un poco lenta con respecto a la orquesta. Puede ser? Me encantó Gianeta.
Un saludo
Yo no estuve el día 8, pero escuché a Rocío Ignacio el día 10 y es verdad que hubo algunos desajustes del foso con los cantantes, pero no necesariamente por culpa de estos.
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